defensa 

Teniente de la UME: “Ya no nos sorprende que nos llamen para acudir a un incendio en invierno”

El riesgo de los fuegos en un año seco lleva a un equipo de la unidad de emergencias de Zaragoza a un ejercicio con sus homólogos franceses en Francia.

Pruebas del incendio preparado en el Pirineo francés por miembros de la UME con homólogos de Francia.
Pruebas del incendio preparado en el Pirineo francés por miembros de la UME con homólogos de Francia.
UME Aragón

El riesgo de que lleguen los incendios forestales antes del verano por el cambio climático ha llevado a un equipo de la Unidad Militar de Emergencias (UME) de la Base de Zaragoza a un ejercicio conjunto de quemas controladas y actuaciones contra estos fuegos con los compañeros franceses de la UIISC1 (Unidad de Instrucción y de Intervención de la Seguridad Civil 1) durante seis semanas en el Pirineo francés, al lado de Andorra.

El año pasado ya tuvieron que actuar como apoyo a sus compañeros del Batallón de Intervención en Emergencias (BIEMIII) de Bétera (Valencia), en un incendio que ocurrió en marzo en Castellón y otro en una localidad de Teruel. La sequía que azota este invierno a grandes partes de España amenaza con la quema de espacios forestales ya esta primavera.

La UME trabaja para contener el incendio que afecta a las provincias de Teruel y Castellón.
La UME trabaja para contener el incendio que afecta a las provincias de Teruel y Castellón.
Diputación de Castellón

Al teniente César Santamaría le parece muy práctico ir de la mano de de una coordinadora francesa de Medio Ambiente y de bomberos forestales del país vecino realizando paradas para quemar terrenos controlados e intercambiar procedimientos de actuación en la lucha contra los incendios.

Yo llevo tres años en la UME de Zaragoza y lo venimos haciendo siempre en Francia, pero creo que se ha realizado en los últimos diez inviernos”, recuerda. “Durante seis semanas nos reunimos en una parcela asegurada que han elegido para estas quemas prescritas junto a dos equipos de la UIISC1 (la homóloga a la UME en Francia pero más antigua) y los bomberos forestales”, añade.

En algunas situaciones previstas donde han actuado fue una zona donde trabajaba un pastor eléctrico para proteger a unos animales que pastorean, en una ladera de una pequeña codillera que podía sufrir un incendio o en un lugar situado alrededor de un repetidor que daba cobertura a los pueblos próximos. “Se hace para disminuir la posibilidad de ese riesgo de fuegos. Las preparan para luego quemarlas y así evitar que ocurran en verano”, detalla.

Año con sequía  

El teniente reconoce que las perspectivas meteorológicas de este año “pinta” que gane la sequía con lo que se detecta en España, aunque en 2023 parecía similar, pero de repente llegaron unas “lluvias torrenciales” en los meses de mayo y junio. “Si empezamos la primavera y el verano con la vegetación seca las condiciones pueden ser muy duras”, señala.

Los militares de la Unidad Militar de Emergencias acuden también para su “instrucción invernal” al Pirineo aragonés, por la zona de Candanchú, entre los meses de enero y febrero, y el oficial reconoce que “parece que estamos en mayo”. “Tenemos que hacerlo sobre simulaciones porque este año no hay nieve”, agrega.

Mientras en 2022 los militares de la UME de la Base de Zaragoza asistieron a ocho incendios antes de junio, en el mes de marzo de 2023 ya habían acudido a dos fuegos en las provincias de Teruel y Castellón, con una virulencia insólita para la época y un balance de más de 4.000 hectáreas quemadas, 800 de ellas en Teruel.

El año pasado, a finales de marzo, ya nos configuramos para los incendios y casi nos olvidamos de las inundaciones. Ahora estamos en fechas invernales, pero estamos para salir, da igual si es febrero o junio”, asume el oficial César Santamaría, recién llegado del ejercicio en el Pirineo francés tras comunicarse en inglés con sus compañeros franceses de la UIISC1. “En junio siempre tenemos el teléfono preparado, pero ya nos sorprende menos tener que salir en pleno invierno contra un incendio y estamos más dispuestos”, señala.

El efecto del cambio climático que provoca “el adelantamiento de los incendios” a los meses de invierno y primavera obliga a modificar la preparación de los 450 efectivos de la UME en Zaragoza. De hecho, el teniente reconoce que las condiciones para que ocurran los fuegos llegan “mucho antes” de lo habitual porque “el combustible está seco, por un periodo más largo y las temperaturas altas aguantan hasta la noche”.

Por eso, las prácticas que realiza la UME en el Pirineo francés va bien a la unidad, ya que no solo son prácticas ante incendios controlados en lugares más reales y en grandes superficies, sino que los militares españoles pueden comprobar cómo les muestran sus homónimos franceses su forma de trabajar con las quemas ordenadas. “Así, zonas peligrosas para el ganado, por ejemplo, se preparan cíclicamente y mantienen el campo limpio y favorable contra los incendios”, resume el oficial español.

“Allí vamos varios oficiales de la UME, nos integramos esas semanas hablando en inglés con sus mandos que nos explican cómo se preparan, hacen el ‘brifing’ y luego hacen la quema al tercer día”, explica el teniente Santamaría. “Van a quemar la zona quienes luego irán a apagarlo porque son bomberos forestales, de Protección Civil o la UIISC1. Es como un incendio en diferido y cuando llega el fuego en directo ya sabes cómo actuar con los otros equipos que actúan contra las llamas. Es jugar en equipo y preadelantarse”.

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