Ya dijo el alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, que el Ayuntamiento estaba estudiando las fórmulas para aportar el 20% a la bonificación del transporte del Gobierno central y reducir así el coste de los viajes a la mitad. Una rebaja "muy atractiva", en palabras del regidor, de la que también debían beneficiarse los vecinos de la capital aragonesa. Finalmente lo harán, aunque a cambio las tarifas subirán un 7,7% para ajustarse a la subida del IPC. No obstante, mientras la medida esté vigente –en principio hasta junio de 2023– solo notarán el incremento quienes adquieran un billete sencillo, que pasará de 1,40 euros a 1,50. El resto de las modalidades de viaje serán todas más baratas.

El descuento supondrá, eso sí, un importante desembolso para las arcas municipales. A razón, según han calculado los técnicos, de 1,2 millones de euros mensuales. Por medio año, 7,2 millones, y hasta 14,4 si al final la bonificación se extendiera hasta el próximo diciembre. Con la tramitación de los próximos presupuestos ya avanzada, el área de Hacienda tendrá que ingeniárselas para cuadrar las cuentas una vez aprobadas, a través de modificaciones. Y el roto será todavía mayor porque a este desembolso habrá que sumar la revisión del precio por kilómetro del bus urbano, que se aprobó también este viernes y que se ha incrementado en un 14%, lo que supone 11 millones de euros más.

Con todo este aluvión de cifras, las previsiones para 2023 del área de Movilidad se quedan muy cortas. Lo recalcó este viernes el alcalde, que aseguró que "nunca en la historia se ha hecho un esfuerzo tan importante en mejorar el transporte público". Dijo que, suponiendo que el Gobierno de España opte por mantener la bonificación todo el año, el gasto extra ascenderá a 25 millones de euros (de lo contrario serán aún así 17,8 millones). Con esta estimación, el coste de los autobuses y tranvías de la ciudad ascendería a 134 millones de euros, de los que 91 millones saldrían directamente del Consistorio pese a que en el proyecto presupuestario solo se contemplan 77.

Garantizar la sostenibilidad

Todo ello, con el objetivo de que, según remarcó Azcón, "el transporte de Zaragoza sea posiblemente el más asequible de todo el país". Hace tiempo que el gobierno PP-Cs anunció que el precio de los viajes no iba a modificarse, pero finalmente este viernes aprobó un incremento del 7,7% de las tarifas para ajustarlas así a la subida del índice de precios al consumo (IPC). Es la forma, explicó el alcalde, de garantizar la "sostenibilidad económica" del servicio y cumplir con la condición que puso el Ejecutivo de Pedro Sánchez para mantener la bonificación del 30%, que ayuntamientos y comunidades aportaran otro 20%.

Por eso los usuarios –salvo los del billete sencillo– no notarán de momento el incremento, sino que por el contrario se beneficiarán de un precio más económico. Quienes se muevan con tarjeta multiviaje pagarán a partir de este domingo 41 céntimos por desplazamiento, 12 menos que hoy. Y se notará mucho más en el caso de los abonos. El mensual pasará de 28 euros a 21,54 y el de 90 días bajará de 73,40 euros a 56,49. Por último, el anual costará 193,56 euros, 50 menos.

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En el Ayuntamiento esperan que estos precios contribuyan a recuperar el volumen de usuarios perdido a consecuencia de la pandemia. Los viajeros del transporte público son aún alrededor de un 20% menos que antes de la irrupción del coronavirus, lo que desde entonces ha venido provocando un importante agujero presupuestario. A medida de que se incremente el número de validaciones se reducirá el déficit que ahora tienen que soportar las arcas municipales. No obstante, por el momento, según apuntó el regidor, asumen el 74% del coste del servicio. Del porcentaje restante, el 13,6% lo pagarán los usuarios y un 12,7% vendrá de la subvención.

Azcón criticó este viernes de nuevo al Ministerio de Transportes por haber exigido para mantener la medida que se sumaran a ella las administraciones locales, ya que para el alcalde supuso "pasar por encima de los ayuntamientos". Mientras, la portavoz del grupo municipal del PSOE, Lola Ranera, acusó a PP-Cs de "cargar la bonificación al bolsillo de los vecinos" y de "camuflar" el incremento de las tarifas con este descuento.