Heraldo del Campo

Guardianes del campo

La sanidad vegetal es clave para garantizar la producción de alimentos y la seguridad alimentaria. Este ejercicio 2023 no ha sido un año fácil, pero en el CSCV trabajan para lograr la mayor efectividad.

En cultivos como la viña se están introduciendo nuevos métodos alternativos en la lucha contra las plagas.
En cultivos como la viña se están introduciendo nuevos métodos alternativos en la lucha contra las plagas.
CSCV

El cambio climático es una de las principales causas de la propagación de plagas en los cultivos. Por su parte, la globalización, acompañada de un mayor trasiego e intercambio de cultivos, personas y mercancías, supone una gran amenaza para las plantaciones. Por ello, aunque la sanidad vegetal aragonesa es pionera en España en muchos campos, sobre todo en materia de investigación y vigilancia, 2023 ha sido un año complicado, en especial por los fenómenos climáticos que tanto daño han hecho a los agricultores y que han afectado mucho a los diferentes cultivos.

"En la primera parte del año vivimos una gran sequía, mientras que las lluvias a mitad de año complicaron la situación de algunos cultivos. Ahora, aunque en la margen izquierda del Ebro la situación es buena, en la margen derecha, algunos cultivos aún tienen déficit de agua. Y eso la sanidad vegetal también lo nota", explica Emilio Betrán, jefe de Servicio de Sanidad del Centro de Sanidad y Certificación Vegetal (CSCV) del Gobierno de Aragón.

Aunque el consumidor que llega a los líneales en busca de sus frutas, verduras y hortalizas piense que las plagas son cosa del pasado, de historias bíblicas, lo cierto es que, desde 1985, han entrado en España unas 40 nuevas que, sobre todo, han afectado a cultivos de lo más diversos.

La investigación es clave en materia de prevención.
La investigación es clave en materia de prevención.
CSCV

De ahí que los expertos insistan en la importancia de seguir apostando por la parte de la vigilancia, no solo en el campo, sino en todos aquellos productos procedentes de las exportaciones. En este sentido, el laboratorio de Diagnóstico Fitosanitario del CSCV continúa inmerso en su esfuerzo por controlar la aparición de plagas en la región, sobre todo en el caso de la Xylella fastidiosa, un trabajo que este mismo año ha sido reconocido con el sello de la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC) para la detección de esta enfermedad en material vegetal mediante la técnica PCR a tiempo real. "Esta acreditación es muy importante para nosotros, porque en el laboratorio damos un gran servicio a agricultores y técnicos", apunta Betrán.

Además, en esta lucha contra las plagas, los agricultores están haciendo frente al serio problema de la reducción de los pesticidas químicos, uno de los principales pilares de la estrategia De la Granja a la Mesa, que apuesta por sustituirlos con métodos alternativos y más ecológicos, como la lucha biológica, que ayudan a garantizar la sanidad de los vegetales.

De hecho, la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo ha adoptado su posición sobre las medidas para garantizar un uso sostenible de los plaguicidas y ha decidido reducir el uso de los químicos en al menos un 50% de cara a 2030.

"Cada vez hay menos productos fitosanitarios y los que hay cada vez son más selectivos y tienen menos persistencia. Hay que apostar por la gestión integrada de plagas y aunque  hay muchos métodos alternativos que se están aplicando, algunos están todavía en fase muy  incipiente", apunta Carlos Lozano, jefe de la Unidad de Gestión Integrada de Plagas del CSCV.

Para lograr estos objetivos, en el Servicio de Sanidad Vegetal trabajan alrededor de unas 70 personas, de las cuales una veintena se dedican a la vigilancia en todo el territorio aragonés. Pero para que su tarea sea lo más exitosa posible es necesaria la implicación de todos los agentes afectados. "En Aragón tenemos una red muy fuerte de colaboración con los técnicos y con los agricultores a través de la aplicación RedFAra, a la que en unos meses se añadirá InfoRedFara", indica Betrán.

