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Cuatro pastores suman apoyos para abrir una quesería en una aldea despoblada del Pirineo: “Queremos mantener vivo esto”

Jesús Huertas, Sara Rosado, Agustín Sesé y Aina Solana, los 4 únicos vecinos de Morillo de Sampietro, han lanzado una campaña de 'crowdfunding' para hacer realidad su proyecto de vida en el Sobrarbe.

De izquierda a derecha, Jesús Huertas, Sara Rosado, Agustín Sesé y Aina Solana.
De izquierda a derecha, Jesús Huertas, Sara Rosado, Agustín Sesé y Aina Solana.
Siricueta

'Siricuetaes la palabra altoragonesa que hace referencia al suero de la leche, y es así como se llama también el proyecto de vida pastoral que lanzaron hace apenas dos meses los cuatro únicos vecinos de Morillo de Sampietro, una pequeña aldea del Sobrarbe (Huesca) en la que Jesús Huertas (38), Sara Rosado (42), Agustín Sesé (52) y Aina Solana (26) quieren seguir viviendo.

"Ser pastores en Morillo es una aventura, pero había que intentarlo, y a priori es algo bueno en lo que volcarnos. No somos gente que vaya a especular ni a enriquecerse. Si lo conseguimos, sobreviviremos y la quesería dará para un pequeño sueldo. Pero sobre todo, para mantener vivo esto", recalca Sara Rosado, una asturiana que lleva 15 años de pastora en estas tierras, donde conoció a su pareja. "Agustín es de Fonz, de casa ganadera y de familia de pastores", explica ella. 

Antes vivían en Guaso, pero cuando surgió la oportunidad de mudarse a Morillo no se lo pensaron. "Nos vinimos aquí porque nos lo propusieron los dueños de una de las cuatro casas que hay. Sabían que estábamos buscando un lugar para tener animales y desarrollar nuestra actividad, más allá de que seamos pastores para otros. Cuando vinimos, el pueblo no tenía casi acceso y se lo estaban comiendo las zarzas. Pero desde que estamos aquí con las ovejas, ha cambiado mucho el paisaje. Han llegado gorriones, ves más golondrinas, insectos... se genera vida. Nuestra presencia habrá modificado, porque es inevitable, muchas cosas, pero sí generamos más riqueza", defiende esta emprendedora rural. 

Junto a Aina y Jesús, quien forma parte de la primera generación de la Escuela de Pastores de Aragón, han creado un 'crowdfunding' para recaudar fondos y poder abrir una quesaría artesana en Morillo de Sampietro. Necesitan recaudar un mínimo de 23.848 euros y en apenas 15 días ya han logrado reunir 21.300. "Por ahora hemos tenido mucha ayuda. El Ayuntamiento está muy interesado en este proyecto y nos ha dado muchas facilitades, y la respuesta de la gente en menos de 15 días ha sido abrumadora... Nos parecía complicado conseguirlo, pero al final se ha volcado gente con influencia -como la Ronda de Boltaña o el escritor Severino Pallaruelo- que creen en este proyecto y nos han dado un impulso tremendo. Te diría que el 80% de las donaciones son de gente de la zona que sabe dónde está Morillo y lo que está pasando. Es gente que tienen ya una conexión muy especial con este sitio y van a querer preservarlo, y eso es muy bonito", confiesa Sara. 

Con el apoyo de familiares y amigos, han dado ya los primeros pasos para convertir una borda de Morillo de Sampietro en una quesería artesana y sostenible en la que hacer queso con la leche de su propio rebaño. "La estructura está hecha, ahí no hemos tocado nada, y en estos momentos estamos empezando a acondicionar la quesería en el interior, que tiene dos plantas. Arriba iría el obrador y en la parte de abajo está la bodega de maduración", describe Sara. 

La idea de abrir su proyecto a la colaboración ciudadana, por medio de una campaña de 'crowdfunding', surgió de la necesidad de reunir apoyos económicos para poder emprender en el medio rural, donde las ayudas -dicen- no se adaptan a proyectos como el que están iniciando. "Como no hay ayudas agroganaderas hemos tirado de la familia para hacer la cuadra y ahora tiramos de la gente que le apetece colaborar. Por ser mujer en el mundo rural nos darían bastante dinero, pero nos piden 300 cabezas de ganado para un sitio que no puede soportar esa carga... Al final, era hacerlo a nuestra manera y ver qué pasa o renunciar a ello. Nosotros sabemos que podemos llevar un rebaño de máximo 100 cabezas y apostamos por la sostenibilidad", señala. 

La burocracia, una "condena" para el campo

Los cuatro pastores del Sobrarbe se decidieron a lanzar esta campaña de micromecenazgo ante la falta de ayudas agroganaderas para poder emprender en esta aldea pirenaica, pero aseguran que no ha sido fácil el camino, lleno de trámites y papeleo. "Es muy muy caro y burocráticamente muy duro. Te exigen la misma normativa para el Ventero que para una pequeña quesería en un pueblo de cuatro habitantes, y para eso es muy importante estar acompañados, ser cuatro", recalca Sara, que al igual que sus compañeros de proyecto trabaja además como pastora para otros ganaderos de la comarca. 

Al emprender en el medio rural, conoce de primera mano las dificultades que presentan estos autónomos. "El papeleo ocupa tantísimo tiempo que realmente la burocracia es una condena que tiene el campo", señala. 

En el extremo contrario, sitúa todo lo bueno que esta forma de vida les da. "Vivimos rodeados de un bosque gigante que sabemos que el día que esto prete fuego necesitamos por nuestra seguridad también hacer este trabajo. Como no son tierras de cultivo, sino pastos permanentes, hay que caminar y estar con las ovejas todo el día, que es lo que nos gusta de nuestra profesión. Pastoreamos todo el día nuestro rebaño en extensivo, de 9 a 18.00. Y si el proyecto sale adelante, seremos ganaderos, pero sobre todo somos pastores", defiende Sara, quien reivindica la importancia de este oficio para preservar los montes, la vida y el patrimonio en aldeas que están al borde de la despoblación y el abandono. 

"Mucho de lo que dejamos aquí nos lo devuelve con creces este espacio"

"Nosotros no hemos inventado nada. Recuperamos el trabajo aquí de cientos de generaciones de personas… Y hay un patrimonio increíble. A veces parece que no se puede sacar nada de estos sitios, y sí. Nosotros no queremos ser pioneros en nada, pero por qué no intentar hacer cosas más chiquitinas para poder vivir aquí, aunque alguien de la pareja tenga que salirse a trabajar fuera para complementar un poco… pero que esté vivo todo esto. Que no seamos solo personas que teletrabajamos en el mundo rural. Creemos que la ganadería o el pastoralismo es importante en estas zonas. Porque si no es aquí, ¿dónde vamos a ser pastores?", se pregunta Sara, quien hace especial hincapié para animar a otros en todo lo bueno que tienen en el pueblo.

"Mucho de lo que dejo aquí me lo devuelve con creces este espacio. Me da de comer, me mantiene sana mentalmente… qué menos que intentar hacer algo para que no se pierda", concluyen. 

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