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Un paso adelante para abrir los bares y restaurantes de Aragón a los perros

La comunidad es, junto a la ciudad autónoma de Melilla, la única de España que cuenta con una ley autonómica que expresamente lo prohíbe. Una iniciativa del PP presentada en las Cortes busca cambiarlo.

Pipper, el perro turista, en Aljafería, sede de las Cortes de Aragón donde se ha registrado la iniciativa para abrir los bares a los perros.
Pipper, el perro turista, en Aljafería, sede de las Cortes de Aragón, donde se ha registrado la iniciativa para abrir los bares a los perros.
@pipperontour

Aragón es, junto con la Ciudad Autónoma de Melilla, la única comunidad cuya normativa autonómica prohíbe expresamente la entrada de perros (y otras mascotas) en bares y restaurantes. Uno de los motivos es que no regula este aspecto en el marco de una ley de protección animal sino desde el prisma de la salud pública.

Así, Aragón extiende la lógica y general prohibición de presencia animal en cocinas o lugares de manipulación de alimentos a todo el establecimiento. El hecho genera vacíos legales o colisiona con ordenanzas municipales que lo consienten y que, al ser de rango inferior, quedan sin efecto en la práctica. Es el caso de la capital, Zaragoza, donde se permite la entrada de perros en establecimientos hosteleros. Así, un animal en un bar nunca dará lugar a una multa de la Policía Local, pero sí de un inspector de sanidad. Una inseguridad jurídica que como consecuencia trae que casi ningún empresario de la hostelería quiera arriesgarse a dejar entrar mascotas en sus locales.

Esta semana, una iniciativa del PP en las Cortes de Aragón busca cambiar esta situación, en torno a la cual también se están intentado dar algunos pasos al frente en el Ayuntamiento de Zaragoza, como la reciente presentación de la capital aragonesa como 'Pet Friendly'.

La primera razón que anima al PP en las Cortes es -según explica la encargada de presentar la iniciativa, la diputada Pilar Cortés- "dar libertad a los propios hosteleros para decidir sobre si quieren que en sus locales entren o no animales. También que, consecuentemente, sean los clientes los que elijan en este sentido". Para Cortés es una cuestión de ampliar posibilidades y, a la par, de aportar seguridad jurídica al armonizar normas autonómicas y municipales". La iniciativa, que plantea un plazo de seis meses para revertir la norma, ya está registrada y aunque Cortés reconoce que "será difícil darle salida en un pleno", está segura de que "llegará a la comisión de Industria".

"No por abrir la posiblidad de que los perros entren en los bares se van a llenar de ellos", tercia Silvia Porras, responsable del proyecto 'Tu perro es bienvenido', que a través de una web (tuperroesbienvenido.com) y cuentas en las redes sociales, informa de la ruta de tiendas, hoteles y casas rurales en Aragón que admiten perros.

Porras apunta directamente a "la incoherencia que supone que pueda alojarme en un hotel del Pirineo con mi perro, pero no echarme un café bajo techo en pleno invierno. En Aragón hay 8.000 bares, con que nos dejasen entrar en 100 ya sería un gran avance".

Para Porras, la permanencia de esa norma autonómica, que data de 2006, tendría que ver más con "la dejadez o con que no se ha reparado en ello". "En este tiempo las cosas han cambiado muchísimo".  Desde el Gobierno de Aragón señalan que están "pendientes del Ministerio, que está trabajando en una legislación, transposición de la de la UE que liberaliza este tema".

La diputada Pilar Cortés, dueña de un perro ella misma, se expresa en la misma línea que Silvia Porras. "Es una cuestión de sintonía con los tiempos. La gente joven está entregada a este tipo de cuestiones". Y señala que lo que se ventila es dar cabida a perros educados: "Prácticamente todo el mundo sabe el perro que tiene y qué puede hacer con él, además que si se les abre la puerta, los propietarios de mascotas serán los primeros interesados en entrenarlas para que se comporten".

En esa línea opinan también en el Ayuntamiento de Zaragoza a la hora de apostar por ampliar los espacios de convivencia entre humanos y mascotas: el empeño pasa por aumentar también el respeto mutuo. Más, cuando ya se manejan datos de cómo la pandemia ha influido al alza en la gente que ha decidido incorporar a su vida un animal.

En este sentido, el mundo de las mascotas es visto cada vez más como un goloso nicho de negocio, que tiene un importante hijuelo en el turismo y la hostelería. Lo sabe bien Pablo Muñoz, el dueño de Pipper, un perro turista que desde su activismo en favor de la apertura de espacios a las mascotas, se ha convertido en una celebridad. A punto de sacar un libro con sus peripecias por España y el mundo, Muñoz se lamenta de que el capítulo de Aragón no pueda ser tan rico como los de otras comunidades. Llega a calificar de "insólita" la normativa aragonesa: "Por supuesto que no me cabe en la cabeza que un perro entre en una cocina, pero sí en un restaurante. Y, ojo, no se trata de que entren en todos, sino de dejar a elección de cada empresario la orientación de su negocio. ¿Por qué no permitir que quien lo desee explore este nicho de mercado?

Pablo habla de como otros lugares de España, desde comunidades autónomas a pequeñas localidades, tienen en marcha campañas específicas para atraer el turismo de mascota: País Vasco, Málaga, Gijón, Alba de Tormes... "Si queremos una ciudad turística y abierta, dar cabida a los perros es un punto a favor", añade Silvia Porras.

Dejando a un lado el negocio, Pablo subraya también el trato animal. Al calor de la recién aprobada nueva Ley de Protección Animal, que reconoce a los animales como "seres sintientes", el dueño de Pipper la ve incompatible con la obligación de dejar al perro atado a un gancho en la puerta de un restaurante. "No estamos hablando de algo como dejarlo un momento fuera si entras a comprar el pan, sino de horas; me resulta inconcebible".

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