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Zaragoza coloca las señales de la zona de bajas emisiones sin cámaras ni capacidad para multar

PP-Cs aprueba esta medida provisional para poder acogerse al plazo de 18 meses que da el real decreto del Gobierno central para implantar la definitiva

Coches en el centro de Zaragoza en el paseo Pamplona
Coches en el centro de Zaragoza, en el paseo de Pamplona.
Oliver Duch

Lo han llamado zona de bajas emisiones, pero por ahora no se podrá garantizar que cumple su objetivo. El Ayuntamiento de Zaragoza ha colocado los carteles que marcarán los límites del área del Casco Histórico en la que se prohibirá el acceso a los vehículos más contaminantes (los que no tengan alguna de las etiquetas ambientales de la Dirección General de Tráfico), pero de momento no irá más allá de la señalización: no habrá multas y la labor de la Policía Local será meramente informativa. El gobierno PP-Cs ha adoptado esta medida de forma provisional para respetar la Ley de Cambio Climático y Transición Ecológica del Gobierno central y acogerse así al plazo de 18 meses que da el real decreto para implantarla de manera definitiva.

En concreto, la zona de bajas emisiones es la comprendida entre el paseo de Echegaray y Caballero, San Vicente de Paúl, el Coso, Conde Aranda y la calle de Mayoral. Y los vehículos que podrán acceder serán aquellos que dispongan de las etiquetas B, C, Eco o Cero (algo más del 80% del total). Es decir, los coches de gasolina matriculados desde el año 2000 o los de diésel a partir de 2006, los híbridos, los que emplean gas natural o licuado y los eléctricos. No obstante, también estará permitido el paso para quienes residan en ese entorno, así como para los que acudan por motivos laborales o para los vehículos de emergencias y de los servicios municipales, entre otros.

La concejal de Movilidad, Natalia Chueca, explicó este miércoles que esta medida se toma para que la ciudad no incurra en ningún incumplimiento de la ley estatal y, por tanto, "no se ponga en riesgo ninguna subvención del Mitma ni de los fondos europeos". Y mientras se trabajará "para acomodar la zona de bajas emisiones provisional a la definitiva" en 18 meses como máximo. Para ello, habrá que elaborar una nueva ordenanza municipal que incluya la regulación de esta medida y establezca, entre otras cuestiones, las sanciones a las que se enfrentarán quienes la incumplan. Y hasta que no esté lista no se podrá empezar a aplicar realmente la restricción.

La gestión, por licitar

Tampoco se podrá controlar su cumplimiento, como recordó la edil, hasta que no entre en vigor el nuevo contrato de estacionamiento regulado, que ni siquiera ha salido aún a licitación. La intención es que la empresa que resulte adjudicataria se encargue de su gestión, que se ha planteado a través de un sistema de cámaras que permitirá leer las matrículas de los vehículos y que cotejará estos datos con el censo del parque automovilístico.

Por lo tanto, hasta entonces la zona de bajas emisiones se limitará a la nueva señalética y el papel de los agentes municipales no podrá ser más que informativo. "No se va a sancionar, simplemente va a tener un objetivo didáctico –recalcó Chueca–. Nuestro objetivo es que sea algo faseado, que lo podamos ir ampliando con forme los ciudadanos se van familiarizando y a medida que haya una transición en los vehículos".

Igualmente, aseguró que se trata de "una medida más" dentro de las que se están impulsando desde el Ayuntamiento para mejorar la calidad del aire, como la electrificación de la flota del autobús urbano, y criticó al Gobierno de España por haber publicado el real decreto tan solo

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