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José V. Casanova, profesor: "Hoy en día no hay guerras de religión sino morales"

El turolense, profesor emérito de Sociología de la Religión y de Teología en la Universidad de Georgetown (Estados Unidos) protagoniza unas jornadas en Zaragoza desde este martes.

José V. Casanova, profesor emérito de Sociología de las Religiones y Teología de la Universidad de Georgetown.
José V. Casanova, profesor emérito de Sociología de las Religión y Teología de la Universidad de Georgetown, este lunes, en la verja de la iglesia de Santa Engracia, en Zaragoza.
José Miguel Marco

José Vicente Casanova (Valdealgorfa, Teruel, 1951) es profesor emérito de Sociología de la Religión y de Teología en la Universidad de Georgetown de Washington (Estados Unidos). Visita Zaragoza estos días para protagonizar el Ciclo Ignatius 500 de conferencias y diálogos sobre 'Religión en un mundo global', que organiza el Seminario para la paz y la investigación (SIP) desde este martes y hasta el viernes, a las 19.00, en el Centro Pignatelli. Su carrera se ha desarrollado principalmente fuera de España, tanto en Alemania como Estados Unidos.

En 2012 recibió el Premio de Teología Salzburger-Hochschulwochen, el galardón más importante en teología del mundo de habla alemana, como reconocimiento de sus contribuciones a lo largo de toda su carrera. Habla alemán, inglés y ucraniano.

Entre sus obras se encuentra 'Religiones públicas en el mundo moderno' (1994, en español 2000), 'Genealogías de la secularización' (2012) e 'Islam, Género y Democracia en perspectiva comparada' (2017) y 'Los jesuitas y la globalización: legados históricos y desafíos contemporáneos' (2016).

Se puede decir que acaba de aterrizar desde Estados Unidos. ¿Hacía mucho tiempo que no visitaba Zaragoza?

Hacía cuatro años que no venía. Antes no me solía ver con mis hermanos, pero desde que comenzó la pandemia nos vemos todos los domingos por Zoom.

¿Qué recuerdos tiene de su pueblo natal, Valdealgorfa? ¿Allí surgió su interés por la religión?

Desde niño tuve la idea de ser cura. Me acuerdo que vino a la escuela un misionero de África. Valdealgorfa siempre fue un pueblo que produjo muchos curas. Estábamos muchos seminaristas. Íbamos al seminario a Zaragoza y solo uno de cada diez llegaba a cura, pero el resto seguían educación universitaria. Esa idea de niñez se transformó radicalmente. Me interesaba la teología como ciencia, que así se llama en Alemania.

"Les doy las gracias a mis padres. Ellos no pudieron tener educación, pero se sacrificaron para que sus cuatro hijos la tuvieran, también mis dos hermanas"

¿Así terminó en la Universidad de Zaragoza su hermano, el historiador Julián Casanova, y usted en Austria?

Sí. Yo empecé a los 10 años interno en el seminario. Fue duro salir de un pueblo, del que no había salido nunca y no poder ver a tu madre y tu padre. Entonces pensaba que no nos querían, pero ahora les doy las gracias y admiro su esfuerzo. Ellos tenían una pequeña tienda, no pudieron tener educación, pero se sacrificaron para que sus cuatro hijos la tuvieran, también mis dos hermanas, Marisa y Paz, una Química y otra Medicina. Ellas fueron a las ‘Anas’ de Alcañiz para poder estudiar.

¿Cómo fue salir de España?

Yo salí de Zaragoza muy joven, a los 18 años. En 1968 fui a Innsbruck, en Austria, y de ahí me fui a estudiar a Estados Unidos, donde conocí a mi mujer, que es ucraniana-americana y me quedé. Primero estuve en Nueva York en 1973 y después en Washington.

¿Vivió un choque cultural?

Austria fue el verdadero choque cultural, al salir de la España cerrada de Franco e irme allí a estudiar en la universidad y vivir en democracia. Innsbruck era una ciudad muy provinciana, pero para mí era casi cosmopolita. Y en Nueva York no te sientes como en casa, pero todo el mundo es forastero.

