Teruel

Realojadas las 21 familias que perdieron su casa al hundirse un edificio de Teruel

El Ayuntamiento busca solución habitacional para otras cinco que residían en inmuebles colindantes  que también sufrieron daños

Isidro y Pilar, que perdieron su casa, han sido realojados en un piso de la Diputación de Teruel.
Isidro y Pilar, que perdieron su casa, han sido realojados en un piso de la Diputación de Teruel.
Antonio García/Bykofoto

Diez días después de que se hundiera un edificio de cinco plantas en la calle San Francisco de Teruel, el Ayuntamiento ha realojado a las 21 familias cuyas viviendas quedaron reducidas a escombros. Solo una de ellas permanecía este viernes en casa de otros familiares decidiendo qué solución elegir entre todas las que le ha ofrecido el Consistorio, por lo que este considera que también estas personas disponen ya de una alternativa habitacional.

La mayoría ha entrado a vivir en pisos –algunos cedidos por la Diputación Provincial de Teruel y otros en alquiler financiado por el Ayuntamiento–, si bien en algún caso, por sus circunstancias particulares, los afectados han ingresado en residencias de mayores. Dentro de seis meses, el Consistorio evaluará la situación de cada una de las familias.

En total, han sido reubicadas 26 unidades familiares, pues el Edificio Amantes, al colapsar, produjo daños de consideración en inmuebles colindantes y sus propietarios podrían tardar en regresar a estas casas hasta dos años. También de estos casos se ha hecho cargo el Ayuntamiento de Teruel. No obstante, después de que este viernes se diera solución a dos familias y una tercera encontrara alojamiento por su cuenta, todavía quedan cinco -suman 10 personas- pendientes de una solución habitacional, informaron fuentes municipales.

Miedo colectivo

El derrumbe del Edificio Amantes, en el que por fortuna no ha habido que lamentar daños personales, ha generado un miedo colectivo entre la población turolense. Fuentes de la Diputación Provincial señalaron este viernes que en los últimos días se han disparado los avisos a los bomberos alertando de la aparición de grietas o de filtraciones de agua en viviendas de diversos barrios de la ciudad. Las llamadas aumentan cuando hay tormenta, debido a que el colapso del bloque de viviendas de la calle San Francisco se produjo pocos días después de que la ciudad recibiera una fuerte tromba de agua.

Las mismas fuentes explican que, en ocasiones, los ciudadanos muestran una gran preocupación por fisuras o grietas detectadas en sus hogares hace tiempo, pero que es ahora, tras lo sucedido, cuando les inquietan.

Este temor impedía este viernes regresar a sus casas al menos a seis de las 11 familias desalojadas por precaución la madrugada del pasado jueves de una finca situada al final de la calle San Francisco, tras aparecer repentinamente una grieta en la pared de la escalera. Pese a que una inspección del inmueble descartó daños estructurales, estos inquilinos preferían seguir en casas de amigos o familiares.

"Yo sigo preocupada, tengo una niña pequeña y no sabemos si la grieta ha coincidido con el derrumbe del Edificio Amantes por pura casualidad o hay alguna relación", afirmó una vecina que no había pernoctado en su vivienda. Otra inquilina relató que ella y su familia sí habían dormido en casa, si bien su madre optó por descansar en el sofá-cama acercando este mueble a la zona de la escalera para poder percatarse de cualquier signo alarmante. Otra vecina dijo estar "tranquila", pero confesó que tiene la maleta hecha por si de nuevo son desalojados.

Mientras, las muestras de solidaridad con los afectados continúan. El club Teruel Basket Mudéjar organizó en el Pabellón Las Viñas una maratón de partidos de baloncesto con 120 jugadores de entre 9 y 62 años de edad. El público llenó hasta la bandera el polideportivo municipal y sus donativos serán entregados a los damnificados.

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