tribunales

Piden hasta doce años de cárcel por violar en Zaragoza a una mujer con discapacidad mental

Según afirma ella, el acusado, que la había acogido en su casa y tras una primera relación consentida, la forzó en los dos días siguientes.   

Yacouba K., a la derecha de su intérprete, durante el juicio por agresión sexual celebrado este jueves en la Audiencia de Zaragoza.
Yacouba K., a la derecha de su intérprete, durante el juicio por agresión sexual celebrado este jueves en la Audiencia de Zaragoza.
Oliver Duch

Ocurrió durante el fin de semana del 19 al 21 de noviembre de 2021. El viernes, la denunciante acudió en busca de ayuda a quien consideraba que era un amigo, una persona con la que había tenido una breve relación sentimental dos años antes. Ella se había marchado del piso en el que se alojaba porque, según afirma, le habían sustraído de sus habitación 300 euros y necesitaba un sitio en el que quedarse. Él accedió a acogerla. Aquella misma tarde los dos adultos se acostaron de mutuo acuerdo. El sábado y el domingo se repitieron las relaciones sexuales aunque las versiones difieren. La mujer denuncia que en esos dos días fue forzada y el hombre sostiene que siempre hubo consentimiento.

Yacouba K. se enfrenta a una posible pena de hasta doce años de cárcel, seis por cada uno de los dos delitos de agresión sexual que la acusación particular, ejercida por el abogado José Antonio Alonso, entiende que se produjeron. La Fiscalía, atendiendo a que advierte cierta confusión en la declaración judicial de la denunciante, habla solo de una agresión por la que pide ocho años de prisión y la defensa, a cargo de Montse Azón Coll, quiere la absolución.

La Audiencia Provincial de Zaragoza acogió este jueves un juicio en el que, en ausencia de pruebas físicas y de testigos directos, la confrontación de las versiones de los dos implicados fue la protagonista. Jugó en ello un papel determinante la capacidad de discernimiento de la denunciante. Cuenta con una discapacidad reconocida del 47% por un trastorno bipolar esquizoafectivo y se encuentra bajo la curatela del Instituto Aragonés de Servicios Sociales. Tanto los psiquiatras que la atendieron tras su denuncia y durante las tres semanas posteriores que necesitó estar ingresada, como las psicólogas que se entrevistaron con ella varios meses después coinciden en que su relato es “lógico y coherente”, además de continuado en el tiempo.

La mujer, que compareció ante el tribunal telemáticamente, contó que Yacouba K. conocía su minusvalía y que incluso la había visitado en algunos de sus ingresos anteriores en el hospital. Tras la relación consentida del primer día, el sábado ya por la tarde se produjo, según su versión, el primer intento de volver a tener sexo. “Le dije que no quería y se quedó a mitad”, contó. Por la noche, se repitió. “Me había tomado la medicación, que me adormece, le volví a decir que no, pero el siguió”, expone. "Me decía que yo era su mujer", añadió. Yacouba K. llegó a penetrarla por vía vaginal y a eyacular. “El domingo estuve buscando otro lugar en el que quedarme, pero no encontré nada y tuve que volver porque mis cosas estaban en su habitación. Aquella noche, sucedió otra vez”, afirma. Ya el lunes acudió a denunciar.

El juicio se debería de haber celebrado el 19 de febrero. Sin embargo, no fue posible contactar con Yacouba K., motivo por el que fue puesto en busca y captura. Según alegó, tenía el teléfono móvil averiado y una vez lo reparó sí atendió a los requerimientos de la Policía Nacional, lo que no evitó que entrase en prisión de manera provisional.

En su declaración, Yacouba K incurrió en contradicciones con respecto a lo que había manifestado en un primer momento ante el juzgado de instrucción. Si entonces expuso que sabía de la minusvalía de la mujer y que tenían una amistad mantenida en el tiempo, este jueves dijo no conocer que tuviese una enfermedad y que desde aquella relación en 2019 no la había vuelto a ver hasta que le contactó en noviembre de 2021 en busca de ayuda. El acusado, que durante el juicio se mostró visiblemente afligido, narró que el sábado estuvieron todo el día juntos “paseando y bromeando” y que el al mediodía tuvieron relaciones consentidas. El domingo, él se fue a ver a una amiga y el lunes ella le dijo que había encontrado un piso y que se iba.

Tras la denuncia se estableció una orden de alejamiento. Al respecto, tampoco es igual lo que cada uno expone. La mujer dice haberlo visto “tres o cuatro veces” por la calle. “En esas ocasiones me ha llamado, pero me he asustado mucho y no he querido hablar con él, tengo un trauma”, afirmó. El acusado, en cambio, habló de que ha sido ella quien ha querido ponerse en contacto y que él lo ha evitado.

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