La historia de Boutique Edelweiss, la tienda que ha visto crecer a Formigal

Es, junto con Masonet, la tienda más antigua de este lugar de referencia para el turismo sobre todo de esquí perteneciente a Sallent de Gállego.

La Boutique Edelweiss se abrió hace 51 años en pleno centro de Formigal.
La Boutique Edelweiss se abrió hace 51 años en pleno centro de Formigal.
Heraldo

Hace más de 50 años, cuando Formigal todavía ni existía, la familia Santolaya García se instaló en Sallent de Gállego por la profesión de Ángel Santolaya. Fue el médico de la localidad pirenaica durante tres décadas. Estando ya asentados en la zona, su mujer, Marina García, abrió una pequeña tienda de ropa cuando se creó la urbanización junto a la estación de esquí. Así nació la Boutique Edelweiss, que este año cumplirá su 51 aniversario.

Se trata de un local pequeño y coqueto, decorado en madera al más puro estilo nórdico. Está situado frente a la plaza del reloj, el símbolo más representativo de Formigal, y vende artículos “de capricho”. Son las palabras de su actual dueña, Manuela Santolaya, hija de la fundadora y la pequeña de cinco hermanos. 

Nació en Logroño, “por casualidad”, ya que su padre trabajaba en La Rioja por aquel entonces, pero desde bien temprano se mudaron a Sallent y ella se considera de allí.

Estudió escaparatismo y algo de marketing pero lo que de verdad le ha dado los conocimientos que tiene para mantener vivo su pequeño comercio es la experiencia y, por supuesto, su madre. “A veces tener estudios no es sinónimo de saber mucho. Prácticamente todo lo que sé lo aprendí de una gran maestra, mi madre. Luego la vida me ha ido enseñando todo lo demás”, asegura.

La Boutique Edelweiss se abrió hace 51 años en pleno centro de Formigal.
La Boutique Edelweiss se abrió hace 51 años en pleno centro de Formigal.
Heraldo

Durante unos años, trabajó codo con codo con su madre en la tienda hasta que ésta se jubiló. Hace ya mucho que Manuela gestiona sola este comercio que abre en temporada de invierno y de verano. Después, tiene un mes y medio libre en primavera y otro en otoño, pero durante las épocas fuertes el trabajo es muy exigente. “En tiempos tuve a alguna empleada pero no siempre me salían las cuentas así que ya llevo tiempo estando sola y llegando hasta donde puedo”, explica.

En invierno la Boutique Edelweiss está abierta desde finales de noviembre hasta mediados de abril, todos los días de la semana, algunos durante ocho o nueve horas. “Con los años la temporada de nieve se me empieza a hacer dura, pero es lo que he hecho siempre y al final te acostumbras”, relata. El verano, por su parte, es más llevadero, ya que solo son dos meses, julio y agosto.

Una tienda de delicatessen textil

Según la define Manuela, la suya es como una tienda de delicatessen pero de artículos textiles. “Tengo ropa y complementos de señora y de niños, pero son cosas especiales y de capricho, como marcas noruegas y otros artículos que no se encuentran en cualquier sitio”, resume. La mayoría de sus proveedores son europeos, de Noruega, Alemania o Suiza, y en menor medida de España.

Aunque en estos 50 años el catálogo no ha cambiado en exceso, de un tiempo a esta parte Manuela ha ido reduciendo los artículos de niño ya que la realidad es que cada vez es menos habitual gastar mucho dinero en ropa infantil. Al otro lado del mostrador las cosas también han cambiado. “Está siendo muy duro, cada vez más, y diferente. Las tiendas pequeñas tenemos competencias muy desleales, sobre todo con internet. Amazon nos ha matado y la gente joven ya no va de tiendas”, asegura. No obstante, Manuela ve el lado positivo en tener su negocio en un sitio tan turístico como Formigal. “Aunque nos cobran hasta por respirar y de los ingresos de una temporada de seis meses, cuatro y medio van para la Administración”, lamenta.

Además, a través del cristal de su escaparate, Manuela ve cómo está cambiando Formigal. “No diré si para bien o para mal, pero los tiempos cambian, el tipo de consumo es diferente y también el turismo es de otra manera”, explica, aunque a su modo de ver esto es una tendencia generalizada. “Los que hemos vivido todas las etapas de Formigal vemos mucho más el cambio. Antes en verano venían las madres con los hijos, porque no trabajaban, y era un turismo más familiar porque no había tantos hoteles. Ahora, aunque la época estival sigue siendo muy parecida, el invierno sí que ha cambiado. Viene mucha más gente joven a estar de juerga y, en general, esto se ha hecho mucho más grande”, resume.

Desde hace años, Manuela reside en el mismo Formigal, por la comodidad de no tener que coger el coche desde Sallent a diario. No obstante, cuando cierra la tienda en primavera y en otoño aprovecha para ir a Zaragoza, visitar a la familia, descansar y coger fuerzas para la siguiente temporada.

Por su tienda pasan clientes de Francia o de Inglaterra así como de todas partes de España, y también de Portugal. Manuela sabe inglés y también francés, aunque, en este caso, no porque lo haya estudiado, sino por vivir donde vive y tener un establecimiento de cara al público. “Las tiendas pequeñas somos una especie en extinción y hay que ser muy valiente hoy en día para liarte la manta a la cabeza y montarte algo así”, asegura.

Su jubilación está a la vuelta de la esquina y, en su caso, no hay relevo generacional por lo que la Boutique Edelweiss será una de esas tiendas de toda la vida que terminará cerrando para siempre. Pero hasta que ese momento llegue, Manuela ya está preparada para recibir con una sonrisa a cada cliente que entre en su establecimiento, poniendo en valor al comercio detallista y contribuyendo a que las pequeñas tiendas con encanto, como Boutique Edelweiss, no mueran.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión