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El asesino de Cristina no regresó a la cárcel de Zuera tras un permiso de Navidad

Adil Lazizi, presunto autor del asesinato de una mujer en la calle Alegría, escapó de la prisión tras recibir un permiso de seis días que le concedió el juez y no volver el día de Reyes de 2020.

Imagen de archivo de la cárcel de Zuera
Imagen de archivo de la cárcel de Zuera
J. C. A.

El presunto autor del asesinato de Cristina G., de 32 años ocurrido la noche del 30 de mayo en su casa de la calle Alegría de Zaragoza, decidió en las Navidades del pasado año 2020 que no iba a volver a la prisión de Zuera tras haber recibido un permiso de salida durante una semana por el juez de Vigilancia Penitenciaria.

Adil Lazizi, natural de Marruecos de 45 años, quebrantó la pena a la que estaba condenado  (un jurado le impuso 21 años por matar a otra mujer en Madrid en 2001) desdeen enero de 2020 y ha estado huido durante dos años y cinco meses. Todo apunta a que este tiempo lo ha pasado en Zaragoza y no ha sido detenido hasta que cometió este segundo crimen a una vecina de su casa.

Fuentes penitenciarias señalaron que cuando se escapó había recibido ya otros dos permisos previos, pero en esa ocasión no regresó al centro penitenciario de Zuera y, como siempre que ocurre, se comunicó a las Fuerzas de Seguridad del Estado (Guardia Civil y Policía Nacional) para que procedieran a buscarlo.

Lo singular de este caso, según las mismas fuentes, es que la concesión del permiso de salida fue aprobado por el juez frente a la opinión contraria de los ocho miembros de la Junta de Tratamiento de la prisión de Zuera. “Esto no es habitual, pero puede ocurrir”, señalaron las mismas fuentes.

Varios funcionarios consultados por HERALDO señalaron que Lazizi (como le conocían) llevaba cumpliendo en la cárcel aragonesa alrededor de cinco años, desde su traslado de otra prisión de Madrid, y había pasado por varios módulos de Zuera sin plantear problemas de comportamiento.

Como detalle más singular es que Adil Lazizi aceptó dedicarse a trabajar en los talleres, donde los presos se pueden dedicar voluntariamente a realizar piezas para camas o guanteras de coches y recibir un salario.

Incluso en esta tarea, el preso llegó a convertirse en encargado del centro porque generó confianza entre los funcionarios que revisan esta función. “Tenía capacidad de trabajo y organización y además contaba allí con el respeto de los suyos porque se manejaba con los presos”, valora un funcionario de Zuera.

La exalcaldesa entra en prisión "muy amable"

Por otro lado, las trabajadoras del módulo 13 de la prisión de Zuera recibieron a María Victoria Pinilla la tarde del pasado martes de manera “muy amable”, “sin presentar quejas”, “fenomental de entrada”, “sin artificios” y “con el ánimo muy alto”.

Esta descripción, que contrasta con el carácter más altivo que le llevó a la cárcel la primera vez en 2009, le lleva a mostrarse “más agradable” con los funcionarios. Asimismo, describieron que su tratamiento del cáncer le ha llevado a ganar peso. Puede ser que en las próximas semanas esté a la espera de que la Junta de Tratamiento decida si puede cumplir la pena en tercer grado para ser trasladada al CIS (Centro de Inserción Social) Las Trece Rosas de Torrero para estar en alguna de las celdas allí o incluso cumplir con una pulsera magnética, como un centenar de internos.           

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