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Desalojo de islas, lluvia artificial, otros cultivos... Actuaciones forzadas por el cambio climático

Agricultores aragoneses instalan en sus campos sensores, que miden el estrés hídrico, ante la necesidad de gestionar más eficazmente el agua. Los inviernos son más suaves y los periodos de sequía se van alargando.

El cambio climático afecta de distinta forma según los recursos que se tengan
El cambio climático afecta de distinta forma según los recursos que se tengan
Pixabay

"Estoy a la sombra en el campo oyendo cantar a los pájaros y solo veo una mariposa y no cientos, como antes". Es el comentario que hace Cándido Gallizo, apicultor aficionado y gestor de la actividad agrícola de su familia en la localidad zaragozana de Ejea de los Caballeros, para evidenciar los efectos ya visibles del cambio climático.

"Nunca había puesto agua a las colmenas (tiene doce) y llevo dos años que tengo que ir todas las semanas a reponerla: de 10-15 litros por colmena. Utilizan el agua para rebajar la temperatura", añade Gallizo, que sostiene que se están produciendo "desequilibrios" en "toda biodiversidad". "Las temperaturas tan altas provocan una distorsión en las plantas y abortan la mayoría de las flores; y eso repercute en la cantidad de producto. Además, la pluviometría se concentra en unas épocas: más o menos llueve cada año lo mismo pero en fechas señaladas", destaca.

Un reciente estudio científico realizado por la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) concluye que el cambio climático ya pasa factura al campo español: cada año se pierde el 6% del valor de la producción; lo que se traduce en unas pérdidas de 550 millones de euros anuales. Asimismo, advierte de la reducción de cultivos de viñedos, olivares, cereales y dehesas si no se detiene el aumento de las temperaturas. "Una subida media de 2ªC hasta 2050 incrementaría de forma exponencial el importe de la 'factura climática': reduciría un 20% de la superficie de viñedo de alta calidad en España, un 15% los rendimientos en trigo en el centro y sur peninsular y, en el caso del olivar, únicamente la variedad picual podría mantener los rendimientos en secano en las zonas interiores de cultivo", se indica.

El autor del informe, Pablo Resco, subrayó en la presentación del mismo (en mayo)  que aunque existen medidas de adaptación que podrían amortiguar parte del impacto, "estas tienen una capacidad limitada que podría verse sobrepasada si no hay una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global y en todos los sectores". También Pedro Zorrilla, coordinador de la campaña de cambio climático de Greenpeace, subraya que es clave que en 2030 se haya reducido a la mitad todas las emisiones y habla de una situación de emergencia. "En España tenemos que reducir nuestras emisiones en un 55% en 2030 (con respecto a 1990). Un país como el nuestro, entre los más desarrollados del mundo, debería erigirse en ejemplo y líder mundial para contribuir al cambio que necesitamos a escala global. Hay muchas alternativas que se pueden hacer ya y además serán beneficiosas para el conjunto de la población (además de para el clima)", afirma. 

Cándido Gallizo, junto a uno de los campos de alfalfa de su familia en Ejea de los Caballero, que gestiona.
Cándido Gallizo, junto a uno de los campos de alfalfa de su familia en Ejea de los Caballero, que gestiona.
C. G.

Desde la Unión de Agricultores y Ganaderos de Aragón  (UAGA) se indican que el campo aragonés está haciendo inversiones en mejora de regadíos y adaptando los cultivos con nuevas variedades ante el problema de la sequía. "Cada vez hay menos recursos hídricos y hay que gestionarlos lo más eficientemente. Se va a instalaciones de tubería de riego por goteo y otros sistemas más eficaces para los cultivos. Hay agricultores que ponen sensores dentro de sus parcelas para recoger datos: humedad del suelo, temperatura externa... Con menos agua esa parcela de cereal es igual o más productiva", explican fuentes de UAGA, que también ensalzan el trabajo del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) ante el cambio climático. Además, explican que la DGA publica anualmente líneas de actuación, que van encaminadas a favorecer o ayudar a que las explotaciones agrícolas y ganaderas tengan un ahorro energético. "Instalando placas solares y sobre todo la eficiencia energética del consumo del agua, con la modernización de regadíos", cuentan.

