Ainhoa Ruiz: "Una cueva es un buen lugar para encontrar la paz"

Nacida en Zaragoza en 1974, está al frente de la Territorial de Espeleología y de la Confederación de Federaciones Deportivas Aragonesas (Cofedar), que une a 31 entidades deportivas aragonesas.

Ainhoa Ruiz y su inseparable casco de espeleóloga
Ainhoa Ruiz y su inseparable casco de espeleóloga
Oliver Duch

Bióloga, deportista multidisciplinar, espeleóloga de vocación y por responsabilidad, al frente de la Territorial, nueva responsable de la Confederación de Federaciones Deportivas Aragonesas… Quienes la conocen destacan que es una mujer hiperactiva.

Practico espeleología y barranquismo y se me dan bien porque me he formado ya que son deportes de riesgo; luego vías ferratas, esquí de fondo, alpino y de montaña, montañismo y todo lo que se pone a tiro. Lo importante es superarme a mí misma y vencer miedos: si no nos ponemos retos… A mí me han educado desde pequeña con una lección: el límite lo pones tú; tu techo de cristal eres tú: me gusta creérmelo, ponerlo en valor, enseñárselo a la gente que me rodea.

Ni princesa, ni bombera, ni enfermera, usted siempre quiso ser bióloga.

Bueno, en realidad de pequeña quería ser físico nuclear (risas). Yo soy una de los muchos hijos de Félix Rodríguez de la Fuente. De pequeña fui scout y me gustaba la naturaleza. Enseguida tuve claro que quería ser bióloga y tengo la suerte de ejercer en mi profesión. Tuve una consultoría ambiental (Trifolium) y ahora estoy en la administración (en el Instituto Aragonés de Gestión Ambiental).

¿Cuándo conoció por primera vez una cueva y qué sintió?

Me metí en un club de montaña y con unos amigos empecé a hacer barrancos y espeleo. La primera fue la Cueva de Esjamundo, en Villanúa. Pensaba que iba a ser una sensación claustrofóbica y fue todo lo contrario: recibí una sensación de paz, de calma, de silencio, de introspección… Tuve claro que esta sensación quería volver a tenerla más veces: quedarme sola, quieta, apagar la luz y no escuchar nada. Esa paz que te recarga las pilas. La calma.

"Yo soy una de los muchos hijos de Félix Rodríguez de la Fuente. De pequeña fui scout y me gustaba la naturaleza. Enseguida tuve claro que quería ser bióloga"

¿El Pirineo, Aragón, guarda muchos tesoros ocultos?

Muchísimos. Aragón es una de las mejores comunidades a nivel medioambiental de España. Y nuestro país es unos de los mejores en biodiversidad de Europa. Aragón es una joya maravillosa, con todos sus contrastes: desde el Pirineo a los Monegros, Teruel, las estepas… Y a nivel de cuevas pasa lo mismo: tenemos cavidades y simas en Teruel y Zaragoza, y en el Pirineo hay maravillas con formaciones profundas y sistemas muy largos. Un club de espeleo nuestro, el CEA, lleva desde hace más de tres décadas trabajando y explorando un sistema de cavidades de más de mil metros de profundidad y más de 30 kilómetros de desarrollo. Y esta es una de las casi 3.000 cuevas que se cree que hay en el Pirineo.

La pandemia, la subida de los precios, la guerra en Ucrania, ¿una cueva sería el mejor lugar para aislarnos de todo el ruido exterior?

Sí. La situación emocional que hemos vivido en los dos últimos años ha sido dura y compleja. Estamos estresados, con los nervios a flor de piel, todo es más complicado… Y ahora la guerra, Putin… ¿qué pasa en el mundo? Creo que no nos damos cuenta de lo milagrosa que es nuestra existencia y de que vivir es un gran regalo. Muchas veces es necesario aislarse del ruido, coger aire y energía para enfrentarse al día. Y a mí las cuevas me dan vida, son un buen lugar para encontrar la paz.

"Aragón es una de las mejores comunidades a nivel medioambiental de España. Tenemos cavidades y simas en Teruel y Zaragoza, y en el Pirineo hay maravillas con formaciones profundas y sistemas muy largos"

En 2016 se puso al frente de la Federación Aragonesa de Espeleología. ¿Es más dura la burocracia que explorar cavidades?

Sí, claramente sí. Yo estoy en las dos partes: soy funcionaria, sé lo que requiere dar una subvención, el papeleo, la justificación ya que es dinero de todos… Pero supone un gran esfuerzo para todas las federaciones, grandes y, sobre todo, pequeñas, que nos podrían ayudar y agilizar plazos. Entendemos que tiene que haber un control de las federaciones, ya que es un dinero público, pero la tramitación administrativa es terrible.

Lleva poco más de dos meses como presidenta de Cofedar. ¿Por qué surge esta Confederación de Federaciones?

Cofedar es un impulso desde hace tiempo de muchas federaciones deportivas aragonesas para unirnos y ser una voz ante la administración. Al amparo de la nueva Ley de la Actividad Física y del Deporte de la DGA, se formó en noviembre de 2019, y durante la pandemia se creo una junta gestora hasta que ya se procedió a las elecciones y a formalizarse como entidad en diciembre. Somos ya 31 Territoriales de 50.

"Entendemos que tiene que haber un control de las federaciones, ya que es un dinero público, pero la tramitación administrativa es terrible"

Y confiaron en usted.

Me gusta decir que soy ‘charquera’ profesional. Cuando creo en algo, cuando me parece que es importante, me gusta ser partícipe de esas nuevas iniciativas. Mis compañeros de Cofedar dijeron que estaría bien que fuera la cabeza visible. Pero no solo soy yo: lo que me da fuerza es el equipo que estamos en la junta.

¿Cuál es el reto y los objetivos que se han marcado?

Entre los objetivos marcados, colaborar con las instituciones para el desarrollo y mejora de todo el deporte aragonés. Cofedar es algo que nos beneficia a los deportistas de base, ya que nos hacemos ver como colectivo. Nos gustaría facilitar servicios conjuntos a todas las territoriales, que siempre favorecerán más a las federaciones más pequeñas. Y el reto más inmediato es lograr financiación.

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