El derribo del edificio desalojado en el Arrabal será total y se alargará dos meses

Por ahora se ha retirado el tejado y la planta superior, una operación muy compleja por el delicado estado del inmueble.

Un camión grúa, ayer, durante las obras de derribo en el número 17 de Mariano Gracia
Un camión grúa, ayer, durante las obras de derribo en el número 17 de Mariano Gracia
José Miguel Marco

El número 17 de la calle de Mariano Gracia, del que tuvieron que ser desalojadas 17 personas por riesgo de ruina inminente, será derribado por completo. Los trabajos ya han comenzado y durarán al menos dos meses por el delicado estado del edificio. Fuentes de Urbanismo confirman que las actuaciones están siendo ejecutadas de forma subsidiaria, por lo que, una vez acabadas, se girará la correspondiente factura a los propietarios: siete personas a título privado, un banco y dos empresas.

Las labores se alargarán, previsiblemente, durante todo el verano. "Más que un derribo, estamos haciendo una deconstrucción. Hay que ir elemento a elemento", explicó ayer Pedro Millán, responsable de la obra, a cargo de la empresa Derribos Salvador SL.

El bloque –totalmente vallado y recubierto con chapas y andamios– tiene cinco alturas y un semisótano. De su fachada trasera desapareció parte del muro de carga, motivo por el que no se puede hacer una demolición ordinaria, sino una "muy controlada".

Actualmente son cinco las personas que trabajan a diario en esta calle del Arrabal con el apoyo puntual de grúas y camiones. La calle, no obstante, tampoco ayuda, ya que es "muy angosta" y apenas permite el paso de vehículos.

La intención es ir de arriba a abajo. Por el momento se ha derribado el tejado y la última planta, y en las próximas semanas se actuará en los niveles inferiores. La empresa lleva trabajando en la zona prácticamente desde el 12 de abril, cuando los Bomberos recibieron un aviso alertados por una fuga de agua que terminó destapando el mal estado del inmueble.

"Comenzamos haciendo un apuntalamiento en todo el edificio y una reconstrucción de dos de los muros traseros que estaban deteriorados. Había una patología importante", reconoció Millán.

Esta primera fase, imprescindible para que los inquilinos pudieran recuperar sus enseres, tampoco fue fácil. "Resultó muy complicada por el estado en el que había quedado. Desde un principio hemos estado trabajando de forma coordinada con los Bomberos y los técnicos municipales", dijo.

Una obra "imprevisible"

Las primeras inspecciones confirmaron que el daño de la estructura –achacable al paso del tiempo y a la falta de un mantenimiento en profundidad– era tan grave que no existía posibilidad técnica de reparar el edificio, por lo que solo cabían dos opciones: una demolición parcial o una total. Finalmente se optó por esta última, ya que el bloque no estaba protegido y no había margen de actuación.

El principal problema es que la obra ha demostrado ser "imprevisible". "Conforme vamos desmontando tenemos que ir adoptando nuevas medidas de sujeción y reparación. También hay que ir arreglando los medianiles de los edificios vecinos", señaló Millán en relación a bloques como el número 15, donde los técnicos comprobaron que no había afecciones graves que requiriesen una intervención.

La situación de los desalojados

Los 17 desalojados, entre los que había tres menores de edad, llevan ya prácticamente dos meses fuera de la que era su casa. En un primer momento, aquellos que no pudieron recurrir a la ayuda de amigos y familiares fueron realojados temporalmente en distintos establecimientos hosteleros de la ciudad. Desde el área de Acción Social del Ayuntamiento aseguran que a todos se les garantizó una alternativa habitacional para que no se quedasen en la calle. Como corresponde en este tipo de situaciones, se analizó caso por caso, ya que además de menores había personas de avanzada edad y familias enteras con pocos recursos.

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