¿Dónde llueve más en Aragón? El diluvio que dejó el tren de borrascas

El valle de Pineta, donde cayeron en dos semanas 933 l/m2 , encabeza el ranquin de precipitación media anual en la Comunidad con una peculiar orografía que deja anclados los frentes.       

El Ebro recoge las lluvias que caen en lo alto de la cuenca.
El Ebro recoge las lluvias que caen en lo alto de la cuenca.
K.U.

Tras dos años de sequía, el carrusel de borrascas que barrieron el Pirineo aragonés entre el 18 de octubre y el 4 de noviembre (Aline, Bernard, Ciarán y Domingos) dejó registros como hacía tiempo no se veían. Faltó poco para que la estación meteorológica de Espierba (Bielsa), en el valle de Pineta, alcanzara los 1.000 litros por metro cuadrado. Se quedó en 933. 

Esta estación particular se quedó en 933 litros marcando el récord en el reciente episodio de intensas lluvias. Pero también hubo registros espectaculares en los pluviómetros de la red del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) de la cuenca del Ebro, como los 797 litros de Candanchú; los 791 del parador de Monte Perdido, también en el valle de Pineta; o los 700 de la estación del Cebollar, en Torla. Muchos de ellos recogieron en unos días casi la mitad del agua que cae en 12 meses.

Pero, ¿cuál es el lugar de Aragón donde más llueve? Según los datos de la red SAIH de la Confederación Hidrográfica del Ebro, correspondientes a precipitación anual media en 10 años, la lista en la Comunidad Autónoma la encabeza el parador de Pineta-Monte Perdido (1.825 l/m2). El segundo y el cuarto puesto lo ocupan dos sitios del mismo municipio del valle del Aragón, Candanchú (1.775) y Canfranc (1.500). El tercero, Llanos del Hospital (1.650), en Benasque; y el quinto, el valle de Zuriza (1.500), en Ansó, con igual registro que Canfranc. 

Eso sí, dentro de la cuenca del Ebro, el ranquin no lo lidera Aragón. Por delante de Pineta, hay cinco estaciones que reciben más agua: las pistas de esquí de Lunada (Burgos) y Beruete, Belagua, Quito Real y Burguete, en el Pirineo navarro. 

Lugares donde más llueve en la cuenca del Ebro

El delegado de la Aemet, Rafael Requena, confirma que en general las precipitaciones más abundantes se dan en los valles de la frontera con Navarra y en el valle del Aragón. Con él coincide Roberto Serrano, investigador del departamento de Geografía de la Universidad de Zaragoza, ya que la parte más cercana a la fachada atlántica, junto con la cabecera del valle del Aragón, por donde pasan los frentes sin ninguna barrera, pueden acumular 1.800 o incluso superar los 2.000 litros al año.

Respecto a Pineta, Serrano habla de las peculiaridades climatológicas de un valle con una particular disposición orográfica, cerrado por la barrera de Monte Perdido. Aquí se quedan ancladas las borrascas, aunque la diferencia se nota sobre todo en los termómetros. La sombra de los tresmiles provoca que haya muchos días de bajas temperaturas a lo largo del invierno, con menos horas de radiación solar que otros puntos del Pirineo, reteniendo el frío en el fondo del valle. "En cuanto nieva se queda más tiempo en el suelo y eso retroalimenta a su vez las mínimas más bajas".

Un frente de borrascas como el de este otoño no es habitual, aclara el experto de la Universidad. "Es normal que se produzca en esta época del año pero han descargado cantidades excepcionales». Afortunadamente sin graves daños por desbordamientos de los ríos, un hecho que el investigador achaca a la sequía. "Llevamos muchos meses sufriéndola. El suelo estaba en unas condiciones que ha sido capaz de absorber parte de las precipitaciones". Las borrascas llegaron, añade, cuando ni los caudales en los ríos eran muy altos ni los embalses estaban muy llenos.   

David Montaner, aficionado a la meteorología, conoce bien las peculiaridades del valle de Pineta. Él es el propietario de la estación de Espierba, que durante este carrusel de borrascas ha estado dando casi a diario espectaculares registros de precipitaciones, sobre todo teniendo en cuenta el notable déficit hídrico de los últimos meses. El 18 de octubre midió 98 litros en 24 horas; al día siguiente, 185 litros; y el 30, 117. No pasó mucho tiempo hasta que el 2 de noviembre cayeron otros 133 litros. No es extraño que en la jerga local se hable "del orinal de Pineta".

David Montaner, junto a su estación meteorológica de Espierba.
David Montaner, junto a su estación meteorológica de Espierba.
Heraldo

En Espierba se llevan recogidos desde el 1 de enero 1.906 litros, el 49% solo en los últimos días. "Es fácil que se superen los 2.000, una cifra que estaría por encima de la media del valle, en torno a los 1.600", indica Montaner.

El proyecto EMAs Sobrarbe

La estación meteorológica automática (EMA) se encuentra en el barrio de Las Cortes de este núcleo del municipio de Bielsa situado en el corazón del valle de Pineta. Forma parte del proyecto EMAs Sobrarbe, iniciado por un grupo de aficionados que ya a aglutina medio centenar de terminales particulares repartidas por la comarca y zonas limítrofes. Mantienen una pagina web que facilita información de los datos en tiempo real para los amantes de la meteorología. 

El abaratamiento de los aparatos, dice Montaner, ha hecho que cada vez más personas puedan disponer de ellos y obtener datos que cada 10 minutos se vierten a plataformas en internet. EMAs Sobrarbe tiene también otras estaciones asociadas en comarcas vecinas y está en contacto con los valles cercanos de Francia. "Lo que antes hacíamos manualmente lo hacemos ahora con registros efectivos".

Para él, ver llover así es algo habitual, aunque reconoce que hacía tiempo que no se sucedían las crecidas de estos días. "Solo había que ver la vegetación de ribera. Algunos árboles ya tenían 12 o 15 años, y eso significa que desde ese tiempo no se producían avenidas de estas características", explica.

"Recoger los datos de Pineta era imprescindible para poder reflejar las peculiaridades de este valle glaciar con paredes de más de 2 kilómetros", ya que se pasa de los 1.100 metros del fondo a los 3.355 de Monte Perdido. Esto y su orientación noreste hace que se vea favorecido por frentes como los recientes que han provocado cinco grandes avenidas con caudales de más de 400 m³/s del río Cinca a su paso por Lafortunada.

Las grandes crecidas del Cinca

En la última gran crecida de 1982 (con un periodo de retorno de 50 años), este río, que nace precisamente en el valle de Pineta, llevó en ese punto 972 m³/s, y en el aforo de Escalona, 1.750m³/s. Montaner ha crecido contemplando al embravecido Cinca. "Cuando iba a la escuela, ver bajar riadas era muy normal, pero ya hace años que no ocurría. La peculiaridad de 2023 es que ha habido cinco en 14 días", dice, afortunadamente sin más daños que los desprendimientos de rocas por las lluvias en las carreteras. 

Y advierte que, aunque existen periodos de retorno de grandes riadas de 25, 50 100 y hasta 500 años, habiendo ya registros fotográficos de las de 1922 y 1942, muy excepcionales, "por el tiempo en que nos encontramos estamos cerca de que vuelvan a repetirse".

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