Dos hermanos se aseguraron antes de morir de que su herencia serviría para mejorar la vida de los mayores de su pueblo

Aurea y Fernando Jaime Alegre tenían el sueño de que su patrimonio sirviese para abrir un centro de día en Ferreruela.

El alcalde, Óscar Gracia, por las calles de Ferreruela.
El alcalde, Óscar Gracia, por las calles de Ferreruela.
Laura Uranga

Aurea y Fernando lo tenían claro desde hace años. Estos dos hermanos de la localidad zaragozana de Ferreruela querían ayudar de alguna manera a su pueblo y evitar que a sus vecinos les pasara los mismo que a ellos: que al envejecer tuvieran que trasladarse a Zaragoza para asegurarse la asistencia social y sanitaria que necesitaban.

Los Jaime Alegre fallecieron en el intervalo de un año. Ella el 30 de mayo de 2017 y él el 26 de mayo del 18. Se fueron sin descendencia pero con los deberes hechos, pues en el año 2013 se presentaron ante un notario de Zaragoza para dejar claro lo que querían que ocurriese con sus bienes cuando ya no quedara vivo ninguno de los dos: que fueran destinados a mejorar los servicios para la tercera edad de Ferreruela.

De modo que estos dos hermanos dejaron como única heredera a la Diputación General de Aragón con la condición de que todos sus ahorros y sus bienes fuesen destinados e invertidos en "fines sociales a ejecutar en el término de Ferreruela de Huerva, preferentemente en prestaciones para la tercera edad". Y al parecer, así se hará.

De momento, el departamento de Hacienda ha elaborado un inventario de los bienes que pertenecieron a estos dos hermanos: seis fincas rústicas en Ferreruela, otra en Fuentes de Ebro, una urbana en Zaragoza y varias cuentas y depósitos bancarios.

Todas las tierras están libres de cargas y gravámenes y el propio Javier Lambán y el consejero de Hacienda, Fernando Gimeno, se comprometieron en un decreto publicado en el Boletín Oficial de Aragón a cumplir con la condición establecida por los testadores, dado que esta "no implica carga económica" alguna para la Administración y "podrá ser cumplida a través del ejercicio de las competencias en materia de asistencia y bienestar social que tiene asumidas la Comunidad".

A la espera de que se reúna la Junta Distribuidora de Herencias, el Gobierno de Aragón todavía no ha dado a conocer la cantidad de dinero que habían ahorrado en vida estos dos hermanos, aunque desde el departamento de Hacienda sí han estado en contacto con el alcalde de Ferreruela, Óscar Gracia.

"Aceptaron la herencia en noviembre y por lo que sabemos, desde entonces han estado arreglando los papeles en el Registro de la Propiedad, determinando si había derechos adquiridos en las tierras de labranza y todas esas cosas. Por lo que nos han dicho, todo lo que esté libre lo sacarán a subasta aunque todavía no saben si antes o después de las elecciones", adelanta el edil. Lo recaudado se destinará a cumplir la voluntad de los hermanos.

Un centro de día contra la soledad

Antes de morir, Fernando ya había comentado alguna vez a sus vecinos de Ferreruela lo que le gustaría que se hiciera con su patrimonio: un centro de día o una residencia de ancianos. El alcalde, cómo no, insiste en que debería respetarse su voluntad lo máximo posible.

"Cuando necesitan asistencia, algunos mayores se van a la residencia de Romanos (a 10 kilómetros) y otros a la de Bádenas (a 15,5) pero la gran mayoría a Zaragoza porque aquí no se sienten seguros por el tema de médicos y sus familiares piensan que si les pasa algo van a estar mejor atendidos en la ciudad", cuenta Gracia. Por eso creen que a este pueblo de 63 habitantes le vendría como agua de mayo un centro de día o una residencia. Por un lado, porque permitiría a sus mayores no desprenderse de su círculo de amistades y por otro, porque generaría puestos de trabajo y abriría la puerta a la llegada de nuevos vecinos.

"Ante todo me gustaría que se tuviera en cuenta lo que quieren los mayores del pueblo. Hacer una reunión con ellos y que a la hora de decidir en qué invertirlo su opinión contara", comenta el alcade de este pueblo que un día fue conocido en la zona como 'la Barceloneta' por la gran actividad vital que concentraba.

Otros proyectos por los que luchar

Ahora, el pueblo lucha por intentar sacar adelante un proyecto para urbanizar un polígono industrial entre una área de servicio de la A-23 y la explotación avícola que instalará cerca la empresa Granja San Miguel y que dará empleo a 40 personas. Un proyecto en el que también tienen puestas esperanzas porque permitiría atraer a pequeñas empresas, aunque recientemente se han llevado la desilusión de tener que renunciar a la subvención del Fondo Local que les hubiese permitido llevarlo a cabo porque la DGA se demoró demasiado en resolver la convocatoria de ayudas y no hubiesen llegado a tiempo para justificar la inversión. El pueblo tiene un presupuesto anual de 200.000 euros y no podía empezar la obra por su cuenta sin saber si recibiría la ayuda solicitada al Fondo Local.

Quizás la herencia de estos dos hermanos ayude a dar un respiro al municipio y quizás un centro de día o la contratación de personas para asistir a los mayores permita frenar el descenso continuado de población que llevan décadas registrando.

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