Ocho montañeros han fallecido este verano entre el Pirineo y Guara


La Guardia Civil vivió ayer otra intensa jornada de rescates, con seis salvamentos, a pesar de ser un lunes laborable

Los agentes (en la pedreguera) recogen el cadáver del montañero fallecido en Vallibierna.
Ocho montañeros han fallecido este verano entre el Pirineo y Guara
Guardia Civil

 La muerte de Ramón Revilla Sánchez, un zaragozano de 49 años que se despeñó en el ibón alto de Vallibierna (Benasque) la tarde del domingo, es la última de una larga lista de fallecidos en montaña en lo que llevamos de año. Ocho personas han muerto este verano en el Pirineo o la sierra de Guara mientras practicaban alguna actividad deportiva, un cifra que aumenta hasta 13 si se contabiliza todo 2014. 


En tan solo ocho semanas de temporada estival –desde el pasado 20 de junio–, ocho personas han fallecido en la montaña. Uno de ellos fue por causas naturales (todo parece indicar que le dio un infarto en el barranco de la Peonera), si bien el resto de las muertes se debieron a accidentes de la montaña. Fueron los fines de semana de final de junio y el del 18 y 19 de julio los más trágicos, con dos fallecidos en cada uno de ellos. Y es que si bien la media de rescates diarias de este inicio del verano se situaba en los tres auxilios, hay jornadas en las que no se ha producido ningún incidente mientras que en las de mayor afluencia a la montaña, como la dominical y su víspera, se han registrado hasta ocho.


Las zonas de Benasque y Panticosa han sido las más conflictivas, con tres fallecidos en cada una de ellas. Los otros dos se han registrado en Guara (uno era un infarto) y en Arguis, donde se precipitó al vacío un joven de 14 cuando intentaba realizar una foto desde un risco.


Respecto a las actividades, la alta montaña es la que más vidas se ha cobrado en este inicio del verano con seis de los fallecidos. Los tres primeros además perdieron la vida al resbalar o hundirse en algún nevero.


Y en lo que va de año han sido 13 las personas fallecidas en la montaña, aunque dos no fue por accidente sino que sufrieron infartos mientras realizaban actividades al aire libre. Además, fue necesaria la colaboración de la Guardia Civil de rescate para sacar a otros dos muertos de lugares de difícil acceso, uno de la cueva de Guixas de Villanúa, al que le dio un infarto, y otro, un hombre desaparecido en Panticosa. La cifra es similar a la del año pasado por estas fechas. En 2013 murieron 17 personas en la montaña, tres de ellas por causas naturales.Seis rescates más en un lunes

A pesar de ser un lunes (los días de mayor afluencia y más rescates suelen ser los fines de semana), los equipos de rescate de la Guardia Civil tuvieron que acudir ayer a seis accidentes en la montaña. 


El más grave fue el de una mujer que rodó por una ladera en el puerto de Los Mulos (Torla). El aviso se recibió a través de la Gendarmería de Gavarnie, que alertaba de que una inglesa había sufrido una caída en la vertiente española de dicha zona, a unos 2.400 metros de altitud. El médico, que viajaba con los agentes de Boltaña y la unidad aérea destinada en Benasque, observó que presentaba un traumatismo craneoencefálico y policontusiones. Tras realizarle las primeras curas, fue evacuada hasta Fiscal, donde le esperaba una uvi móvil para llevarla al hospital San Jorge de Huesca.


Pero la jornada arrancó temprano para los equipos de rescate. A las 7.30 recibieron el primer aviso, el de una persona de 42 años catalana que se encontraba en el refugio de Góriz (Fanlo) y que había sufrido una torcedura de tobillo el día anterior que le impedía apoyarlo. Mientras los agentes de Boltaña, el helicóptero de Benasque y el médico se preparaban para ir en su auxilio, recibieron otra llamada desde el mismo establecimiento, ya que una mujer de 37 años de Huesca, mientras se encontraba en el albergue había oído un chasquido de su rodilla y sentía fuerte dolor. 


El médico, en el primero de los casos, vendó el tobillo al hombre y en el segundo inmovilizó la rodilla, para trasladarlos con el helicóptero hasta Boltaña y, de ahí, en ambulancia a Aínsa.


Por la tarde, los agentes tuvieron que asistir a otras tres personas heridas. En la Casetas de Brujas, próxima a Biescas, a una mujer catalana de 35 años que tropezó, se cayó al suelo y se hizo daño en el hombro. Al tratarse de una zona de fácil acceso, los agentes de Panticosa le indicaron cómo descender hasta un lugar en el que fue recogida por el Nissan Patrol para llevarla a su coche. 


Asimismo, los de Huesca tuvieron que acudir al barranco del río Vero, donde un zaragozano de 32 años se había luxado un hombro al resbalar en una roca, y los agentes de montaña de la Guardia Civil de Jaca tuvieron que auxiliar a un senderista que en la Moleta de Canfranc se había desorientado a bastante altura y no encontraba el camino de regreso.