Lavandería Iguarben Ruiz, la única en Borja con autoservicio y limpieza ecológica
Hace cuatro años Noelia Ruiz lanzó este negocio que también se dedica al lavado industrial para hoteles, peluquerías e incluso una multinacional del sector del automóvil.
En junio se cumplieron cuatro años desde que Noelia Ruiz, natural de Cortes de Navarra pero casada en Borja, decidió abrir su propio negocio. Lavandería Iguarben Ruiz es el resultado del deseo de un cambio de vida y de una familia implicada en el proyecto. El establecimiento es el único que presta servicio de autoservicio de lavado en la capital del Campo de Borja y, hasta su apertura, los clientes tenían que desplazarse hasta Tudela (a 40 kilómetros). Después, abrieron otra tienda similar en Tarazona pero la de Noelia sigue siendo exclusiva en otros aspectos.
Su lavandería es la única de la zona especializada en limpieza ecológica. “Nuestras máquinas están adaptadas al sistema Wet Cleaning, que se hace en húmedo y está diseñado para lavar prendas y tejidos delicados con productos que pueden tirarse al desagüe”, resume.
Antes de abrir su propio negocio, Noelia trabajaba en el sector sanitario pero no se arrepiente de la decisión que tomó. “Lanzarse a algo así cuesta porque no sabes cómo te va a ir pero el balance de estos cuatro años es bueno”, asegura. Un punto de inflexión para la empresa fue que una multinacional del sector del automóvil contratara sus servicios para lavar unos 300 kilos de guantes al día. “Entonces es cuando decidí incorporar a la plantilla a mi hijo, porque a este cliente le dedicamos muchas horas al día y hacemos dos recogidas diarias”, explica Noelia. Es su principal cliente y que de mayor volumen de facturación pero, según explica, sumando el resto de negocios más pequeños y los particulares, la cantidad de ingresos es similar.
Y es que cada vez son más las casas rurales, hoteles, peluquerías y otros pequeños negocios que confían en la Lavandería Iguarben para tener su ropa de cama, mantelería o toallas siempre perfecta. Además, desde hace un tiempo también prestan servicio de tintorería tradicional, con la limpieza de trajes, abrigos u otras prendas, así como el planchado.
Para ir ampliando el negocio, Noelia acaba de hacer una importante inversión en maquinaria. “Hemos comprado planchas buenas para sábanas y ropa lisa, así como planchas de mano para trajes”, indica. Por eso, para los próximos años no tiene previsto grandes planes ni cambios, sino seguir en la misma línea, “siempre que la demanda del cliente no diga otra cosa”, matiza.
El local está situado en la carretera por lo que su establecimiento es fácil de encontrar y tiene muchos clientes que simplemente están de paso y deciden parar para llevarse la ropa limpia a casa. También hay personas de todas las edades que no tienen lavadora en casa y usan las del autoservicio, e incluso clientes a los que una vez a la semana les recogen la ropa sucia en casa y se la devuelven limpia. “Recuerdo que, cuando abrimos, había un grupo de trabajadores de los molinos de viento que eran de Galicia e iban una vez al mes a casa. Para lavar la ropa tenían que irse a Tudela así que cuando abrí en Borja lo estaban deseando”, rememora Noelia.
Con el aumento del ritmo de trabajo y de los ingresos Noelia ha podido contratar a otras dos personas, además de su hija y ella. Por su parte, su marido, que trabaja en otro sector, les echa una mano siempre que hace falta.
El autoservicio está abierto todos los días del año, de 8.00 a 21.00 y, aunque no es necesario que haya alguien para dar el servicio porque todo es automático, siempre están pendientes del móvil. “Los clientes suelen llamar o bien porque no tienen cambio para echar a la máquina, porque tienen dudas sobre cómo lavar, para preguntar si hay lavadoras disponibles o si tendrían que esperar… Nunca desconectas, aunque estés en casa”, asegura.
Para el resto de servicios, los de lavado industrial y el de tintorería, el establecimiento está abierto de lunes a viernes de 8.30 a 13.30 y de 17.00 a 21.00. Además, recientemente, Noelia ha incorporado un apartado de tienda. “Cuando venían los clientes particulares y veían que trabajábamos con ropa de cama o toallas nos empezaron a pedir si teníamos género de distintos colores para vender”, explica. Para dar respuesta a esta necesidad, en la lavandería se habilitó un espacio de tienda y también venden online.
La idea es que, en un futuro, sus hijos se queden con el negocio y continúen ampliando horizontes y dejándose llevar por donde el mercado demande. Pero, por el momento, Noelia, que tiene 45 años, sigue marcando el ritmo de un negocio que, con permiso de la demanda del cliente, ha tratado de hacer a su medida. A tenor de los primeros éxitos cosechados, está, sin duda, en el buen camino.
