Se va de romería y aparece una pieza de la ermita en su furgoneta: "No recuerdo el pueblo y la quiero devolver"

Un zaragozano fue hace un año a una localidad aragonesa para disfrutar de una jornada festiva y volvió con un portacirios de más de un metro de altura en su furgoneta. 

El portacirios que apareció en la furgoneta y que ahora se encuentra en el escaparate de la tienda 'Manitas'
El portacirios que apareció en la furgoneta y que ahora se encuentra en el escaparate de la tienda 'Manitas'
Heraldo

Un día de romería y fiesta en un pueblo dan para mucho. Comida con amigos, música, buen ambiente y alguna que otra anécdota que contar. La que le ocurrió a un zaragozano hace ya un año es digna de remarcar. Se fue de fiesta a una localidad de Aragón cuyo nombre no recuerda y volvió con un portacirios pascual en su furgoneta. Y lo mejor de todo, sin saber cómo apareció dentro.

“El año pasado fuimos cinco amigos al campo a una romería y a mi me tocó llevar la furgoneta con la comida y la bebida”, empieza contando este zaragozano. Se celebraba una romería en un pueblo que, según apunta, se encontraba en la zona de Calatayud y del Campo de Daroca. “Recuerdo que estaba por Calatayud, aunque no sé como se llamaba el sitio”, explica.

Pasaron el día allí y volvieron a Zaragoza. Todo parecía estar en orden, pero al bajar de la furgoneta se dio cuenta de que había “una pieza de madera policromada de más de un metro” dentro de su furgoneta. ¿Cómo pudo haber llegado hasta ahí? Explica que “cerca había una ermita y probablemente algún graciosillo la sacaría para meterla dentro, fruto del vino”.

El portacirios procede, probablemente, de esa ermita localizada en un pueblo de Zaragoza próxima a una zona donde celebran romerías. La descripción es un poco dispersa, aunque ahora, casi un año después, ha decidido buscar a su dueño. En el escaparate del taller que regenta, ‘Manitas’, en la calle Cortes de Aragón con avenida Goya de la capital aragonesa, está la pieza. Allí se pueden ver las grandes dimensiones del portacirios con un mensaje claro: “Por devolver a su dueño: apareció en mi furgoneta después de una jornada de fiesta y romería de un pueblo. Visitamos la ermita y alguien la metió en mi furgoneta. No recuerdo el pueblo”.

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