análisis
El desafío de construir el consenso de la nueva Romareda en tiempo récord
Pese a que todos los partidos hablan de acuerdo sobre el estadio, los antecedentes, la posición de inicio de los líderes políticos y el escaso margen de negociación no invitan al optimismo.
Consenso es la palabra mágica. Después de tres proyectos de campo de fútbol fallidos, dos de ellos por falta de acuerdo político, y con el cuarto en el alambre por lo mismo, los partidos y las instituciones dicen que quieren entenderse para no fracasar otra vez. Es lo que han proclamado siempre. Y también siempre, más por estrategia que por motivos de fondo, se han tirado los trastos a la cabeza.
Los responsables del Ayuntamiento de Zaragoza estaban el pasado jueves, cuando el Real Zaragoza dijo no a la última versión de la operación Romareda, profundamente tocados. Se iba por el sumidero más de un año de trabajo. Los fondos internacionales de inversión, que solo ven números, no se fiaron.
Sus motivos (los márgenes de rentabilidad, el proceso judicial abierto a raíz de un recurso de Podemos o los riesgos inherentes a una actividad tan volátil como el fútbol) poco importan ya. Al Ayuntamiento le toca resucitar la operación en cuestión de días con un nuevo modelo jurídico y económico. Y para hacerlo en un tiempo récord y evitar nuevos procesos judiciales, el acuerdo político es clave. ¿Es posible?
De momento, nada invita al optimismo, sobre todo entre el PP y el PSOE. La desconfianza mutua en todo lo referido al campo es profunda. Los populares, y así lo ha verbalizado el propio presidente Azcón, sostienen sin margen a la duda que detrás del recurso de Podemos está la mano de los socialistas, acusación que estos rechazan.
Y la carta que el presidente de la Diputación de Zaragoza, el socialista Juan Antonio Sánchez Quero, ha enviado a la alcaldesa Chueca ha resquebrajado aún más la relación. Y no solo por el tono, ofensivo con la alcaldesa y alejado de lo esperado de un cargo institucional, sino porque descarta participar en la financiación de la nueva Romareda.
Para los socialistas, el PP nunca ha buscado el consenso y solo ha querido rentabilizar políticamente el proyecto. Y considera que lo vuelve a hacer ahora. La decisión de Chueca de convocar un pleno extraordinario sin buscar un mínimo entendimiento con la oposición en el orden del día se ve como la demostración de que el gobierno municipal no buscará el acuerdo.
Pero el PSOE municipal, consciente de que su oposición al último proyecto de La Romareda le supuso un grave coste político, no quiere quedarse fuera. De hecho, ha molestado el factor de distorsión de la posición negociadora del grupo que ha generado la carta de Sánchez Quero. «Estamos por sumar, hay que resolver el problema. Pero el PP no nos va a tratar como nos está tratando», avisan. «Hay una bola nueva de partido, el PSOE tiene que entrar», dicen en el PP. ¿Habrá consenso o se repetirá la historia?
