Reconstruyen el clima de los Pirineos a partir de estalagmitas de cuevas del Sobrarbe

Por primera vez una investigación, liderada por el CSIC, permite conocer los cambios en los últimos 2.500 años a partir de estas rocas calcáreas, que actúan como las cajas negras de los aviones.

La investigación se ha realizado en cuevas del Sobrarbe.
La investigación se ha realizado en cuevas del Sobrarbe.
CSIC

El análisis de las estalagmitas ha servido a los investigadores para conocer los cambios climáticos en el Pirineo central durante los últimos 2.500 años. El trabajo, liderado por el CSIC, en el que ha participado un equipo internacional de científicos, es pionero en la cordillera aragonesa, donde las reconstrucciones del clima de los últimos 20 siglos se han realizado siempre a partir de anillos de árboles y registros lacustres

Esta vez ha sido a través del análisis de ocho estalagmitas obtenidas en cuatro cuevas localizadas dentro del Geoparque del Sobrarbe y del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.

Así, se ha visto que, en el Pirineo Central, el periodo romano, (especialmente los años 0-200 de nuestra era), la Anomalía Climática Medieval, parte de la Pequeña Edad de Hielo y la Era Industrial representan los períodos más cálidos, mientras que las décadas más frías ocurrieron durante la baja Edad Media y la mayor parte de la Pequeña Edad de Hielo, asociadas a eventos volcánicos y al aumento de las manchas solares.

Según los autores, las estalagmitas de las cuevas actúan de un modo similar a las cajas negras de aviones, ya que son capaces de registrar las condiciones climáticas que ocurrieron durante su formación. 

El trabajo, que acaba de ser publicado en la revista científica Climate of the Past, ha estado liderado por los investigadores del CSIC Ana Moreno, del Instituto Pirenaico de Ecología (IPE), y Miguel Bartolomé, del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN) e Instituto Suizo de Espeleología y Estudios Kársticos (SISKA), y se ha llevado a cabo en colaboración con un equipo internacional compuesto por investigadores e investigadoras de instituciones de España, Suiza, Austria, China y Estados Unidos.

Moreno explica que, a través del análisis geoquímico de las estalagmitas, y una vez establecido con detalle el marco cronológico en el que se formaron, es posible conocer las variaciones climáticas que han afectado a una región determinada a escalas temporales de cientos a miles de años. 

"El estudio de los cambios climáticos del pasado permite de esta manera contextualizar el actual cambio global en un contexto espacio-temporal más amplio y ahondar en los mecanismos de cambio climático natural en tiempos pasados. Sin embargo, es una reconstrucción cualitativa del clima porque esas variaciones detectadas no se pueden acotar como cambios de temperatura en grados centígrados”, lamenta Moreno, quien avanza que la segunda fase del estudio sería precisamente intentar conocer las temperaturas exactas, para lo que se requieren otro tipo de métodos.

El análisis realizado presenta un registro compuesto por ocho estalagmitas obtenidas en cuatro cuevas localizadas dentro del Geoparque del Sobrarbe y del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, en el Pirineo central, e incluye isótopos estables y elementos traza del carbonato que forman estos depósitos.

La comparación de los análisis isotópicos del oxígeno de estalagmitas recientes con las variaciones climáticas obtenidas en estaciones meteorológicas de la zona durante el periodo instrumental (es decir, los últimos 100 años) indica que la temperatura, y en menor medida la precipitación, han determinado la composición geoquímica del carbonato.

El conjunto de estos datos obtenidos se compara con otras reconstrucciones climáticas a escala local, regional, ibérica y europea (lagos, glaciares y otras estalagmitas), mostrando un alto grado de coherencia. 

“La coherencia entre los datos de las estalagmitas estudiadas en las cuevas pirenaicas, así como la sincronía con otras reconstrucciones de temperatura a escala europea, por ejemplo, las obtenidas a partir de los anillos de árboles, informan sobre la representatividad regional de este nuevo registro para indagar en las variaciones climáticas pasadas de nuestras montañas”, añade Moreno.

En Aragón, el CSIC cuenta con cinco institutos y personal del centro nacional IGME, Instituto Geológico y Minero de España. Los cinco institutos son la Estación Experimental de Aula Dei, el Instituto Pirenaico de Ecología y el Instituto de Carboquímica –propios del CSIC– y el Instituto de Nanociencia y Materiales de Aragón y el Instituto de Síntesis Química y Catálisis Homogénea –mixtos del CSIC y de la Universidad de Zaragoza-, que cuentan con más de 550 trabajadores. En Zaragoza, el Instituto Geológico y Minero de España tiene sede propia.

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