Decenas de ojos que nos miran desde una esquina del Coso

Sergio Landa ha pintado un mural en la valla del solar entre el Coso Bajo y la Correría por encargo de los comerciantes de esta última calle, en el centro de Huesca

El pintor grafitero Sergio Landa.
El pintor grafitero Sergio Landa.
Rafael Gobantes

Hace 15 años que una valla rodea el solar del donde estuvo la mítica pastelería Vilas en Huesca, entre el Coso Bajo y la calle Ramiro el Monje, conocida popularmente como la Correría. Con la llegada de esta primavera, los comerciantes de esta última decidieron que era hora de convertir el cercado metálico en un elemento decorativo que alegrara el paseo y la vista de los oscenses.

Es lo que ha hecho Sergio Landa en apenas cinco días. El joven artista de Jaca ha transformado la tristeza de lo gris en un mural de 60 metros de largo por dos de alto donde decenas de ojos de distintas formas, tamaños y colores miran el discurrir cotidiano de esta zona, en el centro de la capital oscense. Rosa Casals, una de las comerciantes de la Correría, comenta que están "muy contentos con el resultado" porque "es impactante".

El coste de este trabajo se ha sufragado con aportaciones de varios de los establecimientos de la calle, que tiene en mente otros proyectos de dinamización para el momento en que dispongan de más dinero.

El autor del mural también está satisfecho de la obra realizada, teniendo en cuenta que disponía de un tiempo limitado para llevarla a cabo, ya que al día siguiente de recoger los bártulos se marchó a vivir a Ibiza. Aquí, junto con un amigo, desarrollará un proyecto musical porque además de pintar también es percusionista. "Intento hacer lo que me gusta y que esto no sea siempre lo mismo", comentó. Es por eso que además hace tatuajes.

Sergio Landa trabajó desde el 28 de abril hasta el 2 de mayo para transformar la valla de solar. Lo hizo solo y, en ocasiones, bajo la luz de las farolas, que le permitía perfilar los múltiples ojos que ya se han convertido en paisajes de fotos de Instagram. El artista tiene una relación especial con esta parte del rostro, que le permite muchas opciones de color y que invita "a pensar que siempre hay alguien que nos mira". Una enigmática frase, ‘no tires del hilo que no es’, que se lee entre tanta pupila también ofrece un sinfín de interpretaciones.

La propuesta de Landa gustó a unos comerciantes más que a otros, pero al final se le adjudicó el encargo. "Les hice un precio popular a cambio de tener libertad para pintar lo que quisiera", explica. Según dice, "me pidieron hacer algo relacionado con las tiendas y les dije que no, que no quería dibujar barras de pan y camisetas".

Las dos partes se avinieron y tras conseguir los permisos oportunos , él se puso manos a la obra. Aunque suele pintar a pistola con compresor, en este caso y debido a las ondulaciones de la valla utilizó el espray, que le gusta menos. Además del recurso de su imaginación, echó mano de lo aprendido en el Bachillerato de Artes y en los dos años de trabajo en la empresa Tecmolde.

En esos días, recibió el apoyo de muchos de los peatones que admiraban su trabajo, “incluidos niños y abuelas”, y de los comerciantes, “que me proporcionaron bocadillos, bebida y la mejor palmera de cholocate que me he comido en mi vida y hasta regalos para el viaje”.

Así, mientras media Huesca disfrutaba del puente del 1 de mayo, este artista llenaba de ojos una de las esquinas más transitadas de Huesca, donde ha dejado su correo, redecorayourlife@gmail.com.

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