Grandes desafíos

Los cultivos aragoneses, y por ende, los del resto del territorio nacional, se enfrentan a grandes desafíos, no solo al incremento de las temperaturas y de una climatología adversa, sino también a la globalización y la llegada de nuevas plagas y la aparición de fenómenos de resistencia. Además, tienen que abordar el hecho de que cada vez hay menos soluciones fitosanitarias validadas, como lo demuestra que hace 20 años hubiese más de 1.000 principios activos y ahora haya 400.

Este fue uno de los principales temas que se trataron en el VII Foro Técnico en Sanidad Vegetal, celebrado recientemente en Zaragoza, y organizado por el Centro de Sanidad y Certificación Vegetal. Un punto de encuentro en el que expertos de reconocido prestigio debatieron sobre el presente y las perspectivas de futuro que ofrecen las nuevas herramientas, como son el control biológico mediante la potenciación o introducción de insectos y ácaros beneficiosos, la utilización de hongos entomopatógenos en el control de plagas o el papel que puede jugar la microbiota del suelo para la mejora de la sanidad de los cultivos.

Imagen de archivo de un campo de cereal en la comarca salmantina de La Armada.
Imagen de archivo de un campo de cereal.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), anualmente el 40% de los cultivos a nivel mundial se dañan debido a las plagas. Además, la producción agrícola deberá aumentar aproximadamente un 60% para satisfacer las necesidades alimenticias de la población, debido a su crecimiento. Por este motivo es tan importante el papel que juega la sanidad vegetal, en todas sus variantes, control y prevención de plagas, vigilancia y transmisión de información.

"En Aragón tenemos una muy buena estructura en materia de sanidad vegetal, tanto de vigilancia de las explotaciones, de los viveros, o de las empresas de semillas, así como de los controles que garantizan la seguridad del consumidor final", explica Emilio Betrán, jefe del Servicio de Sanidad del CSCV.

El temor a la Xylella fastidiosa

Entre las plagas que más preocupación levanta en España se encuentra la Xilella. Temor que también está presente en Aragón, aunque las comunidades afectadas son Valencia y Baleares, lugares en los que hay focos actualmente, al igual que en otros rincones de Portugal, Francia e Italia.

"En estos momentos es una plaga que no existe en Aragón, pero nos preocupa mucho que pueda aparecer por las repercusiones que tendría, por la cantidad de cultivos a los que afecta y por la cantidad de superficie que tenemos nosotros con esos cultivos", recuerda Emilio Betrán, quien indica que lo que sí ha habido son "afecciones del virus de la Sharka, en las que se han aplicado medidas de erradicación muy severas. Recientemente, además, se han derogado las medidas obligatorias que estaban establecidas en algunas comarcas".

En este sentido, desde el CSCV insisten en la importancia de la prevención y la vigilancia para hacer frente a los problemas presentes y a los que puedan darse en un futuro. "Es necesario poner más recursos y medios, porque cuando una plaga se introduce en un lugar, si las medidas de erradicación no son tempranas y exitosas, es muy fácil que se establezca", explica Carlos Lozano, jefe de la Unidad de Gestión Integrada de Plagas del centro, quien señala que "si el agricultor y los técnicos que están a pie de terreno nos informan rápidamente de cualquier situación anómala, es más fácil poder actuar y ser exitosos en una erradicación".

Un trabajo de cooperación muy fructífero, aunque a veces puede ocurrir que, en las zonas donde la plaga aparece y hay que establecer medidas muy dolorosas "se puedan ver estas actuaciones con reticencia, pero son muy necesarias. Otra cosa son las posibles ayudas o compensaciones que estas medidas deben llevar asociadas, que deben permitir mantener la actividad agrícola en las zonas afectadas", afirma Betrán.

