Un joven muere al ser atropellado en la N-330 a la entrada de María de Huerva
La víctima caminaba sin reflectantes por el arcén en una zona sin iluminación.
La Guardia Civil investiga el accidente registrado este lunes por la tarde a la entrada del casco urbano de María de Huerva, donde un joven ha muerto atropellado por un turismo cuando caminaba por el arcén de la carretera N-330. Según fuentes oficiales, el siniestro se ha producido sobre las 18.40 en un tramo recto, llano y sin iluminación. Parece que esta persona, de nacionalidad extranjera, no portaba ningún elemento reflectante, lo que ha podido hacer que la conductora no lo haya visto. Ella misma ha dado aviso enseguida al 112, que ha movilizado enseguida a los sanitarios del propio centro de salud de la localidad.
"Las médicas han llegado muy rápido para intentar auxiliarlo, pero el joven ya no tenía constantes vitales", ha señalado el alcalde de María de Huerva, Joaquín Calleja. "No sabemos todavía quién es el fallecido o si residía o no en el pueblo, ya que no portaba ningún tipo de documentación. La Guardia Civil está haciendo ahora averiguaciones para dar con algún familiar o conocido", ha apuntado el regidor, lamentando el trágico accidente. "Lo que tampoco está claro es por qué caminaba solo por esta carretera a estas horas y con ropa oscura-ha añadido-. Hay una granja cerca, pero ignoramos si trabajaba allí. Por ahora, son todo suposiciones y habrá que esperar para aclarar lo sucedido".
El cadáver ha sido trasladado al Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA), donde a primera hora de este marte está previsto que se le practique la autopsia para concretar las causas del fallecimiento. Como es habitual en estos casos, la Guardia Civil de tráfico ha prácticado las pruebas de alcohol y drogas a la conductora implicado en el atropello, que arrojó sendos resultados negativos.
Ocho víctimas este año
Según las estadísticas oficiales de la Dirección General de Tráfico (DGT), en lo que va de año se han registrado 53 muertes en las carreteras aragonesas. Y de todas estas víctimas, ocho han sido peatones, cuatro de ellos, conductores u ocupantes de vehículos que se habían detenido en la calzada a causa de alguna avería o pinchazo y terminaron siendo arrollados. Así sucedió el 15 de marzo en la A-68 en Zaragoza; el 27 de mayo en la AP-2 en Villafranca de Ebro; el 21 de noviembre en la Z-40, también en Zaragoza; y el pasado 10 de diciembre en la A-23 en Gurrea de Gállego.
De las otras cuatro personas fallecidas en atropello, tres fueron casualmente mujeres que cruzaban las travesías de distintos municipios. Los accidentes se produjeron el 14 de mayo en Canal de Berdún; el 16 de junio en Monzón; y el 23 de agosto en Alfambra. A estos siniestros hay que sumar el registrado también ayer en el tramo de la N-330 que discurre por el término municipal de María de Huerva.
