La mayoría de la ejecutiva del PAR está dispuesta a descabalgar al presidente del partido, Arturo Aliaga, tras su decisión de llevar al límite el enfrentamiento al saltarse los estatutos y negarse a reunir a la dirección como se le había solicitado para impulsar las primarias y, con ello, la maquinaria electoral. Bajo el liderazgo del secretario general, Alberto Izquierdo, hasta 18 de los 28 miembros del máximo órgano de la formación aragonesista sopesan presentar en las próximas horas una moción de censura.

El reglamento del partido faculta en su artículo 19 a relevar al líder si la moción está suscrita «por un tercio de los miembros del órgano colegiado correspondiente», en este caso la ejecutiva. Yese número se superaría con creces: harían falta 10 y casi podría llegar a duplicarse. La pretensión es que la suscribieran, al menos, 16 de los 18 de los denominados díscolos, la mayoría absoluta de la dirección, que es la necesaria para poder echar a un cargo elegido en un proceso de elecciones primarias. No obstante, Aliaga revalidó la presidencia en un congreso que ha sido anulado por las irregularidades cometidas, aunque la sentencia está recurrida y pendiente del fallo de la Audiencia Provincial.

La gravedad de la medida ha llevado a la mayoría de la ejecutiva a sopesar la decisión y a consultar a distintos cargos públicos sobre un paso que no tendrá vuelta atrás. Nadie quiere adelantar el desenlace e Izquierdo y el resto de sus compañeros optaron ayer por guardar silencio. Dos de ellos podrían no sumarse.

Según ha podido saber HERALDO, el escrito está listo ante la deriva de los acontecimientos e incluye, como requiere el reglamento del PAR, el nombre del candidato propuesto para relevar a Aliaga, así como la justificación de su presentación. Y el consensuado para dar el paso es el senador Clemente Sánchez-Garnica, un abogado de reconocida trayectoria e histórico de las filas aragonesistas.

En el caso de que finalmente se registre el escrito en la sede del partido, la moción de censura deberá ser «discutida y votada en el plazo máximo de siete días desde su presentación». Y si se mantuviera la mayoría absoluta, Aliaga tendría que abandonar la presidencia y a su vez dejaría tocado al Gobierno de Aragón, del que es vicepresidente y consejero de Industria. No obstante, la mayoría de la dirección del PAR pretende mantener los acuerdos con sus socios del PSOE hasta el final de la legislatura.

El pulso aún podría vivir otro episodio este miércoles en el Consejo de Gobierno si Aliaga opta por llevar el cese de algunos de sus tres directores generales (Gloria Pérez, Eva Fortea y Luis Estaún) y del secretario general técnico (Sergio Larraga), alineados con Izquierdo. A todos ellos se les pretendía blindar en esa ejecutiva extraordinaria que no se celebra por decisión del líder aragonesista.