Métodos de control

Y para evitar estas situaciones tan duras, son muy importantes los controles que se llevan a cabo. Los métodos biológicos o biotécnicos son unas herramientas cuyo empleo ya es habitual en los cultivos de cereales o frutales. "Algunas de estas técnicas ya empiezan a tener un cierto peso y otras se emplean de una manera muy minoritaria porque, además, para que sean eficaces hacen falta unas condiciones muy determinadas que, quizás, aquí no se dan. Técnicas que pueden contribuir a paliar la falta de fitosanitarios", matiza Carlos Lozano.

Todo ello con el horizonte puesto en el año 2050. Por el momento, el pleno del Parlamento Europeo ha rechazado el proyecto de Reglamento del Uso Sostenible de Fitosanitarios, que proponía una drástica reducción de su empleo en la Unión Europea (UE). Una propuesta que es la piedra angular de la estrategia De la Granja a la Mesa y que, según algunos expertos, podría traer consecuencias muy negativas sobre la producción, el aumento de los precios y el crecimiento de la importación.

Es cuestión de tiempo que el proyecto se regule, pero lo que sí está claro es que "los productos fitosanitarios se están reduciendo drásticamente y hay que buscar alternativas. Lo que hay que hacer es estudiar qué métodos hay, investigar e implantar los que se puedan. A pesar de todo esto, habrá cultivos que van a estar muy condicionados en un futuro próximo a ser viables económicamente, porque no hay alternativas y las que hay no están lo suficientemente desarrolladas. La filosofía dice que hay que reducir los fitosanitarios y que hay que emplear métodos alternativos, pero actualmente no hay métodos alternativos puestos en marcha que sean realmente una solución eficaz para suplir esa pretendida supresión o reducción. Y aquí la investigación juega un papel fundamental", explica Betrán.

Consumidor final

Y tan importante como la salud de los campos es garantizar la seguridad del consumidor final. Para ello, desde la Unidad de Control de Medios de Producción del Centro de Sanidad y Certificación Vegetal se llevan a cabo todos los programas de control del Plan Nacional de la Cadena Alimentaria.

Este año se han realizado 252 inspecciones a explotaciones agrícolas, para hacerles un control documental donde se controlan, entre otras cosas, el almacén de productos fitosanitarios, los sistemas de riego o las condiciones higiénico sanitarias a los trabajadores de la explotación. "Además, en aquellas explotaciones que realizan venta directa de los productos de la explotación, se realiza toma de muestras para el control microbiológico de Listeria monocytogenes, Salmonella y Escherichia coli. En la campaña 2023 también se han realizado tomas de muestras de venta directa en explotaciones", explica Ana Aguado, Jefa de la Unidad de Control e Inspección.

Además, dentro del Programa Autonómico de Control del uso de Productos Fitosanitarios se ha llevado a cabo la toma de muestras informativa en 42 explotaciones durante el desarrollo del cultivo y en 34 explotaciones en el momento de la recolección. Por último, se han hecho 23 controles a empresas de tratamiento de productos fitosanitarios y 70 inspecciones a empresas de comercialización de productos fitosanitarios, entre otras actuaciones.

Intervención en el Foro Técnico en Sanidad Vegetal.
Intervención en el Foro Técnico en Sanidad Vegetal.
CSCV

Los principales retos de cara al año 2024

"Nuestro objetivo es ser útiles al sector y trasladar toda la información que demandan". Este es el principal objetivo del Centro de Sanidad y Certificación Vegetal (CSCV) en materia de información y divulgación de cara al próximo año 2024. Un propósito que ha sido su razón de ser desde los orígenes y que intentan conseguir a través de vías de lo más diversas, como bien quedó reflejado en el último Foro Técnico en Sanidad Vegetal, todo un referente dentro del sector y que este año contó con la presencia de varios centenares de asistentes.

Y para lograrlo y mantener a los agricultores informados correctamente, en el CSCV cuentan con una serie de herramientas, como los boletines (se publican los meses impares), las informaciones fitosanitarias (los meses pares) y los avisos que se producen cada vez que hay que hacer una intervención contra una determinada plaga.

