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Los agricultores aragoneses en las tractoradas: "Los sindicatos no nos han dado la espalda, pero han reaccionado tarde"

Trabajadores de Calmarza, en Zaragoza, Torres de Barbués, en Huesca, y Cella, en Teruel, coinciden en que “o llegan soluciones para la agricultura o el mundo rural desaparecerá”.

Melisa Catalán, de Camarza, defiende la explotación familiar.
Melisa Catalán, de Camarza, defiende la explotación familiar.
J. Macipe

En las protestas de esta semana, Melisa Catalán ha estado presente durante tres días en los cortes de la autovía A-2 cerca del kilómetro 200, entre Cetina y Ariza. Residente en Calmarza, localidad también de la comarca Comunidad de Calatayud lindante con Guadalajara y con 58 vecinos censados, se dedica al sector primario desde hace 10 años de manera profesional y su diagnóstico sobre el por qué de esta reivindicación, al margen de las organizaciones agrarias tradicionales, es meridianamente claro: "Estamos peor que cuando empecé".

Lo dice con una sonrisa resignada, enfundada en un chaleco amarillo fosforito y subida al tractor de cerca de 300 caballos que ha desplazado esta semana a 20 kilómetros de su localidad. Se trata de un vehículo de grandes dimensiones y totalmente equipado con los últimos avances tecnológicos, necesarios para maximizar la productividad en cada hectárea. Para Catalán, el caballo de batalla es principalmente la reforma de la Política Agraria Común (PAC), que a su juicio está siendo una ‘puntilla’ para muchas explotaciones familiares, las que permiten fijar población.

"La nueva PAC nos está hundiendo del todo", resume con cierto pesimismo. Para argumentarlo, recuerda que se fomenta sembrar cultivos que no son rentables "para crear ecoregímenes para la biodiversidad, cuando los animales tienen muchas opciones para buscarse alimento". Ese es solo uno de los ejemplos que utiliza porque recuerda que la burocracia supone "tener que estar más rato en casa rellenando papeles que en el campo" y subraya que "muchos de esos trámites son complicados". "Según qué gestiones necesitas recurrir a un ingeniero, a un gestor… Y eso son más gastos", incide.

Son costes que se suman a los incrementos en fitosanitarios, herbicidas, gasoil… "Los precios de lo que tenemos que pagar no hacen más que subir, pero a nosotros nos pagan tarde, mal y nunca", concluye esta agricultura zaragozana.

César Casas, agricultor de Torres de Barbués:: "O llegan soluciones para la agricultura o el mundo rural desaparecerá"
César Casas, agricultor de Monegros, de 24 años.
César Casas, agricultor de Monegros, de 24 años.
Patricia Puértolas

El agricultor César Casas, de Monegros, ha salido a la calle con su tractor tres jornadas consecutivas. También ha movilizado ocho vehículos de su empresa familiar, Agrícola San Julián, en Torres de Barbués, y ha estado al frente de los almuerzos y comidas que han ofrecido a los agricultores movilizados de la zona. "Ojalá tanto esfuerzo merezca la pena", dice, con la esperanza de que las consignas hagan mella en la sociedad y en las administraciones. "Necesitamos soluciones urgentes; nos jugamos el futuro del sector y del medio rural", sostiene el joven, de 24 años, que teme el fin del actual modelo, lo que, en su opinión, se llevaría por delante el "tremendo esfuerzo de las generaciones que nos han precedido y la oportunidad de revivir los pueblos".

Casas insiste en que las políticas dictadas "desde un despacho de Madrid o de Bruselas" son "incompatibles" con la viabilidad de las explotaciones, "por abusivas, absurdas y ajenas a la realidad". "Nos tratan como delincuentes, cuando somos los primeros interesados en cuidar la tierra, y nos someten a una burocracia excesiva". "A esta marcha, el agricultor medio desaparecerá y solo habrá empresas de servicios o grandes productores. Es muy triste, ya que supondrá la renuncia de aquellos que quieren vivir de sus tierras y el abandono de los pueblos. O llegan soluciones o el mundo rural desaparecerá", subraya.

Para evitarlo, defiende normas que regulen los mercados, primen la producción nacional y controlen la entrada de productos de terceros países. También aboga por concienciar sobre la importancia de la agricultura. "Sin ella no hay pan ni cerveza o pienso para los animales y sin una producción nacional fuerte, estamos a expensas de la especulación de terceros, lo que podría disparar el precio de la cesta de la compra y asfixiar la economía", explica. Las movilizaciones deben continuar, dice, en un equilibrio entre el derecho de los agricultores y del resto de la población, ya que "corremos el riesgo de perder todo lo ganado".

Pedro Muñoz, agricultor de Cella, de 23 años.
Pedro Muñoz, agricultor de Cella, de 23 años.
A. García/Bykofoto
Pedro Muñoz agricultor cerealista de Cella: "Cumplir la Agenda 2023 nos está volviendo locos"

"Los sindicados no nos han dado la espalda, pero han llegado tarde". Pedro Muñoz, un agricultor de Cella de 23 años, explica así su participación en las movilizaciones convocadas al margen de las asociaciones profesionales. Muñoz, militante de la UAGA, salió a la calle con su tractor para reclamar mejores precios para el cereal que produce, menos burocracia y un relajamiento de los controles medioambientales, porque, asegura: "Cumplir la Agenda 2030 nos está volviendo locos". Afirma que "no se puede vivir" del campo con los precios de las cosechas a la baja mientras suben los costes.

Este joven agricultor heredó una pequeña explotación de 30 hectáreas de cereal y, para profesionalizarse como cerealista, la amplió hasta cultivar 200 hectáreas de secano y 20 de regadío. Recuerda como un calvario que llenar el depósito de 100 litros de gasóleo que su cosechadora consumía en un día le llegó a costar 220 euros, aunque admite que el precio del combustible ha bajado.

Se lamenta de la agobiante burocracia que tiene que soportar. Afirma que los profesionales del campo tienen que cumplimentar "muchos papeles" y someterse a numerosos controles de producción. "Si hasta nos dicen el abono que tenemos que echar y el cereal que tenemos que sembrar", denuncia. Considera asfixiantes los condicionantes ambientales. "Tenemos que sembrar para que coman los pájaros, ¿pero que mundo es este?", protesta.

Para Pedro Muñoz, ante la situación que atraviesa el sector, "había que salir a la calle ya". A su juicio, los agricultores españoles comparten problemas con sus colegas europeos y la suma de las movilizaciones en toda la UE "hubiera tenido más repercusión, pero –lamenta– cuando se convocaron las protestas en España, en Francia y Alemania ya se habían desactivado". Aunque considera que la respuesta sindical ha sido lenta, adelanta que participará en las acciones que convoquen los sindicatos. Aclara también que no se identifica "con ningún partido" ni sigue consignas políticas. 

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