El pasado mes de marzo tuvo lugar la última gran riada del Ebro, que causó daños millonarios en granjas y campos de cultivo de las localidades ribereñas; pero también en viviendas, garajes, trasteros y comercios de la capital aragonesa y otros municipios de la provincia de Zaragoza.

Unos daños, los relativos al ámbito urbano, que al encontrar su origen en un fenómeno natural están cubiertos por el Consorcio de Compensación de Seguros, una sociedad pública dependiente del Estado. Semanas después de la punta de la riada, la entidad cifraba en 10 millones la suma de las indemnizaciones. Unas compensaciones que, finalmente, ascienden a 21,3 millones en Aragón.

El Consorcio de Compensación de Seguros ha recibido un total de 2.731 solicitudes de indemnización de residentes en la provincia de Zaragoza, tanto en la capital (en la que se han recabado 2.083 peticiones) como en otras localidades ribereñas de menor tamaño: Alfajarín (165), Pastriz (128) y Boquiñeni (79). También se han abierto expedientes en Novillas y Nuez de Ebro.

La entidad ha gestionado y abonado ya el 95% de las indemnizaciones y ya sólo queda por tramitar un pequeño cupo correspondiente a los casos más complicados de resolver. Las previsiones se realizaron con especial dificultad porque la inundación se produjo de manera progresiva durante varios días y era muy complicado acceder a algunas zonas.

Por su parte, los vecinos se muestran satisfechos por cómo se han resuelto los expedientes y por la celeridad del Estado a la hora de pagar las compensaciones. "Todos los casos que se han peritado por el consorcio se han abonado ya", explica Rafael Tejedor, presidente de la asociación de vecinos Tío Jorge del Arrabal, uno de los barrios más afectados por la avenida extraordinaria.

Todo tipo de daños

La mitad de las indemnizaciones se corresponden con siniestros en los trasteros, cuyo coste suele ser razonablemente pequeño. No obstante, "existe un conjunto de 80 viviendas" que se inundaron y cuyas indemnizaciones ascienden a "más de 200.000 euros cada una", apuntan desde el Consorcio.

Lo mismo sucede con otras 70, que tienen daños por un valor superior a 40.000 euros y cuyos dueños han tenido que esperar varios meses para volver a habitar.