Lejos del 'Año de nieves, año de bienes'

Asimismo recuerdan el dicho de 'Año de nieves, año de bienes', que tanto repiten los agricultores. Una situación meteorológica que dista con la actual: inviernos más suaves, árboles que adelantan su floración a febrero (con el riesgo de que una semana de heladas en primavera acabe con toda la producción) y cambios en los ciclos de lluvia. "Con precipitaciones más torrenciales y periodos de sequía que se van alargando", dicen.

La familia de Cándido Gallizo es una de las que ha  instalado sensores en sus dos campos de alfalfa, que cuenta con riesgo por aspersión, para optimizar el agua. "No es nuestro caso porque estamos en producción ecológica, pero con ello no se produce una escorrentía. Están a unos 10 centímetros del suelo y miden el estrés hídrico. Notaba que echando en una tierra la misma cantidad de agua que en la otra había un menor crecimiento del cultivo. Con los sensores estoy ahorrando un 30% de consumo de agua", informa.

Por otro lado, Zorrilla apunta también a las olas de calor que estamos padeciendo en nuestro país ("con las repercusiones que tienen en la salud de niños y ancianos, que no pueden salir a hacer deporte o pasear", dice), al incremento de los incendios forestales y al impacto del cambio climático en las montañas y el turismo. "El que haya estas temperaturas tan altas puede afectar a nuestra industria reina porque la gente ya se asusta del calor que hace en España. Por ejemplo, el Gobierno de Dinamarca está empezando a trabajar la industria del turismo al prever que van a aumentar las visitas porque va a hacer mejor clima en verano", comenta.

"El que haya estas temperaturas tan altas puede afectar a nuestra industria reina (el turismo); la gente ya se asusta del calor que hace en España"

Respecto a la repercusión en la naturaleza, recuerda que la Guardia Civil en Aragón ha recomendado subir al Aneto por rutas alternativas al Portillón Superior por la peligrosidad del glaciar. "Se ha deshecho toda la nieve y ha quedado al descubierto el hielo antiguo, mucho más duro y peligroso", explica el coordinador de la campaña de cambio climático de Greenpeace, quien recientemente presenció una avalancha de rocas durante un 'trecking' en la Ciudad Perdida (Colombia). "Arrasó la mitad del campamento; estaba durmiendo a cuatro metros de donde pasó y nos quedamos toda la noche con el miedo de que cayese otra", relata.

Zorrilla hace hincapié en que el cambio climático afecta de distinta forma según los recursos que se tengan. "En España una ola de calor no se vive igual si uno reside en un chalé con piscina y jardín alrededor que en un piso pequeño, con seis personas, sin un balcón y con una zona aledaña llena de cemento. Y los países pobres, que son los que menos CO2 han emitido a lo largo de la historia, son los que menos recursos tienen para hacer frente al cambio climático", avisa.

Estos son algunos casos de cambios que se han visto obligados a hacer distintos países para combatir el cambio climático:

El estado de Vanuatu está compuesto por 13 islas en el Pacífico sur.

Desalojo en una isla de Vanuato por la subida del nivel del mar

En Vanuatu, un estado insular compuesto por 83 islas y localizado en el Pacífico Sur, en la región de Melanesia, el cambio climático ya está exacerbando la movilidad humana, a menudo hacia los centros urbanos, tal y como advierte Greenpeace. En 2004, la comunidad de Lateu en la isla de Tegua se reubicó unos 100 metros para alejarse de la costa -con la ayuda de su Gobierno y de la cooperación canadiense- ante la subida del nivel del mar (una de las principales amenazas en regiones como esta). Zorrilla recuerda que hace unos años el presidente de Vanuato intervino ante la ONU desde un lugar inundado, "con su traje mojado hasta la cintura". En 2018 se convirtió en el segundo estado en Oceanía (tras Fiji) en desarrollar una política nacional sobre cambio Climático y Desplazamiento Inducido por Desastres, cuyo objetivo es "alentar a responsables de emergencia y desarrollo a colaborar con el Gobierno de Vanuatu para responder ante las necesidades de las personas migrantes climáticas en el país".

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Lluvia artificial en la ciudad china de Puyang.

