Condenado por quitarle el móvil y hacerle tocamientos: "Da gracias de que solo te he robado"

“Da gracias de que solo te he robado”, soltó Noel Muñoz Hernández a la joven que, aterrorizada y tras un forcejeo, acababa de quitarse de encima a su agresor. La muchacha había conseguido cerrar la puerta de su casa y ponerse a salvo, después de vivir una dramática experiencia. Pero esos angustiosos minutos serán difíciles si no imposibles de olvidar. 

El asalto sufrido por esta mujer se produjo en la madrugada del 17 de octubre de 2021, justo el día en que terminaban las Fiestas del Pilar. Tras haber salido con sus amigas, regresaba andando a casa caminando por la calle de San Vicente de Paúl. De pronto notó que alguien la seguía e incluso en un momento dado esa persona, un joven, le dijo a cierta distancia: ‘Guapa, vente conmigo a casa’.

Ella aceleró el paso y sacó las llaves del bolso para tenerlas preparadas cuando llegara a su portal, en una calle cercana. Pero no le dio tiempo y, cuando quiso darse cuenta, tenía al agresor encima.

El desconocido la asaltó por detrás y la agarró de los pechos. Ella consiguió darle un empujón y tirarlo al suelo, pero él se recuperó rápidamente y, empuñando un objeto que describió como una navaja abierta, la acorraló contra la pared, le cogió las muñecas con la mano en la que llevaba el objeto y con la otra le tocó primeramente las nalgas con detenimiento y luego los pechos, por debajo de la camiseta.

En esta situación, el agresor se percató de que el bolso de la chica estaba abierto y decidió quitarle la cartera y el teléfono móvil. Estos movimientos fueron aprovechados por la víctima para escapara y alcanzar el portal de su casa, que estaba justo al lado, abrir la puerta y refugiarse dentro. No fue fácil, porque el individuo, que luego sería identificado como Noel Muñoz Hernández, de 18 años prácticamente recién cumplidos, trató de impedírselo y llegaron a forcejear. Cuando vio que estaba fuera de su alcance lo que le ocurrió fue decirle que diera las gracias por no haberla violado.

Para el tribunal de la Audiencia Provincial de Zaragoza que lo juzgó por robo y agresión sexual, el ánimo lascivo que guiaba al acusado quedó en evidencia no solo por los tocamientos a los que la sometió sino por las expresiones -“guapa, vente a mi casa”- que lanzó primero como la última -“da gracias de que solo te he robado”-. Todo puso de manifiesto que su intención, además de robar, era otra. Por esa razón, la Sección Primera lo condena a dos años y medio de cárcel por un delito de agresión sexual.

Además, le impone tres años de cárcel por apoderarse con violencia de los 70 euros que la víctima llevaba en la cartera y de su teléfono móvil. Precisamente el terminal fue clave para la detención del agresor, que se produjo siete meses después.