urbanismo

El desescombro del bloque de viviendas que se derrumbó en Teruel separa los restos en cuatro tipologías

La retirada de cascotes se detendrá al nivel de la calle para construir un muro pantalla que asegure la calzada antes de continuar con la limpieza.

Los restos del inmueble se clasifican según su tipología en la misma calle.
Los restos del inmueble se clasifican según su tipología en la misma calle.
Heraldo.es

La montaña de escombros a la que quedó reducido el bloque de cinco plantas de la calle de San Francisco número 21 de Teruel al derrumbarse el pasado 13 de junio ha empezado a reducirse este miércoles con el inicio del desescombro por la empresa Construcciones y Desmontes Ribera de Navarra, encargada por el Ayuntamiento de limpiar el solar, sobre el que se acumulan 6.400 toneladas de cascotes.

Los operarios de la empresa contratada proceden en la misma calle a la separación de los restos que retira una excavadora en cuatro tipos distintos de materiales para un tratamiento diferenciado. 

Una primera separación se hace entre los escombros de la construcción y los materiales metálicos, como marcos de ventanas o persianas.

Los escombros se destinarán a la planta de reciclado de Emipesa en el polígono industrial La Paz, los electrodomésticos se verterán por separado, los objetos personales que puedan tener valor sentimental para los vecinos –como ropa, muebles o piezas decorativas– se depositarán en una nave municipal para que puedan ser recogidos por sus propietarios y los pequeños objetos de valor -como las joyas, documentos o dinero en efectivo- se entregarán a la Policía Local para que allí los puedan recuperar sus dueños tras identificarlos.

El desescombro tiene un coste estimado de un millón de euros y será ejecutado por el Ayuntamiento con carácter subsidiario y a la espera de determinar las responsabilidades del derrumbamiento.

El concejal delegado de Urbanismo, Juan Carlos Cruzado, ha indicado que cuando la retirada de los restos alcance el nivel de la calle de San Francisco se detendrá para proceder a la construcción de una pantalla con micropilotaje que asegure la estabilidad de la calzada y de las edificaciones cercanas. 

Cruzado señala que está por determinar si el desescombro podrá seguir adelante mientras se insertan los micropilotes o tendrá que detenerse durante esta operación de refuerzo.

La construcción de este muro de contención con micropilotes de 12 metros de profundidad asegurará también la calle ante la prevista utilización de maquinaria pesada para retirar los restos de la finca, un trabajo que se prolongará, según las primeras estimaciones, durante cuatro meses.

Paralelamente al desescombro, el Ayuntamiento sigue adelante con sus planes de realizar tres sondeos en la zona –dos en la propia calle san Francisco y uno en el adyacente callejón del Gato– para estudiar el subsuelo en otros tantos puntos donde un reciente estudio con georradar detectó terrenos más inconsistentes que en el resto.

Juan Carlos Cruzado explica que la cata que los vecinos del número 21 quieren hacer en la calle a la altura de la finca hundida deberá esperar a que esté terminado el muro de micropilotes. 

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