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Un asesino en serie de agricultores suma tres víctimas a escasos kilómetros de Aragón

El perfil de las víctimas es siempre el mismo: personas mayores que trabajan solas en el campo. Una de ellas vivía en Tudela pero era hijo de una mujer nacida en Zaragoza y tenía familia en el Moncayo.

Un asesino en serie de agricultores suma tres víctimas a escasos kilómetros de Aragón
Un asesino en serie de agricultores suma tres víctimas a escasos kilómetros de Aragón
Víctor Meneses

Tres muertes violentas en apenas mes y medio con víctimas del mismo perfil, agricultores de entre 68 y 84 años, han disparado las alarmas. Los investigadores de la Policía Nacional, la Guardia Civil y los Mossos d’Esquadra se han puesto a trabajar de la mano porque todo apunta a que un asesino en serie puede andar suelto. El hecho de que dos de los crímenes se hayan producido en Navarra (Tudela y Ribaforada) y el tercero en Lérida (Vilanova de Barca) inquieta todavía más en Aragón, dada la proximidad con los lugares donde se mueve el criminal, que se desplaza en los vehículos que roba a su víctimas y al que se ha descrito como un hombre alto y corpulento especialmente violento que habla español pero podría ser extranjero.

El primer asesinato del que se tiene noticia se produjo el pasado 23 de noviembre en un olivar a las afueras de Tudela, población navarra que dista apenas 30 kilómetros de Mallén (Zaragoza). La víctima fue Pedro Oyón Villarmosa, de 68 años, al que echaron de menos a la hora de comer. Preocupada porque había salido al campo y no volvía, su mujer decidió denunciar su desaparición ante la Policía Nacional, que lo encontró horas después muerto. Según publicó entonces Diario de Navarra, el cadáver del hombre, celador jubilado del Hospital Reina Sofía, presentaba un golpe en la cabeza y varias heridas de arma blanca, una de ellas en el cuello, que fue la que según la autopsia habría provocado su fallecimiento.

La noticia del asesinato de Pedro Oyón, casado y con dos hijas, causó un gran impacto en la localidad zaragozana de San Martín del Moncayo, donde la víctima tiene varios familiares. De hecho, la madre del fallecido era de Zaragoza, aunque él siempre vivió fuera de Aragón.

El asesino en serie se llevó el coche del agricultor de Ribaforada tras soltar el carro que llevaba enganchado.
El asesino en serie se llevó el coche del agricultor de Ribaforada tras soltar el carro que llevaba enganchado.
Diario de Navarra

Una fuga atravesando Aragón

El segundo crimen que se atribuye al asesino en serie es el de José Luis Aguado Martínez, de 80 años, a quien se halló muerto el 21 de diciembre de 2023 en Ribaforada, localidad situada a penas 15 kilómetros del límite provincial entre Navarra y Zaragoza. El agricultor se encontraba trabajando solo en su finca con una motoazada y el cadáver presentaba distintos cortes, por lo que en un primer momento se pensó en un accidente. Pero algo no encajaba: su coche, un Opel Astra de color rojo, había desaparecido. La Guardia Civil se hizo cargo de las pesquisas y ahora se sospecha que fue también víctima del asesino que anda suelto.

 

Se ignora todavía cuál fue la ruta escapatoria que eligió el criminal, pero el vehículo del fallecido de Ribaforada fue localizado el 31 de diciembre en Lérida, por lo que muy probablemente el fugado atravesó en esos días la comunidad aragonesa. No se descarta que lo hiciera por carreteras secundarias, ya que las cámaras de la DGT instaladas en autovías y autopistas podían ayudar a la Guardia Civil a localizarlo. La Guardia Urbana de Lérida encontró el vehículo abandonado en un campo de frutales, lo que evidencia que el asesino en serie seguía moviéndose por el entorno rural.

Solo cinco días después, la víspera de Reyes, se conocía una tercera muerte, la de Ramón Rosell, un agricultor de 84 años al que encontró sin vida su propia esposa en un campo de frutales de Vilanova de la Barca, población leridana ubicada a escasos 20 kilómetros de donde el fugitivo había abandonado el vehículo robado en Ribaforada. Y como ocurrió entonces, los Mossos d’Esquadra, encargados de investigar el caso, se dieron cuenta de que se habían llevado el coche del asesinado. Casualmente, otro Opel Astra de color gris.

Horas después del último crimen, el presunto asesino se saltó un control policial con el coche sustraído. Lo hizo en la C-14, a la altura del municipio catalán de Ponts, y ello permitió seguir su rastro. De hecho, las cámaras de tráfico lo situaron a las 12.59 de ese día en la frontera de la aduana de La Farga de Moles, en Andorra. Poco después, sobre las 13.55, cruzó el paso fronterizo de Pas de la Casa, camino de Francia. Resulta que en el país vecino durante los últimos meses también se había producido la muerte de algún agricultor en extrañas circunstancias, lo que obliga a investigar si podría haber alguna conexión.

Los investigadores sospechan que antes de los tres asesinatos de agricultores hubo un primer ataque en el que la víctima logró salvar la vida. Este se produjo el 14 de octubre de 2023 en Ablitas (Navarra), donde otro labriego estaba abonando sus campos cuando se topó con un hombre robándole aceitunas. El dueño de la finca le recriminó su acción y el ladrón terminó apedreándolo mientras lo insultaba. Afortunadamente, la víctima ya se había subido a su tractor y pudo huir. Su testimonio ha sido muy valioso a la hora de intentar identificar al sospechoso: una persona muy alta, corpulenta y posiblemente extranjera, ya que le llamó “racista”

“La verdad es que estamos preocupados”

Las tractoradas que estos días se están organizando en Aragón y en el resto de España hacen que los trabajadores del campo estén ahora centrados en lograr que se escuchen sus reivindicaciones. Pero los asesinatos de Navarra y Lérida no han pasado desapercibidos para este colectivo. “La verdad es que estamos preocupados y la gente lleva ya algún tiempo comentando estos asesinatos de agricultores en nuestros grupos de Whatsapp”, señala Óscar Moret, portavoz de UAGA en la comarca del Bajo Cinca. “Y nos inquieta porque hay un asesino dando vueltas por la zona y tenemos a toda la Guardia Civil vigilando nuestros tractores”, añadía.

Para Moret, el hecho de que este asesino en serie elija como víctimas a personas mayores que trabajan solas en el campo “todavía complica más las cosas”. “Porque esta gente, que vive en pueblos pequeños, está ahora más sola que nunca. Además, se desenvuelve bastante mal con los teléfonos móviles. Y avisar de cualquier movimiento extraño les cuesta mucho más que a los jóvenes”, reconoce. Por ello, invita a los ayuntamientos de estas pequeñas poblaciones “a emitir algún tipo de bando o algo que los ponga sobrealerta”.

Se da la circunstancia de que hace solo unos días, el pasado 3 de febrero, la Policía Local de Tauste halló el cadáver de un agricultor de 68 años en en el foso de una caseta de riego situada en el paraje de La Venta. Sin embargo, a falta de que lo confirme la autopsia, esta muerte sí habría sido accidental, ya que la víctima, Jesús Miguel B. E., de 68 años, solo presentaba una pequeña herida externa en la cabeza. Lo que se ignoraba en un primer momento es si el hombre podría haber sufrido algún desvanecimiento previo que le hiciera caer.

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