baloncesto

Prácticas de tiro, lluvia de balones y Porfirio Fisac bailando 'break dance'

Cerca de 2.500 aficionados se han dado cita esta tarde en el Príncipe Felipe para ver el entrenamiento de puertas abiertas del Casademont Zaragoza.

ENTRENAMIENTO DEL CASADEMONT ZARAGOZA / JORNADA DE PUERTAS ABIERTAS EN EL PABELLON PRINCIPE FELIPE / 01/04/2024 / FOTO OLIVER DUCH [[[FOTOGRAFOS]]]
Mark Smith y el resto de los jugadores lanzando balones a la grada.
Oliver Duch

La fila daba una vuelta entera al pabellón Príncipe Felipe minutos antes de que se abrieran las puertas. El Casademont Zaragoza había convocado a sus seguidores a un entrenamiento de puertas abiertas y, aprovechando que los niños están de vacaciones, han sido cerca de 2.500 aficionados los que se han acercado a ver un 'espectáculo' en el que ha habido de todo: desde la seriedad de algunos movimientos tácticos hasta las bromas que han incluido a Porfirio Fisac intentando bailar 'break dance' con las pautas que la mascota Link le iba dando. 

La verdad es que el segoviano se ha encontrado como pez en el agua ejerciendo de maestro de ceremonias y con un micro de diadema. El técnico ha ido dictando a la grada a quién tenía que animar, a quién abuchear y cómo eran los distintos ejercicios que se iban poniendo en práctica.

Los jugadores del Casademont se han dividido en tres equipos (rojo, blanco y azul) y han ido jugando partidillos de tres minutos en los que sí se han visto algunos desarrollos tácticos tales como el 'pick & roll' o la necesidad de "cortar por el fondo cuando jugamos el pase corto", decía Fisac. "Venga, que llevamos una semana con esto y seguimos sin cogerlo", se lamentaba. Los jugadores han hecho carretones y han ensayado también saques de banda con pases propios de 'quarterback' con posesiones simuladas de muy pocos segundos.

La grada, no obstante, lo que quería era diversión y esta ha llegado no solo con los saludos de Link (vaya 'photocall' el del bailongo lince) sino con una suerte de concurso de triples y con las prácticas de tiros libres bajo presión. "No hace falta que os diga cuál es nuestro color, ¿verdad? Pues venga, todos a animar al rojo", pedía Fisac, mientras la abundante chavalería en la grada animaba y abucheaba a los 'rivales' a partes iguales. "Ahora no quiero que se oiga una mosca. Es el tiro libre decisivo. Lucas (Langarita), está en tus manos... Yo creo que lo vas a fallar", bromeaba el técnico, segundos antes de que el zaragozano lo convirtiera limpio.

Los primeros aplausos han sido para un triple de Smith –ya saben, cuanto más lejos mejor tira– y se han repetido poco después para celebrar una canasta a aro pasado de Finn Delany, que –aunque recién llegado– está dejando muy buenas sensaciones. Porfirio se tapaba el micro con la mano cuando tenía que corregir algún movimiento y se veía a McFadden –con bandana blanca– salir de los bloqueos para tratar de levantar un tiro.

Mencía, que sigue lesionado, ha seguido el entrenamiento desde detrás del banquillo y, confundido entre la grada, Link ha hecho de las suyas: saludos, posturitas y selfis, que envidiaría cualquier estrella de Hollywood.

Después de los partidillos, disputados a una velocidad endiablada, ha llegado una suerte de concurso de triples. En un minuto, tres jugadores tenían que anotar las máximas canastas posibles desde el 6,75 y allí el tridente formado por McFadden, Delany y Bell-Haynes (con 18 aciertos) han vencido a Yusta, Watt y Didac Cuevas, que han logrado 15 triples.

Un voluntario de los espectadores ha bajado después a retarse con Bell-Haynes para tirar desde medio del campo y, al final, ha habido lanzamiento de pequeños balones a los espectadores. Aquí no ha quedado la cosa, porque Porfirio ha demostrado que es bastante diestro copiando los pasos de ‘break dance’ de Link (se conoce que Fuenterrebollo es como el Brooklyn o el Bronx pero de Castilla) y, al final, los jugadores han estado largo rato firmando gorras, bufandas y postales a los chavales. También en este tramo final se han hecho infinidad de selfis y más de uno (¿cierto, Didac?) se ha llevado a casa una pancarta con su nombre escrito en colores y brillantina. Entre sonrisas, Watt comparaba su ‘big hand’ con la de niños que no levantaban un metro de suelo y Miguel Gónzalez, ‘Rati’, Kravic, ‘Sule’ o Traoré recibían el cariño de unos chavales, que han vuelto a casa encantados con este simpática iniciativa del club, llamada a reenganchar y reenamorar a la afición zaragozana. Todos ellos –y esperemos que unos cuantos miles más– están convocados de nuevo el sábado (17.00) para el decisivo partido contra el Monbus Obradoiro.

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