Inmobiliaria

Los fundadores de Lobe compran un icónico edificio del centro de Zaragoza para hacer apartamentos

Los Bandrés han cerrado este lunes la compra de este bloque por un montante cercano a los 20 millones en el que proyectan a futuro un concepto ya existente en Madrid y Barcelona como es el alojamiento con servicios.

El edificio, a la altura del número 37 del paseo de la Independencia, se sitúa justo al lado de la antigua sede de Telefónica, actualmente ofertada en alquiler.
El edificio, a la altura del número 37 del paseo de la Independencia, se sitúa justo al lado de la antigua sede de Telefónica, actualmente ofertada en alquiler.
Oliver Duch

La transformación del paseo de la Independencia no cesa. La familia Bandrés, fundadora de la empresa aragonesa Grupo Lobe, acaba de adquirir un icónico edificio del corazón de Zaragoza con el objetivo, a largo plazo, de hacer apartamentos. Según el director de estrategia y desarrollo de empresa de la compañía, Eduardo Bandrés, la intención es llevar a la capital aragonesa "el nuevo producto que se da en otras capitales como Madrid o Barcelona de alojamientos con servicios". La compraventa se ha cerrado por un precio que ronda los 20 millones, según han confirmado a este diario fuentes conocedoras de la operación.

La compra, realizada este mismo lunes, se ha oficializado a través de Vatena, una empresa especializada en consultoría e inversión inmobiliaria del concepto 'flex living'. Según ha podido saber HERALDO, este inmueble perteneció a José Joaquín Sancho Dronda, exdirector general de Ibercaja, fallecido hace 10 años. Sus herederas han logrado finalmente llegar a un acuerdo de venta tras varios intentos fallidos en los últimos años. Las fuentes consultadas no han precisado el montante de la operación, que se presume millonaria, al ser un proyecto muy inicial. De hecho, los primeros planes de la familia Bandrés pasan por rehabilitar íntegramente el edificio, situado en el paseo de la Independencia número 37, junto a la antigua sede de Telefónica. Se conseguirá así el certificado passivhaus, el sello de la promotora aragonesa, con lo que se logrará una alta eficiencia energética en un inmueble muy antiguo.

La principal idea es hacer apartamentos destinados al alquiler en un emplazamiento de lo más privilegiado dentro de la capital aragonesa. "La pretensión es que no sean caros o de lujo, al revés", confirma Josemaría Navarro-Rubio, socio de Vatena. No obstante, todavía se desconoce cómo serán. En principio, este edificio histórico, que data del 1903, podría albergar 90 apartamentos "modernos y flexibles". Además, los locales también saldrán a comercialización, de la que se encargará la consultora.

Según se puede leer en las fichas de Patrimonio del Ayuntamiento, este edificio está protegido por su interés ambiental, por lo que solo se permitiría una rehabilitación y se deberá conservar su fachada. Es de arquitectura eclecticista, reformado en 1952 cuando se estableció en sus bajos la sede del Banco Aragonés de Crédito, con la firma de Emilio Larradera. En el momento se hizo el aplacado de piedra de la fachada y se renovaron los balcones. Posteriormente, en 1991, se eleva una planta ático, según el proyecto de José María Latorre, por encargo de María Pilar Sancho Bergua.

Apartamentos con servicios

Según la consultora, el edificio ofrece más de 8.200 metros cuadrados construidos sobre rasante, sobre los que se edificarán los apartamentos que, en un principio, serán destinados al alquiler de corta y media estancia. "La iniciativa incluirá estudios, apartamentos de uno y dos dormitorios, y áreas comunes como espacio de 'coworking', terraza o gimnasio, introduciendo por primera vez en Zaragoza este innovador concepto de alojamiento que combina autonomía del hogar con los servicios de un hotel", añaden desde Vatena.

Precisamente ese es el objetivo de la familia Bandrés: llevar a Zaragoza un concepto novedoso en pleno corazón de la ciudad. Es decir, se ofertan servicios muy parecidos a los de los hoteles, pero en un piso. Este sector se encuentra en auge y ha tenido un buen recibimiento en grandes ciudades como Madrid o Barcelona

La inversión final, según Josemaría Navarro-Rubio, dependerá del proyecto que se lleve a cabo. Primero pedirán las licencias de actuación al Ayuntamiento, por lo que ni siquiera hay una fecha inicial prevista. No obstante, el objetivo final es hacer esos apartamentos que irán destinados a todo tipo de públicos, desde jóvenes hasta familias enteras. Todo ello lo gestionará un operador personalizado y especializado en esta tipología de alojamiento.

Respecto al componente comercial del proyecto, los locales situados en la planta baja y el entresuelo, con superficies de 630 m2 y 612 m2 respectivamente, "prometen atraer a marcas de renombre". "De esta manera, se contribuye a la dinamización económica y social del área", explica la consultora. La exclusividad en la comercialización de estos espacios ha sido confiada a Vatena, que ya está en proceso de selección de inquilinos "que complementen y enriquezcan la oferta comercial de una de las calles más transitadas y relevantes de Zaragoza".

Se producirá así una transformación sustancial de este edificio histórico, a merced de las nuevas tendencias de vivienda y consumo.

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