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Condenado a 23 años de cárcel por la trampa mortal que preparó a su cuñado en Zaragoza

Bobo Keitia asesinó a la víctima asestándole 14 cuchilladas, pero el jurado no apreció ensañamiento. Tras cumplir condena, el asesino no podrá acercarse durante 10 años a sus mujer e hijos.

Bobo Keitia, a quien el Jurado ha declarado culpable del asesinato de su cuñado en Zaragoza, en una imagen de este lunes.
Bobo Keitia, durante el juicio celebrado en diciembre en la Audiencia de Zaragoza..
Guillermo Mestre

La Audiencia de Zaragoza ha condenado a 23 años de prisión al gambiano de 43 años Bobo Keita, a quien hace ahora justo un mes un jurado declaró culpable de un delito de asesinato con la agravante de parentesco como autor de las 14 cuchilladas que acabaron con la vida de su cuñado, Alie Sidibeh, de 41 años, en las escaleras de un edificio del barrio zaragozano de Delicias.

El acusado trató de convencer al tribunal popular de que el responsable del crimen fue un amigo del apuñalado, con el que casualmente este había quedado la aciaga noche del 22 de junio de 2022 en la puerta de su casa, en el número 29 de la calle de Don Pedro de Luna. Sin embargo, los jurados no tuvieron ninguna duda de que fue el procesado quien se desplazó aquel día en coche desde Calella (Barcelona) a Zaragoza con la «firme determinación» de tender una trampa mortal al hermano de su mujer, a quien hacía responsable del su separación.

La magistrada-presidenta del jurado, Soledad Alejandre, condena también al asesino a indemnizar con un total de 320.00 euros a la familia del fallecido, entre la que incluye a su viuda y dos hijos, así como a una hermana y un hermano. También le prohíbe acercarse o comunicarse con los tres primeros durante un periodo de diez años, a contar después de que cumpla la condena.

A la pena de 23 años de cárcel por el asesinato habrá que sumar otra de diez meses, ya que la Audiencia Provincial también condena a Bobo Keitia como autor penalmente responsable de un delito continuado de falsedad por uso de documento autentico por quien no está legitimado para ello. Y lo hace porque el autor del crimen utilizó la tarjeta de identidad de un amigo para intentar huir de España. De hecho, cuando lo detuvo el 25 de junio de 2023 en Almería, la Policía Nacional le intervino dicho documento, con el que se había identificado al registrarse en varios hoteles. Durante el registro le intervinieron también el recibo de la armería donde había comprado el cuchillo con el que asesinó a su cuñado.

Como recuerda la sentencia, tras unas seis horas de deliberación y basándose en unas pruebas que las acusaciones calificaron en sus informes de «apabullantes», los nueve miembros del tribunal popular consideraron probado por unanimidad que Bobo Keita quería matar a Alie. De hecho, así se lo había hecho saber a través de varias llamadas telefónicas previas en las que le anunció que acabaría con su vida «si no le devolvía a su familia». Dichas amenazas llevaron a la víctima a interponer incluso una denuncia ante la Policía Nacional el 4 de mayo de 2022. Y aunque Keita resultó condenado, ello no le impidió ‘aparcar’ su plan.

"El día de los hechos accedió al portal del inmueble en el que residía su cuñado, y con ánimo de causarle la muerte, portando un cuchillo comprado para la ocasión, permaneció oculto en actitud de espera hasta la llegada de Alie Sidibeh, y cuando éste bajaba las escaleras de forma totalmente despreocupada, el acusado, de forma súbita y sorpresiva, sin que Alie Sidibeh tuviera posibilidad de defenderse, le asestó hasta catorce puñaladas que acabaron con su vida", dice el fallo.

La víctima había quedado con un amigo

Sobre las 23.40 del 22 de junio, la víctima había recibido una llamada telefónica de un amigo al que adeudaba 40 euros y con el que había quedado, por lo que bajó tranquilo a la calle con el dinero en la mano. Lo que no imaginaba es que en las escaleras se encontraba oculto al acecho el acusado, que se abalanzó sobre su cuñado y empezó a lanzarle cuchilladas. Alguna le alcanzó la arteria y la vena axilar, así como ambos pulmones, provocando un profuso sangrado que le hizo caer desplomado en el rellano del segundo piso.

El asesino se dio a la fuga, coincidiendo en la puerta del edificio con el amigo con el que había quedado Alie, que pudo ver cómo Bobo Keita empuñaba todavía el arma homicida en su mano derecha. El autor del crimen se deshizo después tanto del cuchillo como de la chilaba ensangrentada que vestía arrojándolos debajo de varios vehículos aparcados cerca del bar Don Cuco, donde se refugió para lavarse. Finalmente, abandonó la capital aragonesa con destino a Alcarrás (Lérida), donde se hizo con la tarjeta de identidad que le prestó un amigo e intentó salir de España desde Almería. No lo consiguió, ya que fue arrestado por la Policía Nacional el 25 de junio en el hostal donde se alojaba.

Sin ensañamiento

Lo que no consideró acreditado el jurado es que las 14 puñaladas que Bobo Keita asestó a su cuñado en la zona axilar, pectoral izquierdo y abdomen pretendieran aumentar de forma deliberada su sufrimiento. Por ello, a la hora de dictar la sentencia y fijar la pena, la magistrada-presidenta, Soledad Alejandre, no ha podido aplicar la agravante de ensañamiento.

La Fiscalía y las acusaciones particulares, a cargo de las letradas María Fornoza y Eva Martín, pedían una condena de entre 20 y 27 años, pero a esta ha habido que restar el delito de hurto de la tarjeta de identidad, que no quedó probado. La defensa, de la que se encarga la abogada Elena Carnicer, solicitaba que se impusiera al acusado la menor pena posible. El jurado se mostró en contra de concederle el indulto.

Contra la sentencia todavía cabe recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Aragón.

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