comunicaciones 

Los dos únicos vecinos de Jánovas: "La crecida del río Ara nos hace dar una vuelta de 40 minutos para llegar a casa"

Jesús Garcés, el único vecino que reside con su mujer Marimar Garmendia en el pueblo, reclama que el Gobierno construya un puente para llegar a la localidad del Sobrarbe. 

Jesús Garcés también quiere levantar su casa
Jesús Garcés, cuando acudió a Jánovas, para levantar su casa
Rafael Gobantes

Jesús Garcés, de 70 años, y su pareja Marimar Garmendia, de 65, son las únicas personas que residen todos los días en Jánovas porque están jubilados. Solo cinco familias han recuperado sus viviendas. Ahora, su situación se ha complicado y se sienten más aislados que nunca tras las recientes lluvias que han provocado la crecida del río Ara. Al no estar construido el puente de la carretera N-260 -una reinvidicación histórica de los vecinos-, se ven obligados a dar una vuelta de 20 kilómetros en coche, que les supone 40 minutos por el desvío de Planillo, para estar comunicados.

Llevamos casi quince días que no se puede entrar por la carretera porque al río se le hinchó el morro e iban hasta 333 metros cúbicos de agua (cuando lo habitual es que lleve de ocho a doce metros cúbicos). El cauce ha tenido una altura de tres metros y se lo ha llevado todo con esta riada”, lamenta Jesús Garcés por teléfono desde Casa Carpintero, su hogar. “Ahora para salir de aquí tenemos que ir por una pista forestal que va hacia San Felices, luego vas a Planillo y Ligüerre de Ara. Si por el río tardas dos minutos en llegar, ahora con la vuelta supone 40”.

Un símbolo del Sobrarbe 

Aunque este año celebraron las fiestas de San Miguel en septiembre con la primera familia que se instalaba en su casa, y la Ronda de Boltaña amenizando estos días, los vecinos parecen estar condenados a la batalla contra la Administración porque “Jánovas es un símbolo del Sobrarbe”, como defiende Óscar Espinosa, otro de los defensores de esta recuperación.

Imagen de las fiestas de Jánovas el pasado mes de septiembre.
Imagen de las fiestas de Jánovas el pasado mes de septiembre.
CHA

La batalla de los vecinos de Jánovas por recuperar su pueblo casa a casa, de donde fueron expulsados en 1984, por un proyecto del embalse que no llegó a realizarse, sigue viva. Ahora tratan de conseguir que la Administración central construya el puente sobre el cauce para entrar directamente en sus viviendas.

“El que fue jefe del MOPU, López Guarga, hizo un proyecto de la carretera que suprimía nuestras tierras, donde cultivamos huertas. Lo impugnamos y ahora esperamos que en 2024 se puede aprobar el desvío de la N-260 desde el Balupor a Fiscal para que hagan ese puente”, señala el vecino Jesús Garcés, a quien su familia se lo llevó a Campodarve (con sus cinco hermanos).

La única pareja que reside en Jánovas suelen salir del pueblo cada dos o tres días hacia Boltaña y a hasta Sabiñánigo para comprar pan y otros alimentos, además de tomar algún café. Pero la riada del Ara les ha alargado esa salida de dos minutos hasta los 40 que tardan ahora en hacer 20 kilómetros. Jesús Garcés decidió regresar al pueblo donde nació tras vivir por toda España trabajando con excavadoras y haberse instalado en Idizabal, en Guipúzcoa, “el pueblo del queso” con su pareja. “Ahora somos los jubilados que vivimos en Jánovas y llegarán más”, reconoce.

Quince días casi encerrados 

Además de Casa Carpintero, hay otras cuatro viviendas recuperadas:  Castillo, Puyuelo , Frechín y Agustín. Óscar Espinosa ya avisa que el proyecto es que llegarán a diez abiertas en 2024 y eso les convertiría ya en un municipiode facto porque “tendría más que muchos pueblos del Pirineo”.

Aun así, en medio de esa batalla de los vecinos de esta localidad tan marcada, Espinosa advirtió en twitter: “Después de muchos días y de las borrascas que han pasado, así estamos en Jánovas, llevamos más de quince días sin poder acceder en condiciones, así está nuestro paso a día de hoy. Puente en Jánovas ya”.

 “Janovas es un símbolo del Sobrarbe contra esas políticas hidráulicas algunas necesarias y otras no, que tanto daño han hecho al Pirineo. Qué mejor manera de ayudar a que Janovas y su entorno se desarrolle vertebrando su territorio con un puente de acceso digno para dar servicio a los pueblos de ese margen del Ara”, señala Óscar Espinosa por teléfono.

Pregunta del diputado Jorge Pueyo al Gobierno 

En esta coyuntura, el diputado Jorge Pueyo, de Sumar Aragón, acaba de registrar una pregunta en el Congreso de los Diputados en la que reclama al Gobierno central la necesaria construcción de un puente que une Jánovas con la N-260. De hecho, ha colgado en twitter un vídeo en el que aparece cuando estuvo en ese pueblo durante la campaña electoral.

"¿Qué medidas ha adoptado el Gobierno para comunicar el pueblo de Jánovas con la carretera N-260, tal como reclaman los vecinos en esta nueva etapa de revitalización del pueblo superada la amenaza del embalse?", es la pregunta.

"El proyecto de mejora de la carretera N-260 no contempla la ejecución de ningún puente sobre el río Ara, lo que deja al pueblo oscense de Jánovas incomunicado de facto. En la actualidad los habitantes de Jánovas solo pueden utilizar un puente colgante peatonal y un paso construido sobre el río Ara, que se inunda en cada crecida del río. La ausencia de un puente que dé acceso a la N-260 obliga a los vecinos a circular por una pista forestal desde Ligüerre de Ara y dar un rodeo de 40 minutos. En esas circunstancias, cualquier visita al médico por un caso grave puede resultar trágica", denuncia el diputado en los antecedentes de la pregunta.

A través de esta iniciativa, Jorge Pueyo se hace eco de las reivindicaciones de los vecinos de Jánovas, San Felices, Albella y Planillo, que solicitan la construcción de un sencillo puente sobre el río Ara para hacer posible una conexión segura y directa desde la N-260, lo que facilitaría la revitalización de Jánovas y su vuelta a la vida, tras décadas de abandono.

"El hecho de que se renunciara a construir un acceso cruzando el río dentro de las obras de acondicionamiento del tramo Fiscal-Balupor, por la declaración de impacto ambiental negativa, a la que también se sumaba el rechazo vecinal por su enorme impacto a la huerta de ribera, no tiene por qué impedir otras alternativas, como la del puente que reclama el pueblo, más sencillo y sin impacto ambiental", concluye el diputado.

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