Lluvia artificial contra las altas temperaturas en China

En la ciudad china de Puyang se ha introducido un "régimen de lluvia artificial" para combatir las altas temperaturas sirviéndose de la tecnología desarrollada por el gigante asiático. Ya en 2009, Pekín amaneció con su primera nieve artificial del otoño para aliviar la sequía. El año pasado, el Gobierno chino anunció su intención de ampliar su programa de lluvia, nieve artificial o granizo para llegar a cubrir 5,5 millones de kilómetros cuadrados en 2025, casi el 60% de su territorio, generando inquietud entre los países vecinos. El plan, según un comunicado del Consejo de Estado chino, ayudará en la asistencia de catástrofes, la producción agrícola, la respuesta ante incendios forestales y de pastizales, así como en la gestión de altas temperaturas inusuales o sequías.

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Trabajadores de la construcción se refrescan con agua en la ciudad india de Ahmedabad, en una imagen de archivo.

Sin salir de casa por una ola de calor sin precedentes en India

El pasado mes de abril, el Gobierno indio declaró el estado de alerta para hacer frente a una ola de calor que desencadenó temperaturas de hasta 47º en la ciudad de Banda, en el estado septentrional de Uttar Pradesh. Una situación sofocante que también padeció Pakistán, donde 150 personas han muerto desde junio a causa de las lluvias monzónicas. Ambos países registraron su marzo más cálido en más de 120 años. Además, varios estados de la India sufrieron una crisis eléctrica en medio de la escasez de carbón debido al aumento del consumo de luz. Este país usa carbón para la generación de electricidad. "Que contribuye al cambio climático", advierte Pedro Zorrilla.

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Las crías de tiburón gris, en el Museo Marítimo del Cantábrico en Santander.

Tiburones gris en Santander para aclimatarse al Cantábrico

Tres crías de tiburón gris -uno de los escualos costeros más grandes- del Oceanogràfic de Valencia fueron trasladados a inicios de julio al Museo Marítimo del Cantábrico, en Santander, para avanzar en el estudio de su aclimatación al norte, puesto que el cambio climático y el calentamiento del mar están empujando a esta especie hacia el Cantábrico, cuando su límite geográfico por ahora está en Finisterre (océano Atlántico). Se ha elegido esta especie por su crecimiento lento (lo que permitirá que los tiburones estén en torno a diez años en el museo y  en un futuro se planteé si se incorpora una hembra para hacer estudios de reproducción) y porque es una especie cuyo límite de distribución geográfico está por la zona de Portugal y Finisterre.
"El cambio climático va a empezar a calentar las aguas del Cantábrico, con lo cual esta especie, progresivamente, puede empezar a entrar en la zona de Asturias, Cantabria y el País Vasco", explicó su director Gerardo García Castrillo.

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Las imágenes aéreas reflejan cómo la deforestación avanza a pasos agigantados

Una ley europea contra productos que ayudan a la deforestación

Los diputados del Comité de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria acaban de respaldar un reglamento propuesto por la Comisión Europea que obligará a las empresas a verificar que los bienes vendidos en la Unión Europea no se hayan producido en tierras deforestadas o degradadas. Se trata de la llamada "diligencia debida", que también velará por que se hayan respetado los derechos humanos en la cadena de suministros. La futura norma, que debe recibir el respaldo del pleno de la Eurocámara en septiembre, garantizará a los consumidores que los productos que compran no contribuyen a la destrucción de los bosques fuera de la Unión y, por lo tanto, reducirá la contribución comunitaria al cambio climático y la pérdida de biodiversidad a nivel mundial. Según la  Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, 420 millones de hectáreas de bosque, un área más grande que la UE, se perdieron entre 1990 y 2020 por la deforestación.

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Bahía de Saint-Malo, en Francia.

Casas resistentes frente a las mayores mareas de Europa 

Saint-Malo, ciudad portuaria de la Bretaña francesa, tiene las mayores mareas de Europa. Según figura en la web de Turismo de dicha localidad, dos veces al día, cada seis horas, el mar es movido por una fuerza ejercida por el Sol y la Luna. "Cuando el océano Atlántico se precipita en ese embudo que es el canal de la Mancha, las olas llegan con fuerza y rapidez. La amplitud de mareas  es de más de 12 metros en promedio", destacan. Su paseo marítimo se construyó como un malecón (murallón o terraplén que se hace para defenderse de las aguas) con casas con ventanales delanteros con vidrio de hasta cuatro capas. En la imagen, Saint-Malo durante la tormenta Ciara en 2020, que también dejó en el Reino Unido 10.000 hogares sin luz.

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