Oliete recupera en dos años más de 4.000 olivos abandonados

La iniciativa 'Apadrina un olivo' promueve el desarrollo rural sostenible a través de la recuperación de los olivares de esta localidad.

Apadrina un olivo
Apadrina un olivo
apadrinaunolivo.org

Este viernes se estrena 'El olivo', un filme dirigido por Iciar Bollaín cuya trama gira en torno a la venta de un olivo milenario, un ejemplar de más de 2.000 años arrancado de un campo del Bajo Maestrazgo, en Castellón, para ser replantado en el hall de una empresa en Alemania.


La película parte de hechos reales, cuando decenas de olivos milenarios fueron arrancados y vendidos para decorar distintos rincones del norte de Europa durante los años de la crisis en España. Un expolio que desdibujó el paisaje de varios lugares de la geografía española en los que reposaban desde hacía siglos estos árboles monumentales.


En la localidad turolense de Oliete, en la comarca de Andorra-Sierra de Arcos, más de 100.000 olivos centenarios resisten al olvido gracias al proyecto 'Apadrina un olivo' para recuperar estos árboles y generar un desarrollo rural sostenible en la zona. Alberto Alfonso, uno de los fundadores de esta iniciativa, confiesa que ha visto tres veces la película de la directora Iciar Bollaín: “En cuanto nos enteramos de que iban a rodar en el Bajo Maestrazgo nos pusimos en contacto con el equipo del filme porque nuestro proyecto tiene muchas similitudes con lo que se cuenta en 'El olivo'”, contaba este pasado jueves horas antes de visionar de nuevo la cinta en un preestreno en Madrid organizado por WWF.


“Abogamos por la conservación de los olivos de Oliete como patrimonio natural y en nuestro cometido también está fomentar valores sociales a través del emprendimiento y las nuevas tecnologías para generar desarrollo rural sostenible. Esta zona tiene una densidad de población de tres habitantes por kilómetro cuadrado y solo tenemos ocho niños en el colegio de Oliete. La despoblación desde mediados del siglo pasado dejó abandonado el campo y sus olivos pero poco a poco los estamos recuperando”, explica Alfonso.


Desde la puesta en marcha de 'Apadrina un olivo', se han recuperado más de 4.000 árboles gracias a 1.100 padrinos que colaboran con este proyecto y se han generado ocho puestos de trabajo. Esta iniciativa también promueve “la integración de las personas con discapacidad en la sociedad y el ámbito laboral y colabora con ATADI (Agrupación Turolense de Asociaciones de personas con Discapacidad Intelectual), entidad involucrada en las labores de recuperación del olivar”, añaden desde su web.


Los olivares de Oliete están repletos de árboles centenarios, olivos de la variedad autóctona aragonesa empeltre, palabra que significa injerto. Es la más abundante en el Bajo Aragón, aunque “existen un montón de variedades, muchas de ellas autóctonas”, subraya Alfonso.


“Que sea milenario o centenario no nos influye a la hora de recuperarlos. Estamos en una zona que por causas sociales y demográficas ha sufrido un abandono total del territorio. La idea de 'Apadrina un olivo' es que sea un proyecto generador de futuro mediante un equilibrio total de la naturaleza”, matiza.


El siguiente paso de 'Apadrina un olivo' es la construcción de una almazara. “Con las aportaciones de más de 1.000 padrinos y madrinas vamos a iniciar la construcción de un molino de aceite virgen 'extrasolidario' ecológico y sostenible”, revela.


La moda de importar olivos españoles en los años de la crisis por países como Francia, Alemania y otros lugares del Norte de Europa no es exclusiva de estos estados europeos. En la actualidad, es posible encontrar varias páginas en Internet en las que se ofrecen olivos centenarios y milenarios con servicio a toda España y con precios que oscilan entre los 150 y los 200.000 euros.


“En Francia, este tipo de venta ya está prohibida. Aquí tenemos una ley muy suave -se lamenta Alberto Alfonso-. Un olivo de más de 100 años debería ser catalogado como árbol singular”.


El protagonista de la campaña de 'Apadrina un olivo' sigue siendo un vecino de Oliete de lo más jovial, el Tío Miguel, que a sus 96 años sigue al corriente de todo lo que ocurre en los olivares de Oliete. “Es tan protagonista como Manuel Cucala, el agricultor que aparece en 'El olivo', -afirma Alfonso-. El Tío Miguel es como un refrán andante”.

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