El helicóptero Cóndor de la Policía Nacional, 250 horas al año vigilando Aragón desde el aire

El aparato, con base en Zaragoza, completa una media de 200 misiones anuales. Entre las últimas, figuran las tractoradas, la crecida del Ebro y la búsqueda del joven Javier Márquez.

Vista de Zaragoza desde la cabina del helicóptero Cóndor de la Policía Nacional.
Vista de Zaragoza desde la cabina del helicóptero Cóndor de la Policía Nacional.
Oliver Duch

En ocasiones se le puede ver y escuchar, y en otras, según las necesidades de la misión, es más que complicado dar con él. Sube muy arriba o incluso observa desde la lejanía. El Cóndor, el helicóptero de la Policía Nacional, cumple nueve años de servicio en Zaragoza. En las últimas semanas ha colaborado en los dispositivos de seguridad relacionados con las protestas de agricultores, también ayudó a tener bajo control la crecida del Ebro y sigue participando en la búsqueda de Javier Márquez, el joven desaparecido en Logroño el 2 de marzo al que se rastrea desde La Rioja hasta Pina de Ebro. Al año, la media de horas de vuelo del aparato se acerca a las 250 y la del número de misiones se sitúa en 200.

“Las cifras van en aumento”, reconoce el inspector jefe y comandante Francisco Mir, uno de los pilotos que rota en la denominada Base Periférica de Aragón del Servicio de Medios Aéreos de la Policía Nacional. “A medida que los medios con los que contamos mejoran, las prestaciones que podemos ofrecer a nuestros compañeros de tierra son más variadas y mejores”, explica. Sirva como ejemplo la instalación en el helicóptero al inicio de este año de una nueva cámara ­–“el modelo más moderno”, apunta Mir­­– con la que, según afirma, se puede leer una matrícula de coche a dos kilómetros de distancia. “Tiene mucho ‘zoom’ y es capaz de obtener imágenes térmicas, muy útiles de noche”, ejemplifica.

El 75% de las salidas son dentro de Aragón, principalmente en Zaragoza, aunque la unidad también da servicio a La Rioja, Navarra, Cantabria, Asturias e incluso, en alguna ocasión, Cataluña. En verano, de hecho, se traslada al Cantábrico. Recientemente ha visitado Teruel para darse a conocer. “Para que los compañeros no acostumbrados a trabajar con medios aéreos sepan lo que les podemos ofrecer”, añade.

El Cóndor, el helicóptero de la Policía Nacional, cumple nueve años de servicio en Zaragoza
El Cóndor, el helicóptero de la Policía Nacional, cumple nueve años de servicio en Zaragoza

Su centro de operaciones es la Base Aérea de Zaragoza, donde comparte hangar y oficinas con el helicóptero de la Dirección General de Tráfico. Al respecto, está previsto que la Policía Nacional en un futuro cuente con su propio edificio.

La dotación del servicio está compuesta en estos momentos, además de por Mir, por el policía Gabriel Rodríguez, también piloto, por el policía técnico de mantenimiento aeronáutico Lorenzo Gracia y por el oficial Carlos Herrer, y los policías José María Camarillo y Daniel Escorza, operadores de cámara y encargados de manejar los drones.

Para cada vuelo, al helicóptero suben los dos pilotos (comandante y copiloto) y un operador de cámara. Son seis ojos atentos a lo que ocurre en el exterior, además de las imágenes que capta la cámara y que transmite en directo al centro de coordinación. “Estamos para lo que nos requiera la Jefatura Superior de Aragón y si no hay alguna misión concreta, patrullamos desde el aire”, comenta. Una vez a la semana, vuelan desde Zaragoza para dar cobertura a otros lugares.

Más allá las patrullas ordinarias, la unidad realiza funciones como el seguimiento de vehículos. Vigila las grandes aglomeraciones de los partidos de fútbol, las manifestaciones o los conciertos y también eventos como cumbres internacionales, y las Fiestas del Pilar, de San Lorenzo y de La Vaquilla, entre otras como San Fermín. Igualmente, participa en dispositivos de seguridad ciudadana. “Tenemos servicios que llamamos discretos, en los que nos elevamos hasta los 10.000 pies –3.500 metros– para no ser detectados y otros en los que sí queremos que nos vean porque nuestra presencia ejerce un efecto disuasorio”, cuenta Mir. Durante el confinamiento, en el helicóptero se instaló un altavoz para emitir mensajes preventivos a la ciudadanía.

En los drones han encontrado un elemento que se complementa con el helicóptero. La unidad tiene tres que se comenzaron a usar hace tres años. “Son más silenciosos por lo que se hace difícil percatarse de que están ahí y son útiles para controlar una zona concreta, por ejemplo si se nos ha encomendado vigilar una finca”, expone. Además cuentan con un dispositivo antidron –un inhibidor, que impide que un aparato no autorizado entre en zonas restringidas– y un sistema de detección que permite localizar a su operador.

“También llevamos a cabo servicios más amables, como exhibiciones o la participación en la cabalgata de los Reyes Magos”, añade Mir. Este año Melchor, Gaspar y Baltasar aterrizaron en La Romareda montados en el Cóndor. En San Jorge podrían visitar el Pignatelli.

El también piloto Gabriel Fernández suma seis años de servicio en la unidad. Recuerda “una búsqueda en la que localizamos a una persona en los galachos de La Alfranca y otra de un niño que apareció en el río Gállego”. Otra actuación que destaca es la persecución a unos ladrones que habían robado en una tienda de telefonía: “Seguimos el coche en el que huían y gracias a eso se les pudo detener a todos”. En otra ocasión, localizaron a un hombre que llevaba durmiendo dos noches al raso tras haberse marchado del hospital en el que estaba ingresado. “Su familia estaba muy preocupada”, rememora.

Además de la de Aragón, el Servicio de Medios Aéreos de la Policía Nacional cuenta con otras seis bases periféricas que complementan a la central de Madrid. Hay en Vigo, Málaga, Sevilla, Valencia, Palma de Mallorca y Gran Canaria. También existe una misión internacional en Senegal que pone especial atención en el control de la inmigración y de los cayucos.

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