Los superhéroes son capaces de cualquier cosa con sus poderes, pero para ver la cabalgata del carnaval infantil de Zaragoza tienen que hacerlo a hombros de sus padres porque no miden más de medio metro. Esta estampa se ha dado este domingo en la capital aragonesa, donde miles de personas han tomado la plaza del Pilar para escuchar al Conde del Salchichón y su discurso de pecador.

No estaban muy inspirados los zaragozanos este domingo. Seguramente tirando de trajes reciclados, varios Spiderman, Hulk y princesas enfilaban su andadura hacia el centro de Zaragoza antes de las 12.00. Alguno se lo curraba más, pero queda claro que la inflación ha hecho mella en los bolsillos y mejor no gastar en disfraces. Las tendencias de este año, la familia Addams (¿más típico en Halloween?) y algunos personajes de la emotiva película Coco. 

Fotos: búscate en el multitudinario Carnaval Infantil en Zaragoza 2023

La impresionante mañana premiaba, aunque para los que llevaran disfraces más cerrados ha podido suponer una odisea. En la calle de Alfonso ya asomaban las tan llamativas carrozas, cada una de su padre y de su madre. Medusas gigantes con labios, saltimbanquis venecianos surcando los cielos, o una Comparsa de Gigantes totalmente irreconocibles escondidos bajo un antifaz. Todos ellos liderados por el Conde del Salchichón, con la longaniza a modo de bandolera, y sus fieles y pecadores secuaces. El confeti impregnaba las calles y la mezcla de estilos musicales llegaba a todos los rincones de las calles aledañas, llenos de gente para tomar el vermú.

La gran sensación, los saltimbanquis. No hay nada más atractivo para los pequeños que un personaje que se eleva varios metros sobre el cielo. "Parece que vuelan", decía Marco, alucinando, mientras veía la cabalgata subido a hombros de su padre. De hecho, las grandes alturas favorecían a que los pequeños ninjas, astronautas, bomberos, policías, dinosaurios -y todo lo que quieran ser- pudieran divertirse contemplando el colorido pasacalles. Y sino, que se lo digan a los gigantes, a los caballitos de mar subidos a zancos o a la espectacular carroza de Don Carnal.

Precisamente, este fue el que inauguraba el gran carnaval infantil. Doña Cuaresma, muy ceniza, mandaba a la gente a "hacer morcillas". Pero la cosa era divertirse, y así lo han hecho los miles de zaragozanos después del "¡Que viva Carnaval!" del Conde del Salchichón, vibrando al ritmo del Bosque de Juegos, saltando y brincando sin parar. Durante hora y media, los pequeños tenían licencia para hacer lo que quisieran en las diferentes estancias repartidas por toda la plaza, solo visibles a lo lejos gracias al tamaño de los disfraces, mezclados entre la gran multitud.