¿Sobran semáforos en Zaragoza?

La ciudad cuenta con cerca de 650 intersecciones reguladas, con un coste anual de 2 millones.

Una intersección de Valdespartera, saturada de semáforos
Una intersección de Valdespartera, saturada de semáforos
G. Mestre

Los hay direccionales, de peatones, de tránsito, los hay elevados, de pie, intermitentes o de destello, los hay verdes, amarillos, los hay... los hay por todas partes. Eso al menos es lo que piensa una parte de los vecinos de Zaragoza, que consideran que los miles de semáforos presentes en la ciudad son excesivos para la regulación de su tráfico.


El debate viene de lejos, pero la proximidad de la cita con las urnas lo ha recuperado. Mientras el Partido Popular pide replantear la ordenación semafórica de la capital aragonesa, con el fin de reducir su presencia en las calles, el Gobierno municipal tira de estadísticas para demostrar que Zaragoza es una de las urbes menos saturadas en este sentido.


A Sebastián Contín (PP), por ejemplo, le chirría la cantidad de semáforos presentes en muchas rotondas de la ciudad. “Por defecto, una rotonda tendría que regularse sola”, salvo en los casos especiales o de tráfico denso, asegura, recogiendo una sensación muy presente en los conductores zaragozanos. Las rotondas de la avenida de Ranillas, alejadas del gran tránsito de vehículos, son un ejemplo de este sentir.


Tampoco entienden en la oposición -ya son varias las propuestas presentadas en este sentido por el grupo popular-, la instalación de semáforos en vías pacificadas, limitadas a 30 kilómetros por hora. “En muchos casos representan más un peligro que una seguridad”, ya que al ponerse en ámbar puede provocar que el conductor acelere.


Hay algunos viales tan saturados que el conductor que se adentre en ellos tiene que hacer frente a un semáforo cada 70 metros. Es el caso del recorrido entre el Hospital Miguel Servet y la plaza de España, donde hay 38 aparatos instalados en apenas 2,8 kilómetros.


Según los datos de Movilidad del Ayuntamiento, en Zaragoza existen en la actualidad cerca de 650 intersecciones reguladas por semáforos que, además, conllevan un importante coste económico: hasta 3.348 euros por intersección en gastos de mantenimiento (más de 2 millones anuales).


Sin embargo, la concejal del área, Carmen Dueso, defiende que la capital aragonesa es una de las ciudades con menos semáforos del país. Así lo reflejan al menos las estadísticas que maneja, donde se señala que el ratio de habitantes por intersección es de 1.072 vecinos, el segundo mejor promedio de las grandes urbes del país, solo superada por Madrid (1.538 personas por cruce), pero menos saturada que Valencia (725), Sevilla (941) o Barcelona (982).


Además, si se atiende al territorio, en Zaragoza tan solo hay dos intersecciones por kilómetro cuadrado. La capital valenciana supera las 8, y la catalana roza las 7. Todo un argumento para echar por tierra la idea de una ciudad saturada de semáforos, aunque no es menos cierto que el espacio ocupado de los diferentes términos municipales no son comparables.


En cualquier caso, Dueso recuerda que “en los últimos veinte años no ha habido ni una sola petición por escrito para eliminar un semáforo”, y en cambio, hay “decenas y decenas” de solicitudes para colocar nuevos, sobre todo de colegios y asociaciones vecinales que buscan mejorar la seguridad de sus calles más próximas.

Problemas en Parque Venecia

Precisamente, uno de los puntos de actualidad analizados esta semana es la regulación del tráfico en el entorno del barrio de Parque Venecia donde, sobre todo los fines de semana, sufren los atascos derivados de los accesos al centro comercial aledaño. En este sentido, Chunta Aragonesista ha planteado la necesidad de llevar a cabo alguna acción de mejora.


Carmen Dueso reconoce que se ha analizado el tráfico de la zona y que las simulaciones que manejan dicen que la actual es la regulación más adecuada, "aunque no la perfecta”, por lo que se están buscando nuevas soluciones que alivien la presión del tráfico rodado, que tantas quejas despierta entre los vecinos.