La familia del opositor guineano pide que España intermedie

Gabriel Nsé, vecino de Zaragoza durante 15 años, sigue aislado en la sede de su partido tras no poder participar en las últimas elecciones.

Maria Jesús Meme y Juan Nicolás Nguema, mujer y sobrino del opositor guineano, en Zaragoza
Maria Jesús Meme y Juan Nicolás Nguema, mujer y sobrino del opositor guineano, en Zaragoza

María Jesús Mene regresó a España desde Guinea Ecuatorial el pasado lunes 9 de mayo. Allí se quedó su marido, Gabriel Nsé, opositor de Teodoro Obiang durante las últimas elecciones en la excolonia española celebradas a finales de abril y que lleva más de tres semanas sin salir de la sede de su partido después de que fuera cercada días antes de los comicios con 200 militantes en el interior.


“Conseguí salir después de que las embajadas de Estados Unidos y el Ministerio de Asuntos Exteriores español emitieran un comunicado denunciando los hechos. Mi marido y otros dirigentes del partido no han salido todavía porque seguimos teniendo miedo de que les pueda pasar algo”, explica Mene, vecina de Zaragoza desde hace más de quince años, y que como sus tres hijos que viven en la capital aragonesa, cuenta con la doble nacionalidad.


Mene, que vivió el cerco, denuncia que la sede de la formación -denominado Ciudadanos por la Innovación- fue “atacada por fuerzas de seguridad del Gobierno de Obiang con gases lacrimógenos y armas de fuego”, que dejaron al menos seis heridos de bala.


Con ella está también en Zaragoza Juan Nicolás Nguema, sobrino del opositor, cuya madre también continúa en el interior de la sede y que señala que pidió ayuda a la embajada sin conseguir respuesta alguna más allá del comunicado que el Ministerio de Exteriores emitió a raíz de los sucedido, en el que se hacía “un llamamiento a la pronta resolución de esta crisis por medio de la negociación y el diálogo”. Una postura que según indican fuentes ministeriales no puede ir más allá debido a que los ciudadanos con doble nacionalidad española y guineana se deben atener a la legislación del país en el que estén instalados.


Los hechos del cerco a la sede del partido se originaron después de que la Junta Electoral Central del país africano vetara la candidatura de Gabriel Nsé por no contar una estancia continuada superior a los cinco años en el país. Algo que Nsé tenía difícil de cumplir teniendo en cuenta que no pudo volver a Guinea desde Zaragoza hasta otoño de 2014, cuando se abrieron las primeras mesas de negociación para legalizar partidos en el exilio y se levantaron las penas que había contra él. “Fue una norma que Obiang introdujo en la Constitución para eliminar cualquier opositor exiliado”, opina Mene.


Entonces, y habida cuenta de que Nsé no se podría presentar, el partido de Ciudadanos por la Innovación pidió que su militancia no votara en los comicios. “Allí comenzaron los problemas de verdad”, cuenta su mujer. El resultado, tras el veto al partido de Nsé y la retirada del otro principal partido opositor tras denunciar “irregularidades” en el censo electoral, fue similar al que Guinea Ecuatorial ha tenido desde que en 1991 se iniciara el proceso de democratización del país: Obiang ganó con el 94% de los votos. El 6% restante se repartió entre independientes que la oposición denuncia que son puestos por el Gobierno para “aparentar normalidad” en unas votaciones cuyos principales observadores internacionales fueron únicamente los enviados por la Unión Africana.Piden a España que intermedie


Mene volvió a España en cuanto le fue posible -cuenta- para comenzar a denunciar la situación que se había dado. Ha solicitado reunirse con miembros del Gobierno español y la semana pasada ya mantuvo varias reuniones con representantes políticos aragoneses.


Por el momento, la UE ha tildado las elecciones como “una oportunidad perdida para democratizar el país” debido a los "incidentes de acoso contra candidatos de la oposición", según señaló la Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Federica Mogherini, en referencia a este país africano, el más rico del continente por la reservas de petróleo que posee, pero también uno de los que tienen mayor índice de desigualdad según varias organizaciones internacionales. Sin embargo, Mene opina que España sigue sin “dar muestras de querer mejorar la situación de Guinea, que lleva cuarenta años bajo el régimen de una misma persona”, y compara la inacción española con los distintos procesos que Francia ha impulsado en sus excolonias.


“Hemos mantenido un contacto constante con la embajada y el Ministerio de Asuntos Exteriores, y seguramente sino fuera por ellos hoy la situación sería peor; pero queremos denunciar a todos los niveles posibles lo que está pasando en Guinea y a nuestro entender, el escaso interés desde España para que las cosas mejoren. Si España no intercede a nivel de la Unión Europea, Guinea Ecuatorial seguirá así siempre”, señala, afeando que los distintos Ejecutivos españoles hayan tenido una relación cordial con lo que considera “un régimen disfrazado de democracia” incluso después de salir de sus cargos, como ocurrió en 2014 en una controvertida visita que llevó al expresidente Zapatero y los exministros Bono y Moratinos al país africano ya fuera de cualquier responsabilidad institucional.Un partido fundado en Zaragoza desde el exilio


Ciudadanos por la Innovación fue un partido que nació en Zaragoza en 2005 bajo el nombre Candidatura Independiente por Guinea. Según contaba esta semana el propio Nsé a Heraldo.es desde Malabo, el partido fue creciendo gracias a la gran cantidad de población ecuatoguineana que vive fuera del país (en torno a unos 900 en Aragón, sin contar descendientes). En 2014, y tras la apertura de un proceso de diálogo, Nsé decidió volver.


Sin embargo, el opositor y su familia denuncian que a partir de ahí, y pese a la legalización del partido y la firma de una Ley de Amnistía, su camino hasta la actualidad ha estado cargado de dificultades. “Primero nos hicieron cambiar el nombre, lo que obviamente nos hizo perder visibilidad. Estuvimos ocho meses pendientes de la legalización del partido cuando la Ley prevé un plazo de treinta días para emitir una resolución, y finalmente, ya en campaña, nos anularon la gira por el país alegando motivos de seguridad para finalmente no dejarnos presentarnos a las elecciones. Así es la democracia en Guinea”, señalan los familiares del opositor.

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