Tercer Milenio

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La mujer en la investigación científica: "Todavía falta presencia en los puestos de mayor liderazgo"

Ellas suponen el 46% de los trabajadores del CSC en Aragón, pero ninguno de los institutos está dirigido por una mujer. 

El Delegado de Gobierno en Aragón, Fernando Beltrán, visita el instituto de Carboquímica y se reúne con seis científicas del CSIC.
El Delegado de Gobierno en Aragón, Fernando Beltrán, junto con la delegada de CSIC, María Jesús Lázaro. 
Guillermo Mestre

La presencia en igualdad de la mujer en la ciencia es prácticamente una realidad, pero no lo es tanto en las posiciones de mayor rango. "Todavía falta para alcanzar mayor representación en los puestos de liderazgo, pero poco a poco lo lograremos", ha reconocido la delegada de CSIC en Aragón, María Jesús Lázaro, quien ha detallado que en estos  momentos ninguno de los institutos de investigación que dependen de este organismo está dirigido por una mujer. 

No obstante, en una visita del delegado del Gobierno en Aragón, Fernando Beltrán, con motivo del Día de la Mujer, que se celebró el pasado viernes, se ha mostrado optimista respecto a futuro, puesto que se prevé que haya más disponibilidad de plazas, dando más opciones a la promoción y estabilización. En estos momentos, el CSIC cuenta con 550 trabajadores, de los que el 46% son mujeres. "Es un porcentaje que se va a incrementando, aunque todavía falta por avanzar en los puestos de mayor responsabilidad en el conjunto de la investigación", ha reconocido Beltrán, quien ha destacado la importancia de contar con referentes y visibilizarlas. 

Lo ha hecho tras reunirse con varias de las investigadoras que lideran algunos de los 18 proyectos incluidos dentro del Plan Estatal de Investigación Científica, Técnica y de Innovación, correspondiente al periodo 2021-2023, y que se ha concedido recientemente. "Hemos tenido un éxito superior a la media, ya que un 80% de los solicitado se ha concedido, frente al 50% nacional", ha subrayado Lázaro. En presupuesto total ronda los cuatro millones de euros, y el de los ocho proyectos liderados o coliderados por ellas supone la mitad: más de dos millones de euros. 

Las investigaciones

Solo la investigación liderada por Conchita Gimeno, del Instituto de Síntesis Química y Catálisis Homogénea (ISCQH), ha recibido 462.500 euros. Con ellos trabajarán para preparar compuestos metálicos con diferentes aplicaciones. "Lo que hacemos es buscar distintas propiedades, como son las fotofísicas, es decir, que emitan luz, las biológicas o las catalítica. Y las intentamos relacionar", ha explicado. 

De este modo, ha apuntado, uniendo las de catálisis con las biológicas se pueden "hacer catálisis dentro de la celular y obtener otro medio para tratar el cáncer". Al juntar las catalíticas con las fotofísicas se lleva a cabo la fotocatálisis: "Con ello intentamos reducir el CO2, que es un problema del medioambiente muy importante". 

Por su parte, el proyecto de Pepa Martínez, del Instituto de Nanociencia de Materiales de Aragón (INMA), ha conseguido 312.500 euros. Su objetivo es introducir nuevos actores, moléculas y excitaciones magnéticas en sistemas magnéticos, en lo que se conoce como las tecnologías cuánticas. Pero, ¿qué es la computación cuántica? "La naturaleza se comporta siguiendo las leyes de la física cuántica, entonces para simular el mundo real, tenemos que utilizar este tipo de leyes que aportan una complejidad enorme a los cálculos", ha detallado Martínez. 

El proyecto 'Photograph2' de Ana Benito, perteneciente al Instituto de Carboquímica (ICB), ha obtenido una financiación de 300.000 euros para producir hidrógeno verde a través de la disociación fotovoltaica del agua, es decir, generar con luz solar la energía necesaria para romper la molécula de agua y crear hidrógeno y oxígeno. "Nuestro objetivo es pasar de los elementos tóxicos y poco abundantes que se utilizan en al actualidad o otros sostenibles, como las nanoestructuras de carbono o los nanomateriales de óxidos", ha detallado. 

La producción de hidrógeno es también el objetivo del proyecto de Teresa Mendiara (ICB), que ha recibido otros 300.000 euros. En este caso, se construirá una pequeña planta en la que se pretenden demostrar la viabilidad de la producción de hidrógeno a partir de  biocombustibles, permitiendo además la captura de CO2. Si se consigue, ha apostillado, podría sustituir a la generación actual a través de combustibles fósiles. 

María Carmen Mayoral, también del ICB, está al frente de ‘NewelronAge’, que tiene como finalidad explorar las posibilidades que tiene el hierro como vector energético mediante ciclos de almacenamiento de energía, obteniendo un combustible que no emite CO2 mediante el uso de hidrógeno verde. Tiene una subvención de 118.750 euros. 

Por parte, Ana Moreno, del Instituto Pirenaico de Ecología (IPE), contará con 132.500 euros. Su proyecto ‘Tempura’ producirá reconstrucciones de temperatura para transiciones climáticas grandes (glaciar-interglaciar y durante la deglaciación) pero también más pequeñas (últimos dos mil años) que servirán de referencia para comprobar hasta qué punto los modelos disponibles reproducen los cambios de temperatura y los impactos asociados. "Para ello trabajamos con archivos naturales que son los sedimentos de los lagos y las estalagmitas de las cuevas", ha especificado. 

También se ha subvencionado una investigación de Graciela Gil-Romera (IPE), con el que se quiere evaluar la resiliencia de los ecosistemas pirenaicos a cambios climáticos, alteraciones del régimen de incendios y a diferentes grados de presión humana observando series temporales de indicadores ambientales para los últimos 11.000 años (periodo Holoceno). Para ello cuenta con una subvención de 201.250 euros. 

La investigación de Ana María Casas, de la Estación Experimental Aula Dei, también se centra en el cambio climático, pero con el objetivo de desarrollar nuevas variedades de plantas, a partir de cruzamientos genéticos, que sobrevivan al efecto de las altas temperaturas y las sequías. "Vamos a secuenciar el genoma para poder relacionar lo que vemos en el invernadero y el campo con la información genética y poder diseñar los materiales que queremos para el futuro", ha especificado esta especialista que trabaja con cebada. Le han concedido 237.500 euros para tres años. 

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