Una zaragozana admitió este martes que fingió mantener una relación con un jubilado que tiene reconocida una discapacidad del 34% para sacarle el dinero de la cuenta corriente. En total, se apoderó de 11.862 euros, aunque podían haber sido muchos más de no ser porque el hermano de la víctima se percató de que se estaba aprovechando de él y le estaba causando un perjuicio económico.

La mujer, T. L. M., se enfrentaba a una posible condena de cuatro años de cárcel, pero el reconocimiento de los hechos y el compromiso de devolver el dinero a plazos llevaron a la Fiscalía y la acusación particular, ejercida por Fernando Rodríguez Burgués a alcanzar un acuerdo con el abogado de la defensa, Javier Fort, y rebajaron su petición a dos años de prisión, pena que quedará suspendida si no vuelve a delinquir, además del pago de una multa. 

La acusada conoció al jubilado a través de Facebook en febrero de 2021. El hombre, además de la discapacidad por sufrir epilepsia, tiene anulada la capacidad de autogobierno de sus bienes y precisa la supervisión de un tercero en su vida diaria. Es, además, una persona muy influenciable y manipulable, características de las que se percató T. L. M. por las conversaciones que mantenía con él por la red social y por Whatsapp.

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La acusada vio la oportunidad de sacar un beneficio ilícito y se fue ganando la confianza del denunciante, al que hizo creer que tenían una relación sentimental, para pedirle ayuda para comprar determinados productos.

Así, entre febrero y marzo de 2021, el hombre financió a la mujer compras en unos grandes almacenes por importe de 5.446 euros. También pidió un crédito rápido de 5.916 euros que T. L. M. destinó a comprar joyas que luego empeñó.

Cuando el hermano y curador del jubilado se percató de lo que estaba ocurriendo reclamó a la acusada las cantidades entregadas, que en esos momentos sumaban 11.862 euros, deuda que ella reconoció.

En ese momento se comprometió a devolver 8.176 a plazos y otros 3.685 los pensaba asumir domiciliando los pagos de esa cantidad en su cuenta corriente. Sin embargo, no cumplió lo prometido. Incluso en julio de 2002, el perjudicado recibió una demanda de un procedimiento en el que se le reclamaban dos préstamos para la adquisición de unos muebles que habían sido depositados en casa de T. L. M. Por esa razón, terminó denunciada por estafa y este martes fue juzgada en la Audiencia Provincial de Zaragoza.