El sector solar avisa de que el impuesto verde perjudicará a la competitividad de Aragón

La Unión Española Fotovoltaica asegura que llega  "en el peor momento", cuando debe confirmarse la inversión milmillonaria para construir hasta 7.469 megavatios.   

El director general de la Unión Española Fotovoltaica, José Donoso (en el centro), en la visita a la planta solar de Iasol en Zuera.
El director general de la Unión Española Fotovoltaica, José Donoso (en el centro), en la visita a la nueva planta solar de Iasol en Zuera, este miércoles.
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"El impuesto a las renovables que tramita el Gobierno de Aragón erosiona la ventaja competitiva para atraer inversiones y afrontar una nueva industrialización. Está mal diseñado y va en la dirección errónea". Con esta contundencia, el director general de la Unión Española Fotovoltaica (Unef), José Donoso, ha subrayado este miércoles su oposición al nuevo tributo, hasta el punto de señalar que puede afectar a la planificación milmillonaria de 7.469 megavatios porque su rentabilidad está "muy ajustada". 

En una visita a la nueva planta solar de la compañía aragonesa Iasol en Zuera, Donoso ha confirmado este miércoles la presentación de alegaciones al nuevo tributo, que grava un 30% más a las instalaciones solares respecto a las eólicas. Además, ha apuntado que llega "en el peor momento", cuando los proyectos en curso deben obtener la autorización de construcción del Ministerio para la Transición Energética.

El directivo de Unef ha apuntado que Aragón, y el resto del país, tiene ahora un factor competitivo, la disponibilidad de energía a mitad de precio que los países del norte de Europa gracias al hecho de tener el doble de horas de sol. "Con la imposición del nuevo impuesto hay un efecto de inseguridad jurídica a la hora de invertir, una prima de riesgo añadida", ha explicado. 

José Donoso ha aseverado que supone una doble imposición porque los promotores de las renovables ya están pagando tres tributos en el territorio, con los que los municipios ingresan 70.000 euros por megavatio y año a lo largo de la primera década de producción de cada planta.

Del mismo modo, apunta que los dueños de los terrenos perciben entre 1.500 y 2.000 euros por hectárea y año, cuando los rendimientos del cultivo de un campo de secano alcanza, en el mejor de los casos, los 400 euros. "Y durante su vida útil genera hasta cuatro veces más de empleo que una explotación agrícola", apostilla.

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