En el caso del boletín, cuenta con un total de 2.500 suscriptores en papel y alrededor de 2.200 en sus ediciones digitales. Para inscribirse y recibir las noticias tan solo es necesario rellenar un formulario en la web del Departamento de Agricultura del Gobierno de Aragón. Es totalmente gratuito.

"Es muy importante que los agricultores dispongan de información y de formación para que sean parte de la solución al problema en todo aquello relacionado con la gestión integrada de plagas. Un mejor conocimiento de la situación siempre te llevará a obtener mejores resultados", matiza Carlos Lozano, jefe de la Unidad de Gestión Integrada de Plagas.

Otros retos a los que tendrán que hacer frente en este 2024 es a las obligaciones que se están trasladando a los agricultores, como el cuaderno digital, que será obligatorio desde el 1 de septiebre de 2024.

En el horizonte del próximo año, también es fundamental estar atentos a la posible llegada de nuevas plagas debido a la internacionalización del comercio y al contexto del cambio climático, que hace que haya más plagas con posibilidades de establecerse en nuestro territorio.

Por todas estas razones, los técnicos del CSCV deberán enfrentarse a la realidad de potenciar métodos alternativos para hacerles frente y buscar soluciones para aquellos cultivos y problemas que no las tienen a día de hoy y que son muy necesarias.

«El ritmo en los intercambios comerciales, en la entrada de productos y mercancías procedentes de terceros países, lleva asociadas nuevas plagas y enfermedades que nos hacen estar siempre con la espada de Damocles encima", apunta Emilio Betrán.

Nueva aplicación de la Red Fara.

La tecnología más novedosa

InfoRedfara. Este es el nombre de la nueva aplicación que comenzará a funcionar en los próximos meses, disponible para iOS y Android, y que será totalmente gratuita. Una ‘app’ que es fruto del trabajo que se viene realizando en el Centro de Sanidad y Certificación Vegetal (CSCV) y la Red de Vigilancia Fitosanitaria de Aragón (RedFAra) desde el año 2016, fecha en la que empezaron a funcionar las redes de vigilancia fitosanitaria. "En este momento consideramos que ya tenemos el sistema suficientemente rodado como para hacer que parte de la información que, en un momento determinado, tienen los técnicos se haga extensiva al resto del sector, para que conozcan cómo se está trabajando en la gestión integrada de plagas, cuál es su evolución y las afecciones más importantes que se registran en determinados cultivos», explica Carlos Lozano.
La ‘app’ a través de la que se pretende mantener informados a los técnicos y agricultores de la situación de las principales plagas que afectan a los cultivos en Aragón se dividirá en tres apartados. Por una parte, se facilitará información puntual de cómo evolucionan las plagas y enfermedades en los cultivos más relevantes. Por otra, contará con un apartado dedicado a la meteorología, con datos de Aemet y la Red SIAR en Aragón. La tercera parte incluirá los boletines, avisos e informaciones.
Dentro de esta apuesta por la digitalización en el centro también cuentan con la aplicación RedFara, que sirve para la recogida y análisis de datos de los técnicos de Red de Vigilancia y del CSCV; Insara, que se utiliza para ordenar las inspecciones en parcelas de producción de semillas, viveros y las que realiza el CSCV en prospecciones de plaga de cuarentena...; y Ensara, para la gestión de ensayos. "En aplicaciones y uso de nuevas tecnologías, en Aragón vamos a la cabeza y nos situamos en una posición diferente con respecto al contexto de otras comunidades autónomas", indica Betrán. Por su parte, Carlos Lozano, insiste en la importancia de la "colaboración entre los diferentes agentes implicados para lograr los mejores resultados. Para ello hay que seguir trabajando en una misma línea. Así, todos se benefician de los resultados obtenidos", concluye. 

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