La primera escuela de pastores de Aragón atrae a candidatos de todo el país

El centro La Estiva de San Juan de Plan ha recibido 21 solicitudes para cubrir entre 6 y 10 plazas. El curso se pone en marcha el 7 de marzo. 

Clases prácticas y visita de la Fundación Monte Mediterráneo.
Clases prácticas y visita de la Fundación Monte Mediterráneo.
Patricia Sureña

San Juan de Plan abrirá, en menos de dos semanas, las puertas de la primera Escuela de Pastores de Aragón. El centro La Estiva ha recibido solicitudes de todo el país, más del doble de las que puede atender, demostrando que todavía existe interés por este oficio, y sobre todo por formarse en él. Ha habido 21 inscritos (el plazo se cerró el martes), de los cuales se seleccionarán a partir de ahora a entre 6 y 10 personas.  El curso, de 850 horas, arrancará el 7 de marzo y se prolongará hasta el 1 de septiembre. 

La formación se divide en dos partes: cuatro meses con un programa teórico y de prácticas en las explotaciones ganaderas del valle y otros dos de manejo del ganado en los puertos a partir del 27 de junio, cuando se trasladan las reses a los prados de alta montaña, a las estivas, de las que toma su nombre la escuela. 

Pero, ¿quién está interesado en obtener el diploma de pastor? El perfil de los inscritos es muy variado. De los 21, 10 son aragoneses y el resto de Castilla y León (3), Cataluña (2), Madrid (2), Navarra (1), Andalucía (1), Valencia (1) y Castilla-La Mancha (1). Predominan los hombre, 17, frente a 4 mujeres. "Es un gremio muy masculinizado al que las mujeres van llegando despacio. Pensaba que la balanza estaría más igualada porque cada vez han más ganaderas", comenta el alcalde de San Juan de Plan, Roberto Serrano, impulsor del proyecto, apoyado por el Gobierno de Aragón, la Diputación de Huesca y la Comarca del Sobrarbe. La edad de los inscritos va de los 19 a los 57 años.

Doce de ellos ya tienen alguna relación con el sector, como trabajadores en activo, por vínculos familiares o porque han hecho algún tipo de formación, aunque la que ahora existe en Aragón tiene sobre todo que ver con el sector agroalimentario y no contempla el pastoreo, aclara Serrano. 

Una vez comprobado que cumplen los requisitos, la selección final se hará a través de entrevistas personales para valorar su idoneidad. En función de la misma se cubrirán un mínimo de 6 plazas y un máximo de 10. El criterio principal es la empleabilidad, el interés por incorporarse al sector con su propia explotación o como mano de obra. Aunque el problema de relevo generacional es evidente, sobre todo en la ganadería extensiva de montaña, el alcalde cree que cada vez hay más gente dispuesta a dar continuidad a un proyecto familiar o a cubrir el vacío dejado por otro ganadero jubilado. 

La escuela se contempla como un proyecto global relacionado con el desarrollo del valle. En este sentido, echa mano de explotaciones de la zona para las prácticas y ha formado a sus ganaderos para ejercer de tutores. Además, los alumnos se alojarán en negocios de turismo rural (la matrícula, 985 euros, incluye el alojamiento y la manutención). 

Parte del profesorado lo formará personal con cualificación docente, en veterinaria o ingeniería agrónoma. Otra parte son esos tutores, "profesores de oficio", con la idea de que los alumnos aprendan directamente de los profesionales. Para ello, el año pasado, la escuela formó a 15 ganaderos y pastores del valle de Chistau, quienes aprendieron habilidades de comunicación para saber transmitir sus conocimientos, así como criterios de evaluación de los alumnos. 

De aprender a atender un parto a saber cómo gestionar la soledad

Los alumnos de la escuela obtendrán un diploma avalado por el Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, y se les aportarán todos los requisitos formativos exigidos por la administración para el acceso y la incorporación al sector. Los contenidos incluyen enseñanzas sobre morfología animal o alimentación (tipos de pastos, piensos, conservación de forrajes...). También aprenderán a atender los partos o seleccionar reproductores; el manejo de bovino, ovino y caprino, los criterios de bienestar de las reses o los controles sanitarios

Ser pastor no se limita a vigilar las ovejas cuando pastan en el campo. De ahí que la parte de pastoreo incluya conocimientos sobre progresar por la montaña, interpretar los mapas o la meteorología, adiestrar a los perros, y hasta gestionar la soledad. Y la de gestión empresarial ofrezca lecciones de comercialización, facturación, PAC u obligaciones fiscales. Otros contenidos formativos se refieren a la cultura pastoril, incluida la gastronomía o el aprovechamiento de la lana y las pieles.

Los promotores de La Estiva ponen el acento en que el curso busca un perfil técnico del pastoreo multiactivo, que no se limita al manejo del ganado, y además está sujeta a criterios éticos de bienestar animal y fomento de actitudes ecológicamente responsables.

La apertura de la escuela coincide con la preocupación expresada recientemente por Oviaragón-Grupo Pastores, la mayor cooperativa de ovino de Aragón, que ha alertado sobre la falta de mano de obra, lo que la ha llevado a crear una bolsa de empleo. Sus responsables ya han tenido conversaciones con los de la escuela de San Juan de Plan.   

La escuela tiene un triple objetivo, destaca Roberto Serrano. Uno el educativo: capacitar profesionalmente para la explotación ganadera extensiva, permitir la incorporación de jóvenes que puedan protagonizar  la transición hacia modelos de explotación sostenibles y educar en valores de responsabilidad hacia el medio natural. Otro de carácter socioeconómico, para facilitar la incorporación de nuevas generaciones al sector, favorecer el emprendimiento y la iniciativa empresarial en actividades derivadas y ayudar a fijar población en el medio rural. Y también cultural, con el reto de mantener el legado del pastoralismo.

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