"El paso del tranvía deja apenas sin acera la avenida Academia General Militar"

“Indignados y preocupados”. Así demuestran estar algunos de los vecinos de la avenida Academia General Militar tras haber concluido las obras de la primera línea del tranvía y haber comenzado las pruebas de circulación de los convoyes por la citada vía. Unos trabajos que, según apuntan los afectados, han supuesto “que los vehículos solo cuenten con un carril de entrada y salida a la carretera de Huesca, que la distancia de los mismos con los convoyes sea mínima y que las aceras se hayan reducido al máximo”, comenta Carlos Pradas.

“Deberían haber dejado el final de línea del tranvía en la avenida Majas de Goya. Esta situación, en cambio, supone un gran peligro ya en la actualidad, que se verá multiplicado cuando el tranvía comience a funcionar por aquí. En las aceras, ir con un carrito de bebé es casi una misión imposible. De hecho, en los semáforos, para que los peatones puedan pasar, es necesario poner el carro de lado. Una auténtica locura”, comenta Pradas.

Su hija, Carolina, que vive en la primera planta de uno de los edificios de la avenida Academia General Militar, es de la misma opinión. “Han reducido tanto el espacio para los peatones y ampliado al máximo el destinado a los vehículos que casi podemos tocar los camiones que pasan desde nuestras ventanas. Una situación que, como es lógico, ha triplicado el ruido que se genera en la calzada, el olor y la polución que entra en nuestras viviendas”, asegura Carolina.Un colegio

Al ya considerado por muchos como “un auténtico problema” se une que a la altura del número 80 está la entrada principal del Colegio Cristo Rey. “Todos los días se producen atascos y masificaciones de padres que van a buscar a los alrededor de 1.200 chavales que estudian en este centro. En la acera no hay espacio alguno donde esperar, pero es que ni siquiera los coches pueden parar en la puerta para recoger a sus hijos, porque no hay donde aparcar”, comenta Vicente Casas, que también reside en esta avenida.

“Si ya de por sí cuando vas con niños hay que ir con mil ojos, en esta situación con más razón, porque a la mínima se plantan en las vías del tranvía sin darte cuenta, ya que tan solo existe una valla de protección que no cubre más que un pequeño tramo”, asegura Carlos Pradas. “No estamos en contra de este nuevo medio de transporte, pero sí de cómo han hecho las cosas en esta calle”, insiste Pradas.

Una situación que, según opinan desde la Asociación de Vecinos Parque Goya, “ya no tiene solución”. “Desde la agrupación no estamos de acuerdo con el paso del tranvía por la zona en cuestión, pero es lo que se redactó en el proyecto y la única posibilidad que existía para que los convoyes concluyeran su recorrido en la avenida Academia General Militar”, cuenta Chesús Barrena, presidente de la entidad. “Nosotros, en su momento, cuando se nos dio a conocer el proyecto, estudiamos los posibles cambios en el recorrido, como por ejemplo poner el final de línea en un paso subterráneo. Una posibilidad que no se contempló por distintas características urbanísticas”, concluye Barrena.