Ya han ardido 143 contenedores en Zaragoza este año, el 25% en solo 17 días de julio
La Policía Nacional responde a la ola de vandalismo incendiario con un dispositivo especial. La alcaldesa Chueca hace un llamamiento a la colaboración ciudadana para detener a los autores.
Los números hablan por sí solos. En lo que va de año, el Ayuntamiento de Zaragoza ha tenido que sustituir 143 contenedores de reciclaje o basura calcinados, lo que se traduce en un desembolso de casi 150.000 euros. Las cifras, de por sí considerables, resultan todavía más preocupantes al echar la vista atrás y comprobar lo ocurrido en los últimos ejercicios. Porque habría que remontarse a las estadísticas de 2014, uno de los peores años que se recuerdan en cuanto al vandalismo incendiario, para encontrar un volumen de daños similar al del presente.
Pero hay otro dato que preocupa a los responsables municipales: el 25% de los incendios de contenedores de este 2023 se han registrado en lo que va de julio. En concreto, en los primeros 17 días. La mayoría de los 143 contenedores quemados estaban destinados a materia orgánica (50), aunque también han ardido 32 de envases ligeros, 40 de papel y cartón, y 21 de vidrio.
Afortunadamente, y pese a que muchos de los fuegos se han declarado de madrugada y en plena canícula, cuando los vecinos dormían con las ventanas abiertas, no ha habido que lamentar daños personales por intoxicación. Sin embargo, en esta última concatenación de fuegos los daños materiales causados a particulares están siendo especialmente altos. A modo de ejemplo, recordar que la quema que se produjo el pasado lunes en el barrio Oliver inutilizó dos vehículos de reparto de una panadería y afectó a otros cuatro turismos.
Por el problema de seguridad que representa, la Jefatura Superior de Policía en Aragón también ha decidido tomar cartas en el asunto. De hecho, ha activado un dispositivo especial de seguridad para tratar de atrapar a los incendiarios in fraganti. Para ello, se ha dispuesto una vigilancia especial en barrios como el de Las Delicias u Oliver, pero sin bajar tampoco la guardia en el resto de la ciudad. En cualquier caso, por los cuatro últimos sucesos registrados en apenas cuatro días todavía no se han producido detenciones.
En el Ayuntamiento de Zaragoza, la preocupación es máxima. La alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, explicó ayer que el concejal de Presidencia, Ángel Lorén, se reunión con el delegado del Gobierno, Fernando Beltrán, el pasado lunes para analizar la situación y reforzar las medidas de seguridad, dado que la competencia de investigar estos graves delitos es de la Policía Nacional.
«Los cuerpos y fuerzas de seguridad están intensificando la vigilancia. Pero pido también colaboración ciudadana para que ante cualquier indicio de acto vandálico lo denuncien y nos ayuden a seguir y detectar a los malhechores», afirmó la alcaldesa. La regidora explicó que este tipo de incidentes «pueden causar graves daños, no solamente materiales, sino también personales y poner en riesgo la vida de las personas», como confirman las grabaciones con violentas llamaradas del incendio en la calle de Pablo Sarasate, en la madrugada del pasado sábado.
La última quema, en San Gregorio
El de la calle de San Vicente Ferrer, en el barrio Oliver, no fue el único incendio de contenedores que tuvieron que sofocar el pasado lunes los Bomberos del Ayuntamiento de Zaragoza. Porque si el primero se declaró de madrugada y causó también importantes daños en media docena de vehículos, a última hora de la tarde fue necesario volver a intervenir por otro fuego en el Camino de los Molinos, en la zona de San Gregorio.
Las llamas se iniciaron a las 20.00 junto a un muro perimetral de cemento, por lo que esta vez no afectaron a viviendas, negocios o vehículos. Los depósitos calcinados fueron cuatro y a primera hora de ayer todavía no habían sido repuestos.
Por la ubicación y hora en que se produjo este último incendio, la Policía todavía no tiene claro si fue accidental o intencionado. De hecho, esta es una zona mucho menos frecuentada y la quema no responde al patrón habitual de este tipo de sucesos. En cualquier caso, nada se puede descartar de momento.
