Albalate de Cinca estrena dos viviendas para temporeros: "Hemos llegado a vivir 60 en un almacén así que esto es un lujo"

Quince trabajadores de la recogida de la fruta que sufrieron el brote de covid-19 el pasado verano han dejado el almacén donde residían para vivir en dos casas del municipio y se espera disponer de un tercer en breve.

Los responsables del Ayuntamiento de Albalate de Cinca, de Cáritas Barbastro-Monzón y de UAGA han presentado este jueves las nuevas viviendas para temporeros.
Los responsables del Ayuntamiento de Albalate de Cinca, de Cáritas Barbastro-Monzón y de UAGA han presentado este jueves las nuevas viviendas para temporeros.
José Luis Pano

Hemos llegado a vivir sesenta personas en un almacén con un retrete y un salón para comer todos. Cuando llegábamos del trabajo a veces tenías que esperar hasta la medianoche para ducharte. Ahora tienen un baño para cada cinco personas así que es un lujo”. Así valora Ngoro Coulibali, intermediador cultural de Cáritas Diocesana Barbastro-Monzón, las dos nuevas viviendas que ha puesto el Ayuntamiento de Albalate de Cinca a disposición de los temporeros de la fruta para evitar situaciones como el brote de coronavirus que el pasado verano afectó a 29 trabajadores subsaharianos que residían en una precarias condiciones en un almacén. Y es que él lo sabe muy bien ya que llegó a residir en esa nave los dos años que trabajó en la campaña de recogida. 

Ahora, una quincena de temporeros están alojados ya en estas dos casas (diez en una y cinco en otra) que cuentan con todos los servicios mínimos de habitabilidad. Cáritas, UAGA COAG y el Ayuntamiento de Albalate de Cinca han firmado un convenio para gestionar viviendas sociales para los trabajadores inmigrantes que acuden cada verano a estas localidades hortofrutícolas y erradicar los asentamientos infrahumanos. Esperan contar en breve con una tercera vivienda y Cáritas se encargará de hacer un seguimiento de estos inquilinos y atender sus necesidades sociales.

“Están muy contentos. Antes tenían reticencia por el confinamiento del covid-19 del año pasado y tuvimos que ir muchas veces a convencerlos para que vinieran a vivir al pueblo. Ahora han visto que no es una vivienda si no un hotel. Nos han dicho: ‘Gracias a Cáritas por insistir”, ha destacado Ngoro Coulibali, quien asegura que a partir de ahora los inmigrantes solo vendrán si tienen un espacio digno para quedarse.

El cierre de este almacén, reconvertido en vivienda para acoger temporeros inmigrantes desde hace varios años, fue una prioridad que se marcó el Consistorio socialista presidido por Ricardo Chárlez. No tuvo mucho éxito hasta que la crisis del coronavirus puso el foco en este asentamiento con el brote surgido el pasado mes de julio. A partir de entonces, se visibilizaron también las pésimas condiciones de los asentamientos ilegales y chabolas en las que vivían decenas de temporeros en las comarcas del Cinca Medio y Bajo Cinca. “Lo que no pudimos conseguir desde Cáritas denunciándolo desde hace veinte años lo ha hecho el covid-19”, ha valorado el trabajador social de la oenegé cristiana Juan Rico.

El brote de Albalate de Cinca desató una crisis social que fue rápidamente atajada por varios actores, desde la UME del Ejército que montó un campamento junto al polideportivo, al propio Ayuntamiento, los servicios sociales de la Comarca del Cinca Medio, Cáritas Diocesana, Cruz Roja o el sindicato agrario UAGA, que también denunciaba las condiciones en las que vivían los trabajadores inmigrantes que venían a trabajar en los campos frutales cada verano. 

Todas estas entidades se pusieron a trabajar desde ese mismo momento en buscar una solución que pasaba por albergar a estos temporeros en lugares dignas. Y tras varias conversaciones con propietarios de viviendas, por fin se ha llegado a un acuerdo con dos de ellos. Los quince inquilinos son subsaharianos y pasan largas temporadas en Albalate trabajando para empresarios locales. 

Se espera que el número de trabajadores de la recogida de la fruta sea la mitad que en la pasada campaña, dadas las heladas sufridas por los campos del Cinca Medio y en especial del Bajo Cinca que han reducido al 50% la cosecha, según prevé Oscar Mored, de UAGA.

Además de cerrar el citado almacén de Albalate, también han dejado de estar en activo los locales de Zaidín, Belver de Cinca y Fraga que tampoco reunían las condiciones de salubridad. A este respecto, el responsable de UAGA solicita al Gobierno de Aragón que la partida de 1.000 millones anunciada para la rehabilitación de viviendas, llegue también al medio rural para facilitar a los propietarios que puedan restaurar sus casas y destinarlas para la acogida de temporeros.

La responsable de Cáritas, Amparo Tierz, ha recordado que durante la pasada campaña atendieron a más de 120 temporeros y su intervención de acompañamiento permanente fue crucial para detectar y controlar el brote de Albalate de Cinca. Mientras, el alcalde Ricardo Chárlez ha agradecido el trabajo de Cáritas y UAGA para solventar este problema y aportar tranquilidad “al municipio y a las personas que están en estas viviendas”, y la ayuda prestada el pasado verano para controlar el brote de coronavirus.

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