"La guerra (Ucrania) ha sorprendido a todos. La veíamos venir, pero no la esperábamos de la forma que ha sido"

¿Cómo están viviendo en casa la invasión rusa de Ucrania?

Mi mujer tiene familia allí, muchos primos. Yo llevo 30 años yendo a Ucrania como profesor. La guerra ha sorprendido a todos. La veíamos venir, pero no la esperábamos de la forma que ha sido. En 2014 ya hubo un intento del presidente Vladimir Putin. Lo que no esperaba es que el pueblo ucraniano se opusiera.

¿La religión está detrás de la guerra?

La religión es un tema importante. Putin desde 2010 cada vez usó más el argumento religioso, de que solo puede haber una iglesia, la rusa ortodoxa. Ucrania es un estado laico que protege la libertad religiosa de sus ciudadanos. Llevo más 20 años promoviendo la tesis de que es el único país de Europa que ha desarrollado un modelo de pluralismo religioso. El Consejo ucraniano de iglesias y comunidades religiosas está formada por 15 distintas y la presidencia rota cada seis meses, lo que señala la igualdad completa entre todas.

Estudia el avance de la secularización de las sociedades. ¿Cómo ve la religión en España?

Los europeos ven la edad moderna como la liberación, después de haber pasado por modelos confesionales que imponían una religión, mientras en Estados Unidos asocian religión con libertad, con ser lo que quieran ser. La modernidad en sí no produce la secularización. ·En el modelo de Westfalia se estableció que el soberano determina la  religión. En Europa se impuso el modelo de la confesionalización, en el que un Estado impone una religión a una sociedad. Así, los países nórdicos fueron protestantes, el sur de Europa, homogéneamente católico y solo Holanda, Alemania y Suiza permanecieron como biconfesionales porque las minorías eran tan grandes que no se podía dividir el país. Cuando este modelo desaparece, los europeos ven la edad moderna como la liberación. Ahora en Ucrania la experiencia del pluralismo religioso es algo unido a la libertad individual. En Latinoamérica hay una explosión de pluralismo religioso pero la secularización es leve.

"Hay que enseñar que ser musulmán no es peor que ser cristiano ni religioso es mejor ni peor que ser laico"

La asignatura de religión sigue siendo uno de los puntos de desacuerdo en las leyes educativas en España. ¿Hay solución?

Hay que educar a la gente a abrirse al conocimiento de la pluralidad de formas religiosas para este mundo global, en el que todos tenemos que aprender a vivir juntos. No para imponer religiones. El Estado tiene que ser neutro. En las escuelas donde hay niños de otras religiones hay que enseñar que ser musulmán no es peor que ser cristiano ni religioso es mejor ni peor que ser laico. Hoy en día ya no hay guerras de religión sino morales.La transformación moral más radical de la historia de la Humanidad ha sido en los últimos 50 años pasar de un modelo patriarcal, donde no había igualdad entre hombres y mujeres, a acabar con la idea de que gente que tenga otro modelo de sexualidad sea no natural.

¿La pandemia de coronavirus nos ha vuelto más religiosos, ante la falta de respuestas de la ciencia o no tan rápido como necesitábamos?

Cualquier crisis existencial lleva a la gente a preguntarse por la vida o por la muerte y hace que la cuestión religiosa aparezca en una respuesta, pero no ha habido posibilidad de reunirse.

"Tenemos una gran resiliencia. Vivimos dramas duros, pero somos una especie que está predispuesta a sobrevivir"

¿Qué diferencias ha vivido en la pandemia respecto a España?

La diferencia fundamental es que en Estados Unidos bajo la presidencia de Donald Trump no hubo centralización ni de la crisis ni de la solución, cada Estado hacía lo que quería y hubo mucha más resistencia antivacuna por razones políticas.

Las ganas de volver a la normalidad supongo que son iguales.

Si. Cuando el miedo se va volvemos a ser animales gregarios, aunque a nosotros nos gusta más juntarnos y abrazarnos que a ellos.

El miedo parece que ya se ha ido aunque siga habiendo casos.

La Humanidad tenemos una gran resiliencia. Vivimos dramas duros, pero somos una especie que está predispuesta a sobrevivir. Y hemos aprendido que vamos a tener que aprender a vivir con el virus.

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