Ruiz Martorell: "El tambor hace que la gente sienta la alegría de vivir juntos"

Julián Ruiz Martorell, obispo de Huesca y Jaca, está orgulloso de ser el pregonero de la Semana Santa de Zaragoza.

Julián Ruiz Martorell, obispo de Huesca y Jaca y pregonero de la Semana Santa de Zaragoza.
Julián Ruiz Martorell, obispo de Huesca y Jaca y pregonero de la Semana Santa de Zaragoza.

El obispo de Huesca, Julián Ruiz Martorell, ha asegurado haber recibido con "sorpresa y honor" su designación como pregonero de la Semana Santa de Zaragoza, con cuya diócesis asegura sentir una vinculación "muy estrecha" desde tiempo atrás.


En una entrevista, el responsable eclesiástico ha expresado su deseo de una "pronta y rápida" recuperación para la cantante de ópera Montserrat Caballé, a quien sustituye por motivos de salud de la soprano, y ha agradecido la decisión adoptada por la Junta de Cofradías de la capital aragonesa.


La designación le fue comunicada hace unos días por el arzobispo de Zaragoza, Manuel Ureña, a través de una llamada telefónica y desde entonces, tras decir que sí, ha meditado sobre el contenido del pregón que leerá el próximo 12 de abril.


Según ha explicado: "Cuando vi que podía hacerlo, simplemente ajustando las agendas, dije un sí, que es para mí un sí reconocido, agradecido y pronunciado desde una actitud de servicio".


Ruiz Martorell ha asegurado tener una gran vinculación con Zaragoza, donde estudió y dio sus primeros pasos en el sacerdocio, y disponer de "grandes amigos" en la Junta de Cofradías, cuyo delegado episcopal, Armando Festeda, fue alumno suyo.


"Yo he vivido mi ministerio en Zaragoza -subraya-, ciudad en la que me he formado y he trabajado como sacerdote, y me siento vinculado a su diócesis de una forma muy estrecha".


Respecto al contenido de su pregón, el prelado ha asegurado, su mensaje se centrará en la "alegría" y en el "tránsito de la oscuridad hacia la luz", pero también tendrá un contenido social acorde con los tiempos actuales.


En opinión del responsable eclesial, "en estos momentos no podemos prescindir del drama del paro, del sufrimiento y de lo que el Papa llama el descarte de esas personas que se ven excluidas y marginadas, y las cofradías y hermandades siempre han tenido una dimensión social importante".


A este respecto, afirma que "el tambor ha supuesto un salto cualitativo en la Semana Santa de Zaragoza, pero también la incorporación de la mujer y el hecho de que ahora se viva en familia".


Todos estos aspectos, subraya, no sólo son "integradores" sino que hace que la gente "sienta la alegría de vivir juntos, de salir juntos a la calle y de compartir su fe"



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