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Chico conoce a chica en México y juntos abren un estudio de diseño gráfico en Borja

Hace siete años, el ilustrador Samuel Urchaga exponía su obra en una galería de arte del D.F cuando conoció a Mar Outón, que entonces era bailarina de ballet profesional y vivía en el edificio de la exposición.

Samuel Urchaga y Mar Outón están detrás de la agencia de diseño gráfico Mura Estudio, asentada en Borja
Samuel Urchaga y Mar Outón están detrás de la agencia de diseño gráfico Mura Estudio, asentada en Borja
Ruth Maral

Cuando Samuel Urchaga, ilustrador borjano de 37 años, conoció a Mar Outón ella era bailarina de ballet profesional. Nació y vivió hasta los 20 años en Ciudad de México, lugar donde se cruzaron sus caminos. El aragonés exponía su obra en una galería de arte ubicada en el edificio donde ella vivía, propiedad de la mujer de su padre. Se conocieron en la inauguración y desde entonces empezaron una vida juntos. De esto hace ya siete años y, tras unos primeros meses en la distancia y con visitas, finalmente Mar, que ahora tiene 30 años, vino a España a vivir. A nivel burocrático, quedarse fue sencillo para ella ya que su padre es español y Mar tiene la doble nacionalidad.

Atrás dejó no solo su casa, sino también su carrera como bailarina internacional, que la había llevado a vivir en Nueva York o Canadá. Samuel también había estado años viviendo en el extranjero y no siempre trabajando de diseñador, su profesión. Dos perfiles vanguardistas y aparentemente urbanitas cuya vida se desarrolla ahora en Borja. Es la localidad natal de Samuel y donde juntos tienen su propio negocio de diseño gráfico. Están especializados en 'branding' e imagen de marca y, sobre todo, se desviven por el entorno en el que desarrollan su labor. “Vivimos en mitad del campo, tenemos el estudio en el monte. Es un sitio muy privilegiado que también conecta con nuestra filosofía de trabajar con la gente del medio rural y en el medio rural”, explica Samuel.

"“Vivimos en mitad del campo, tenemos el estudio en el monte. Es un sitio muy privilegiado que también conecta con nuestra filosofía de trabajar con la gente del medio rural”

Hace dos años que Mar y Samuel trabajan mano a mano desde su casa y cuando hace falta en un taller que tienen en el centro de Borja, con proyectos tanto para entidades públicas, como ayuntamiento y comarcas, como para el sector privado. Aunque la pasión de él es la ilustración y el grabado, empezó a recibir muchos encargos de diseño y cartelería, por lo que la serigrafía fue pasando a un segundo plano. El volumen de trabajo era cada vez mayor y Mar, que en sus visitas a España había formado parte de algún proyecto de danza, decidió dar el paso y acompañar a Samuel también en su carrera profesional. Así es como hace unos cuatro años, pusieron un nombre y un logo a su proyecto: Mura Estudio.

De aquellos comienzos recuerdan con un cariño especial su participación en La Era Rural, un proyecto de emprendimiento impulsado por la plataforma Jóvenes Dinamizadores Rurales. “Participamos en un curso de start-ups y gracias a eso nuestro estudio empezó a despegar. Estas iniciativas que se llevan a cabo en las comarcas, con una pequeña aportación económica, son las que permiten que proyectos como el nuestro puedan salir adelante. Ahora somos nosotros quienes contamos nuestra experiencia a otros emprendedores, para que vean que se pueden hacer cosas chulas en el medio rural”. 

“Queremos potenciar las empresas del medio rural”

Mura Estudio es una agencia de diseño gráfico pero también es una herramienta para generar empleo en el medio rural y, para Samuel y Mar, una forma de luchar por el asentamiento de población en los pueblos de Aragón. “Practicamos el activismo en muchos aspectos de nuestra vida y, en lo profesional, queremos potenciar las empresas en el medio rural. Entre todos nos podemos ayudar y tener negocios competitivos”, explica Mar. En este camino, reconocen que muchas veces intentan embarcarse en proyectos que les llenen, aunque no sean los más rentables, cuidando mucho la responsabilidad social.

“Practicamos el activismo en muchos aspectos de nuestra vida y, en lo profesional, queremos potenciar las empresas en el medio rural"

‘Llena tu comarca de vida’ es uno de estos proyectos que les aportan algo más que una retribución económica. La tarea no ha sido sencilla, ya que se han dedicado a entrevistar uno por uno a todos los comercios de la comarca Campo de Borja. “Les hemos puesto cara porque si el medio rural está vivo es gracias a la gente que está ahí. Es importante transmitir que apoyar el comercio local puede suponer, a la larga, tener una ambulancia cerca, porque hay más familias en el territorio y se destina más presupuesto”, reflexiona Mar. Por este motivo, siempre que pueden, aceptan encargos de negocios locales. “Aunque nos saliera más rentable trabajar con una empresa nacional, preferimos hacerlo con un herrero de Borja”.

Gracias a esta filosofía, cada vez son más quienes llaman a la puerta de Mura Estudio para poner en sus manos su imagen. Esto ha hecho que, con el tiempo, el proyecto de Samuel y Mar haya crecido y ahora se dedican a un concepto más global de comunicación visual. “Nos hemos posicionado casi como una agencia de comunicación y hemos tenido que contratar a más gente porque no tenemos la formación suficiente y, si no, no podríamos abarcarlo todo”. Así, ahora trabajan con un compañero diseñador que también es de Borja, también con una fotógrafa, Ruth Maral, y han hecho tándem con Vértigo Conectando, otra empresa de comunicación de la comarca de Fuendejalón con la que se complementan a la perfección.

"Estamos trabajando mano a mano con otros gremios y haciendo comunidad"

Su éxito radica también en que ofrecen un servicio 360 grados. Es decir, si se trata de un trabajo de señalética para una ruta turística, no solo diseñan el contenido de los paneles informativos, sino que también buscan al carpintero que fabrica el panel y al albañil que lo coloca en el camino. “Estamos trabajando mano a mano con otros gremios y haciendo comunidad. Siempre hemos llevado los valores del medio rural por bandera pero nunca imaginamos que iba a suceder esta magia”, reconoce Samuel. 

Para seguir desarrollando esta labor que va más allá de lo empresarial, Samuel y Mar tienen un proyecto a corto plazo, que es reformar la planta baja de la casa que compraron para vivir y convertirla en un estudio con salas de reuniones. Viven de camino al santuario de la Misericordia, a cinco minutos de Borja en un terreno de mil metros cuadrados. “Casi parece mal decirlo, pero, viviendo aquí, cuando nos encerraron con la pandemia ni nos enteramos”, aseguran. 

Después de recorrer medio mundo, de vivir estresados por los tiempos de desplazamiento al trabajo, de hacer la compra cualquier día y casi a cualquier hora y de estar rodeados de millones de personas en grandes ciudades, esta pareja de artistas sabe que ahora sí están en su sitio. Un sitio en el que si salen a pasear es probable que no se crucen con nadie y donde los supermercados cierran los domingos.

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