"Nadie vendía periódicos en el 72 aquí, fui la pionera de la Romareda"

Micaela es una de las quiosqueras más veteranas de Zaragoza, 43 años haciendo llegar al público la actualidad.

Micaela Trujillo de  84 años
Micaela Trujillo de 84 años. Quiosquera desde hace 43.

"Clin clin" y se abre la puerta. Es Antonio uno de los fieles de Micaela. Él como muchos otros lleva 40 años comprando el periódico este pequeño quiosco de la Romareda. "Ella es ya alguien de la familia y por eso vengo todos los días aunque tengo tres quioscos cerca de casa pero ella me resulta agradable", confiesa Antonio, uno de sus mejores clientes. Y es que la Papelería Ébano no es un quiosco normal o por lo menos su personal no lo es. Su dueña, con 84 años, es una de las quiosqueras más veteranas de toda Zaragoza. Micaela Trujillo lleva casi toda su vida detrás de un mostrador dispensando la prensa a cientos de zaragozanos. Cada mañana desde hace 43 años abre su quiosco y toma el café mientras se repasa las noticias que marcan el devenir de la gente.


A pesar de los achaques de la edad, ella se resiste a dejar la papelería. Y es que, según cuenta, "nadie vendía periódicos en el 72 aquí, fui la pionera de la Romareda". Y sigue exprimiendo al máximo un negocio que no goza de mucha salud. "No ha habido ni un solo día que hayamos cerrado. Ha habido bodas, comuniones, funerales...peor uno u otro siempre se ha quedado en la tienda", afirma.

De Guinea a Zaragoza


Pero la vida de Micaela no se reduce a un pequeño local en el barrio de la Romareda. Esta extremeña conoció al amor de su vida en Guinea Ecuatorial. Y fue él, un ingeniero aragonés llamado Valero, el que la trajo hasta Zaragoza. De profesión, maestra de corte y confección, había ayudado anteriormente a sus sobrinos en una papelería en Madrid y el olor de la prensa recién impresa le resultaba tan familiar que decidió montar su propio negocio.


Por su quiosco, han pasado decenas de personajes famosos. "Estoy al lado del Hotel Romareda y gracias a ello he visto aquí a los Reyes o al Papa y muchos cantantes y bailarines...pero yo no me acuerdo como se llaman", explica entre risas.


Asegura que en los 80 se vendían muchísimos periódicos y todavía hoy nutre a la plantilla y a la dirección del Real Zaragoza de la prensa diaria. Aunque la venta ha bajado en los último años, llevándose por delante varias de las papelerías de la zona, todavía conserva a clientes de toda la vida como Cedrún, Victor Fernández, Herrera o Solans.

Desde los principios de la Romareda


Micaela también ha visto crecer el barrio de la Romareda en el que "a partir de Condes de Aragón solo había campos". Durante años fue la única papelería del barrio y por ello podía presumir de vender libros de texto, juguetes, e incluso bicicletas.


Algunas portadas le hicieron sobrecogerse. Recuerda especialmente el día del atentado contra Carrero Blanco y el incendio del Hotel Corona de Aragón (actual Meliá) el 12 de julio de 1979, que se cobro la vida de 83 personas. "Esos días acabamos con todos los periódicos de la tienda", asegura. Al igual que ha visto desparecer algunas cabeceras históricas.


A pesar de la pasión que Micaela sigue poniendo a su negocio, las dificultades han ido creciendo conforme han pasado los años. El cambio de la peseta por el euro fue uno de sus grandes retos al que tuvo que enfrentarse al igual que la necesidad de renovarse día a día con los artículos de papelería. "Ahora me vienen las peonzas, y los cromos de Pepa Pig y tantas cosas...que no te queda otro remedio que ir aprendiendo", comenta.


Sin embargo asegura que el mayor enemigo ha sido la tecnología."La gente compra menos libros porque los pueden ver en la tablet y lo mismo ocurre con los periódicos", señala.


Desgraciadamente, Micaela no solo resiste en la tienda porque forma parte de su vida sino por sus obligaciones económicas. Aún así esta octogenaria, con tres hijos no pierde la ilusión, ni la sonrisa cada vez que aparece un cliente. Solo espera que el negocio se quede en la familia, mientras tanto no piensa jubilarse. "No hasta que la cabeza funcione.. aunque los pies vayan más lentos".