El mural de los años 90 de La Jota, en Zaragoza, salvado: “Estamos muy felices”

La asociación de vecinos inició hace unas semanas una recogida de firmas para que se mantuviera este elemento emblemático del barrio.  

Juan Andrés Pinilla, presidente de la asociación de vecinos de La Jota
Juan Andrés Pinilla, presidente de la asociación de vecinos de La Jota
Heraldo.es

Lo que hace tan solo unos días parecía el final de uno de los iconos del barrio de La Jota ha tenido un final feliz gracias al acuerdo al que llegaban la asociación de vecinos y la constructora que desde hace unos meses opera en la parcela F 52-2. Ante el inminente derribo del mural ubicado en una tapia de bloques de hormigón en la calle Manuel Viola, casi esquina con Balbino Orensanz, los vecinos organizaban una recogida de firmas para evitar su destrucción.

Hoy la imagen es bien distinta y, aunque el resto de la tapia ya ha sido derribada, el espacio que contiene el grafiti realizado en 1993 por ‘Basque’, en colaboración con su hermano Ricardo, el cual es considerado en la zona como “un auténtico emblema del espíritu trabajador de nuestra gente”, ha quedado intacto para alegría de los vecinos. “Queremos manifestar nuestra satisfacción por la preservación del mural, una parte de nuestra historia. Estamos muy contentos” afirma Juan Andrés Pinilla, presidente de la asociación vecina José Oto.

El mural de La Jota salvado, junto a la parte derribada
El mural de La Jota salvado, junto a la parte derribada
Camino Ivars

Le respuesta de la gente no se hacía esperar, y desde primera hora de este viernes, tras la noticia, eran muchos los vecinos y vecinas que se acercaban, “de propio”, a visitar el lugar y tomar algunas fotografías. Entre ellos Amparo Tortosa, que vive en una plaza muy cercana. “Sé que mi hija estaba pendiente y he bajado a hacerle una foto para mandársela y que se dé una alegría”, explicaba. “Me alegra que lo hayan respetado, es muy bonito y tiene su tradición aquí”, añadía.

Andrés reconocía que, durante los días del derribo, varias personas permanecían atentas al desarrollo de los acontecimientos a través de sus ventanas y balcones. “Estábamos bien informados”, asegura, entre risas. Hoy, tan solo tienen palabras de agradecimiento para la Junta de Compensación de la parcela: “Queremos agradecer a la gerencia de la F52, a la empresa constructora y al Ayuntamiento su interés y buen hacer para preservar este espacio, y al Concejal y al servicio de Urbanismo su sensibilidad por mantener esta parte de la historia del Barrio de la Jota”.

El mural de La Jota salvado, junto a la parte derribada
El mural de La Jota salvado, junto a la parte derribada
C. I.

Por su parte, Gustavo Pérez, presidente de la F52, aseguraba que agradecían haber sido conocedores a tiempo de esta historia y haber podido actuar a tiempo. “Si hacemos feliz a la gente, nosotros encantados. Tomamos la decisión tan pronto recibimos la primera noticia a través de HERALDO”, afirmaba, al tiempo que reconocía que, desde el primer momento, tenían claro que iban a poner “todo de su parte para solucionarlo”.

Se trata de un mural que cuenta con más de tres décadas de historia y que, a pesar del paso del tiempo, ha logrado mantenerse intacto. Un hecho que demuestra la importancia que esta obra tiene para la gente del barrio. “Muchos vecinos nos han manifestado su alegría al enterarse del mantenimiento del mural ya que la iniciativa para salvarlo fue totalmente popular e iniciada por los vecinos del barrio”, asevera Andrés.

Su futuro, en el aire

Por el momento el futuro de esta obra está en el aire, aunque Andrés asegura que las alternativas son múltiples, empezando por la celebración del festival Asalto en La Jota, pues el presidente de la AVV considera oportuno que este elemento se transforme en una suerte de “conexión entre la cultura popular de barrio, reflejada en este mural del año 90 que muestra las ilusiones de unos jóvenes por rendir un tributo al trabajo de sus familiares y vecinos, en las industrias que iban desapareciendo del barrio”, añade.

Y es que, como explica, a pesar de tratarse una de las zonas más consolidadas de Zaragoza, su inventario de arte público es bastante escaso, ya que se trata de una de las pocas obras de arte público y con carácter social, que existen en el barrio. “Desde dejarlo como elemento decorativo en la propia zona ajardinada e incluirlo en este nuevo espacio a moverlo de lugar”, concluye.

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