Muere un montañero zaragozano al despeñarse 30 metros en el ibón de Vallibierna, en Benasque

El hombre, de 49 años, se había separado de sus compañeros cuando tuvo el accidente.
Lo encontró un grupo de franceses

Un montañero zaragozano de 49 años falleció ayer al despeñarse unos 30 metros en una abrupta pared de la cresta situada al norte del ibón alto de Vallibierna, en el municipio de Benasque. El hombre se encontraba solo en el momento de sufrir el accidente, ya que se había separado de sus compañeros, y fue un grupo de franceses quien localizó su cuerpo sin vida y alertó de lo ocurrido.


El zaragozano, cuya identidad responde a las iniciales R. R. S., formaba parte de un grupo en el que había dos personas más. Según la Guardia Civil, el hombre se separó porque optó por otra ruta. 


Una llamada a las 17.00 de un grupo de franceses alertaba a la Guardia Civil de que en las inmediaciones de Vallibierna había localizado el cuerpo sin vida de una persona. Los montañeros galos, al comprobar que no tenían cobertura, decidieron taparlo con una manta térmica y comenzar el descenso para dar la alerta.


Durante el camino, los franceses se encontraron con dos montañeros a los que comentaron lo que habían visto. Estos, temiendo que pudiera tratarse de su amigo, decidieron acercarse hasta el lugar del accidente y al comprobar que así era, uno de ellos comenzó el descenso para alertar, por si los franceses se demoraban, y el otro se quedó en la zona.


El helicóptero de la Guardia Civil sobrevoló la zona hasta que consiguió localizar el cadáver y al amigo que hacía señales de auxilio. Pero el médico determinó que las lesiones que presentaba el montañero tras la grave caída (no se precipitó toda la pared sino que quedó en un saliente) eran incompatibles con la vida. Su cadáver fue trasladado por la Guardia Civil de montaña al depósito de cadáveres de Benasque.Caída con el parapente

No fue el único accidente ocurrido ayer. Una chica de 14 años, vecina de Panticosa, se encuentra ingresada en el hospital San Jorge de Huesca, en estado grave, aunque su vida no corre peligro, tras sufrir un accidente de parapente. La menor iba en un tándem con su hermano, de 28 años, cuando se desplegó el paracaídas de emergencia y fueron a caer en una zona próxima al embalse de Búbal. El hombre, F. J. M. P., solo tenía contusiones y fue dado de alta.  


Ocurrió minutos después de las diez de la mañana. Fueron precisamente dos miembros del equipo de montaña de Panticosa los que observaron desde la carretera cómo un parapente que sobrevolaba El Pueyo de Jaca (Panticosa) tenía desplegado el paracaídas de emergencia y se aproximaba al suelo a gran velocidad. Los guardias no sabían dónde habían caído exactamente por lo que activaron a la patrulla de Sallent. Mientras tanto, otras personas que lo habían observado llamaron al 112 y a la Comandancia. Ellos mismos explicaron que se les había abierto el paracaídas y habían tenido que hacer una aterrizaje de emergencia. 


La menor fue inmovilizada y se le colocó un collarín y un colchón de vacío por si pudiera tener alguna lesión grave. Fue trasladada en ambulancia al hospital San Jorge y quedó ingresada por precaución y para el tratamiento de los dolores, según fuentes del Salud.  


Además, la Guardia Civil tuvo que evacuar desde el refugio de la Renclusa a las 8.00 a un montañero que sufrió una caída mientras ascendía al Aneto. El médico del 061 que acompañaba al Greim de Benasque lo exploró y comprobó que tenía un golpe en la zona torácica, por lo que aconsejó su evacuación en helicóptero. 


El accidente tuvo lugar a 2.400 metros, cuando el excursionista, J. B. M., un madrileño de 54 años, resbaló y cayó encima de unas rocas. Al parecer, no iba equipado adecuadamente, ya que vestía vaqueros y calzaba unos zapatos deportivos. Fue el mismo refugio el que alertó a la Guardia Civil. El guarda, Antonio Lafont, quiso lanzar un mensaje de prudencia y pidió que los excursionistas atiendan los consejos que les dan sobre la equipación o la meteorología. «Hace poco un grupo subió en zapatillas y camiseta y además se jactó de haber hecho cumbre así vestido, como si fuera una azaña», explicó. 


También hubo un accidente en el macizo Vignemale, el de un montañero catalán que se hizo un esguince de rodilla a 2.300 metros.